Últimamente se han puesto en boga los movimientos e ideología de derecha, que han ganado terreno en todo el mundo. Tanto se habla sobre esta corriente política, que me he llegado a preguntar; ¿Tendrán razón?
Tal vez la derecha tenga razón y lo que hay que hacer es negar toda posibilidad de bienestar social. Por ejemplo, la atención médica y a la salvaguarda de la vida no debe ser un derecho, sino un servicio al que solo podrán acceder aquellos que tengan los recursos para cubrir el valor que el mercado determine que debe tener una vida.
Tal vez sea un solo colectivo con una manera uniforme de ver la realidad, el que debe tener el monopolio de los recursos y los bienes de la tierra y tal vez la mejor opción sea seguir extrayendo sin ningún límite esos recursos y esos bienes, ya que la tierra puede resistir toda explotación, porque el impacto que tenemos sobre ella es mínimo o inexistente y hay que invisibilizar a quien diga lo contrario. Por más experto o científico o ambientalista que pretenda ser.
Tal vez la única inversión pública necesaria, es la que se hace en armamento, para proteger las fortunas de los que las tienen de aquellos a los que se les ha negado toda posibilidad de crearlas.
Tal vez el capital, es el que debe dictar todas las reglas. (Si no es rentable no se hace y punto). Tal vez hay que dejar que el mercado regule la justicia y el bienestar social, ya que los poderosos al amasar más ganancias dejaran gotear algo de su fortuna hacia abajo, trayendo paz, bienestar y felicidad a la población general.
Tal vez el otro, el diferente, debe ser visto como una amenaza y como alguien a quien reprimir y aniquilar de ser el caso con la ayuda de los únicos servidores públicos que vale la pena tener: los servidores en armas. Una bala es la mejor respuesta a cualquier pregunta.
Tal vez debemos ser próvida y protegerla solo antes del nacimiento. Después de eso, que sea el mercado el que determine si el individuo tiene o no valor.
Tal vez lo correcto sea levantar muros en las fronteras y llenarlas de cuerpos armados para que no entren los indeseables en lugar de procurar la justicia social y la paz en esos territorios, que solo son relevantes si sirven a los intereses de nuestro modelo.
Tal vez debemos hacerle caso al sesgo egoísta de nuestro cerebro y velar únicamente por nuestra prosperidad individual a corto plazo. Para qué preocuparse por el futuro, si no estaremos aquí para vivirlo.
Gústenos o no, esta ideología y esta manera de ver el mundo, es la que está triunfando actualmente. Por lo cual, en las próximas décadas se vislumbrará si esta sociedad se tornará o no en una pesadilla distópica. Por lo que de una manera u otra los siguientes años nos dirán si la derecha tenía razón.
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