No soy uribista, pero hoy, y sin que me tiemblen mis manos para escribir, le doy la razón a Tomás y Jerónimo Uribe. Que hayan decidido “investigar” los "presuntos" contratos millonarios que Daniel Coronell ha tenido con el Estado y otros actores, me parece no solo legítimo, sino necesario.
Y no, no es porque confíe en las intenciones de los hijos de Álvaro Uribe, sino porque el periodismo no puede ser un escudo para la impunidad selectiva. Si alguien como Coronell —que ha convertido la lupa en su arma favorita— se revuelca, apenas le apuntan la luz hacia su lado, algo huele mal.
Coronell ha dicho sentirse amenazado. Que lo están persiguiendo. ¿Perdón? ¿Amenazado por qué? ¿Por aplicarle su propia medicina? Porque si vamos a hablar de persecución, tendríamos que empezar por David Racero, a quien Coronell ha expuesto con saña, con una sevicia enfermiza, por contrataciones que, hasta el momento, no han mostrado ninguna ilegalidad.
Pero claro, cuando el periodista señala, es periodismo. Cuando lo señalan a él, es acoso. Este doble rasero es cada vez más común entre quienes presumen de ser vigilantes del poder, pero se incomodan cuando alguien les revisa los contratos, las relaciones o los privilegios. No se trata de defender a los Uribe. Se trata de entender que la transparencia no es unidireccional.
O Coronell acepta que el escrutinio también lo incluye a él, o que deje de disfrazar sus venganzas personales de cruzadas éticas. Porque cuando el esculcado es él, el periodismo parece convertirse, mágicamente, en una víctima.
En lo que no estoy de acuerdo con los Uribe es en el "método" para investigar los contratos del periodista: un concurso le resta seriedad al asunto. La ley faculta a todos los ciudadanos a hacer solicitudes respetuosas, ya sea a las autoridades o a particulares.
🚨AYÚDANOS CON TU OPINIÓN 👋@jeronimoauribem y yo estamos pensando lanzar un CONCURSO DE PERIODISMO Y ACTIVISMO INVESTIGATIVO 🔍 Y OTORGAR UN PREMIO DE 💰 HASTA $100 MILLONES DE PESOS AL GANADOR 🏆
— Tomas Uribe Moreno (@tomasuribeEco) June 4, 2025
La sociedad NTC del Periodista-Contratista @DCoronell recibió 💰$33 mil… pic.twitter.com/OS3bItmXGV
Un acto legal obligaría a Coronell a publicar los contratos millonarios de los que hablan los Uribe.
Así las cosas, ¿por qué le dio urticaria periodística a Coronell cuando le nombran contratos? Y no, no es que estén ofreciendo 100 millones por la cabeza de Coronell como han titulado exageradamente algunas notas, la "recompensa" es por la información de los —millonarios contratos– con los que el periodista "presuntamente" se ha beneficiado, que es muy diferente.
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