Tres quiebras y DMG: los golpes de los que se levantó el creador de La Luciérnaga

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Tres quiebras y DMG: los golpes de los que se levantó el creador de La Luciérnaga

Guillermo Díaz Salamanca pasó de ser el hombre más importante del país al escarnio público por un contrato con DMG. No se rindió y ahora está más vigente que nunca

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mayo 11, 2018
Tres quiebras y DMG: los golpes de los que se levantó el creador de La Luciérnaga
Fotos: archivo RevistaSóloCiclismo @R_SoloCiclismo / RCN Radio

Era el rey de la radio. Su idea, La luciérnaga, se convirtió en el programa más escuchado por los colombianos durante los apagones de la época de César Gaviria. Hasta ahora lo sigue siendo.En 1994 fue elegido como el hombre del año por la Revista Semana. Durante ocho años fue la persona más importante de Caracol Radio. Logró milagros como juntar a Carlos Antonio Vélez e Iván Mejía Vélez, dos enemigos encarnizados gracias a la gestión del hombre de las mil voces

A finales del siglo pasado, Guillermo Díaz Salamanca les preguntó Juan Piedra, español presidente del Grupo Prisa, dueños de Caracol, como estaban sus finanzas. Había sido el hombre insignia y sus proyectos daban millones a la emisora. Se animó a invertir en proyectos como la cadena deportiva de donde salió, gracias a su ingenio, El pulso del fútbol, el programa que 16 años después de su creación es el más escuchado por los colombianos. La sorpresa no pudo ser peor: Guillermo le debía Caracol 1.000 millones de pesos. Llamó a Martha Díaz, su esposa, y, con la tranquilidad que lo ha salvado de la catástrofe final más de una vez, le dijo “Amor, tenemos un problema pero vamos a salir de ésta. Nos va a costar trabajo pagar la deuda pero seguro la vamos a pagar”. Guillermo había pagado caro el riesgo de tener un negocio en participación con la cadena deportiva de Caracol cuando fue director de Radio deportes en el año 2000. De su sueldo salía el sueldo de Iván Mejía, Hernán Peláez y Rafael Villegas. En un año se reventó y acumuló esa deuda descomunal.

Transpirando pudo pagar la deuda. Guillermo Diaz Salamanca, el hombre de las mil voces, llegó a ser una obsesión para RCN. Cuatro veces en los años noventa le propusieron que se fuera para la emisora. Aceptó a la quinta vez que le propusieron, después de pasar unas vacaciones en Grecia con su hijo Guillermo jr. De ahí surgió el Cocuyo. Hasta ese momento Díaz Salamanca parecía estar dotado con una varita mágica. Todo lo que tocaba se volvía oro. Desde que empezó en la radio en la emisora Mariana a finales de los años setenta, cuando aún llevaba el pelo largo y soñaba con montar un grupo de rock, Guillermo poseía un enganche único con el público colombiano.

Yamid Amat fue su mentor. Él lo convenció de dejar de ser un comentarista de fútbol para hacer humor político. En la Luciernaga no sólo fue el director sino que le daba voces a personajes memorables como el argentino, el mecánico, o las imitaciones de los políticos nacionales o dirigentes deportivos como el entonces mandamás del fútbol colombiano, Don León Londoño Tamayo.

Guillermo junto con sus compañeros de La Luciérnaga. Foto: archivo Eluniversal

Su otra gran idea fue el Pulso del fútbol. Se le ocurrió durante el mundial de Francia 1998. En una esquina se encontraron Iván Mejía y Carlos Antonio Vélez. Se odiaban. Al encontrarse se insultaron. Se dijeron de todo. Cuando los vio Guillermo Díaz pensó: si estos genios se sentaran a conversar de fútbol qué programa tendríamos. Tres años después se haría realidad su sueño. Varias cenas le costaron convencer a Iván Mejía hacer un programa con Carlos Antonio Vélez quien también tenía sus resquermores. Hernán Pelaez también estaría en el proyecto que se llamaría los Tres tenores y que Guillermo le vendería a Fox Sport. En el primer programa Guillermo Díaz invitó al set a un sacerdote. Cuando Pelaez le preguntó qué hacía ese señor allí y Díaz Salamanca respondió: “Vino a aplicarle los santos óleos al que va a ser asesinado hoy”. Los dos enemigos se rieron y se dieron la mano. Desde entonces llevan una relación cordial.

El otro golpe del que se levantó el hombre de las mil caras fue el haberse visto involucrado en el escándalo de DMG al firmar un contrato con la captadora de dinero, algo que derivaría en su salida de RCN. Otra vez el mundo se abría ante él y se lo tragó. Sin desesperarse llamó a Ricardo Pava de Súper y se crearon La escalera, un programa que fue un éxito durante cinco años, los mismos que tardó para regresar a RCN para hacer la jugada, el programa deportivo de RCN con Antonio Casale y Martín de Francisco que le compite a su propia creación, El pulso del fútbol. A finales del 2015 rechazó una propuesta de Caracol que podría haber significado su retorno a La Luciernaga.

A sus 64 años el hombre de las mil voces está más fuerte que nunca. En su cabeza ha desaparecido por completo la sombra del fracaso y reaparecen, en su lugar, ideas que mantienen su prestigio vigente.

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