Tiempos extraordinarios

Tiempos extraordinarios

Hemos sido testigos del quebrantamiento de los lentes con los que observábamos, aparentemente sin ningún grado de escepticismo, los procesos de cambio social

Por: Juan Camilo Laborde Vera
abril 29, 2020
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Tiempos extraordinarios
Foto: Pixabay

Gran Bretaña, cortejada por un nacionalismo de antaño, se separó de la Unión Europea, mientras que Estados Unidos, quien fuera el promotor principal de la globalización desde el siglo XVIII, emprendió una guerra comercial sin precedentes contra el gigante asiático. Países que se jactaban de su estabilidad macroeconómica, como Chile y Hong Kong, han probado ser profundamente desiguales y, por tanto, socialmente inestables. Por último, las pandemias de corte medieval, que arrasaban con cualquier indicio de vida a su alrededor, han renacido y tienen a la raza humana encerrada.

Apoyándome en estos quiebres de paradigmas y afirmando que esta es una oportunidad para repensar algunas de nuestras creencias arraigadas, en este texto muestro la necesidad de mantener un punto de vista ecléctico que, de manera pragmática y con un enfoque social, proponga soluciones de corto, mediano y largo plazo frente a la situación actual.

Primero, el populismo ha probado ser un boomerang. Buscando “retomar las riendas” de su país, los estadounidenses posesionaron como presidente a un incompetente que fomentaba la xenofobia y el racismo. Hoy sobrepasan el millón de infectados y 60 mil fallecidos a causa del COVID-19, sin contar que probablemente tendrán la mayor recesión de su historia. Esto prueba la necesidad de observar con escepticismo las propuestas políticas que buscan devolver a la sociedad a un “pasado brillante”.

Segundo, no es momento para esconderse detrás de la ortodoxia. Este choque, que en palabras de Rogoff y Reinhart es “verdaderamente diferente”, es una oportunidad para revivir a Keynes y fortalecer los programas sociales. Si de algo nos hemos dado cuenta en esta pandemia, es que el sistema de salud y la seguridad social son bienes públicos que requieren de mayor atención. La devolución del IVA e Ingreso Solidario son pasos importantes en esta dirección, pero presiento que serán el pretexto para gravar la canasta básica familiar en un futuro cercano, dotando de mayor regresividad al sistema tributario colombiano.

A su vez, apartándome de lo que la literatura sugiere hacer para suavizar los efectos de los choques adversos sobre el bienestar social, opino que los estímulos a la demanda agregada no serán efectivos para reactivar el consumo y la inversión. La razón es que la gente está encerrada y no puede salir a consumir, mientras que tampoco invierte por el alto grado de incertidumbre. Tampoco se puede producir por las restricciones a la movilidad¹ y la falta de liquidez, por lo cual el choque también es de oferta y supone la necesidad de proteger el tejido empresarial.

Así, puede decirse que ni la inyección de liquidez ni el aumento de garantías a los créditos por parte del Fondo Nacional de Garantías van a generar los efectos deseados, pues los canales tradicionales mediante los cuales una menor tasa de interés de intervención o un mayor gasto público implicaban un mayor ingreso en el corto plazo, están inhibidos. El crédito bancario no llega a las mipymes informales, con estas deberían ejecutarse transferencias monetarias directas o puras.

En este sentido, si bien esta tormenta nos cogió mal parados en cuentas fiscales y externas (como afirmé a inicios de año), se requieren medidas mucho más agresivas para contrarrestar los efectos sobre los sectores más vulnerables, que aglomeran 7.5 millones de trabajadores. Es decir, la preocupación no puede ser por falta de recursos. Los faltantes pueden solucionarse con la realización de una reforma tributaria estructural vía decreto legislativo, que elimine gabelas y demás exenciones injustificadas².

Otra reforma, aprovechando el estado de emergencia, podría buscar la reducción de los costos asociados a la contratación formal, lo cual beneficiaría a los trabajadores excluidos del mercado laboral por cuenta de fricciones y restricciones que, buscando el bien, desencadenan el mal. Así, el sistema de seguridad social y la informalidad dejarían de ser problemas recurrentes en el debate público³.

Tercero, el excesivo individualismo metodológico ha generado brechas sociales profundas y casi irreparables. Esto no es nuevo. Sin embargo, hasta ahora, con las protestas de finales del 2019 e inicios de 2020, se hizo evidente de plano. Los limitantes de economía política no pueden ser justificaciones para la inacción. Esta debe ser una oportunidad para repensar la forma en la que visibilizamos los problemas a nuestro alrededor y debe fungir como un llamado a actuar colectivamente.

Las pandemias han llegado para quedarse, los hábitos culturales de China no son nuevos y en vez de preguntarnos por qué tuvimos que vivir esto, debemos pensar en las razones que llevan a los asiáticos a mantener este estilo de vida para luego proponer soluciones.

En conclusión, estos tiempos representan un punto de inflexión en los paradigmas que rodean la actividad social, económica y política. La desigualdad detonó en descontento el año pasado y esta coyuntura debe generar programas sociales más efectivos a la hora de minimizar este flagelo. En cuanto a las medidas hasta ahora ejecutadas, puede decirse que han contribuido a suavizar este choque, pero se requiere mayor agresividad en la asistencia de los sectores más vulnerables. La actividad colectiva debe ser la guía de la acción humana para combatir esta crisis, no dejemos que la cuarentena nos aleje realmente.

Posdata. Tampoco es nueva la excesiva dependencia de la economía colombiana en la exportación de materias primas. Que esta sea una oportunidad para avanzar con el tan anhelado sueño de promover la diversificación de la canasta exportadora. Comencemos por reducir los costos asociados al comercio exterior³+¹.

Referencias

¹ Grupo de Investigación en Macroeconomía de la Facultad de Economía (2020)."Nota Macroeconómica No.17. Sobre la relajación de las medidas de confinamiento”. Bogotá, Colombia. Universidad de los Andes.

² Grupo de Investigación en Macroeconomía de la Facultad de Economía (2020). “Nota Macroeconómica No.14. En emergencia todos ponemos: consideraciones sobre la financiación del estímulo estatal”. Bogotá, Colombia. Universidad de los Andes.

³ David Pérez-Reyna (2020). “Ideas para disminuir la informalidad y fortalecer el sistema de seguridad social”. Bogotá, Colombia.

4 Lanzamiento del libro: ‘Comercio Exterior en Colombia: Política, instituciones, costos y resultados’

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