El término tecnofeudalismo lleva al “recuerdo” de la Edad Media, siglos V al XV, de señores y siervos. La renta era el medio de mantener la clase propietaria. Los siervos cultivaban la tierra de los señores. Los señores recibían de los siervos el beneficio. Los pagos se realizaban en especie: productos agrícolas y animales.
La burguesía y el proletariado gestaron el capitalismo de la Primera revolución industrial. Marx, en el Manifiesto comunista (1846) escribió: “El antiguo modo de producción feudal ya no podía satisfacer la demanda.” Los burgueses del siglo XVIII se hicieron millonarios gracias a la acumulación de riqueza, dada la revolución industrial. A los obreros les correspondió el salario, en otras palabras, la remuneración por el trabajo.
Varoufakis hace una analogía entre la Edad Media y el mundo de nuestros días y la denomina tecnofeudalismo. En el presente se ha superado el capitalismo y se ha forjado el postcapitalismo. En realidad, el capitalismo ha muerto, sin mayores dolientes, dado que el nuevo orden económico, como consecuencia de la privatización de internet, 1995, con la liberación comercial de las redes de telecomunicaciones y la explotación privada de Internet, abierto a cualquier tipo de usuario.
Una nueva clase surge, denominada los “nubelistas”, compuesta por los propietarios de grandes plataformas digitales. Estos personajes y sus empresas crean riqueza no a través de la producción de bienes, sino mediante la renta obtenida del uso de datos y contenidos generados por los usuarios (Instagram, TikTok, Uber, Airbnb, Wechat…).
A partir de ese hecho de la historia de la revolución industrial, plantea Varoufakis, un nuevo orden económico, el cual consiste en el poder de los “nubelistas”. Obtener beneficio, sin capital alguno, muy distinto de lo que sucedió en la revolución industrial, cuando los burgueses obtenían el beneficio a partir de sus empresas. Los “nubelistas” no idean, pues encuentran el poder al apropiarse de datos, la atención y transacciones de los interesados, de tal modo que unos pocos oligarcas son billonarios.
A diferencia del mundo antiguo, como lo traza Aristóteles, en la Política (Πολιτεία): señores dotados de razón y de previsión de mando, dueños, y los esclavos capaces por sus facultades corporales de ejecutar órdenes y obedientes. A distancia del mundo medieval, señores que eran propietarios y siervos que trabajaban y distantes del capitalismo, de burgueses poseedores de industrias y proletarios asalariados; en el tecnofeudalismo, unos pocos señores en la nube, y “los siervos de la nube producen capital con su trabajo gratuito”, según Varoufakis.
En la ceremonia de posesión de Trump, en tiempos reciente, se hallaban Musk, Zuckerberg, Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple) quienes hacen realidad la industria tecno.
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