“Los amo, los quiero, no soy, ni me importa hablar de derecha o de izquierda; lo importante es uno ser derecho en la vida, echar para adelante y siempre estar ahí y no pasar por encima de nadie".
J Balwin.
“A veces si, a veces no.”
Julio Iglesias, filósofo y cantante español.
No hay peores personas en este mundo como aquellas que desean desesperadamente caerle bien a todos, y para ello evitan a toda costa la “polarización”. No son confiables.
Ese es el caso del dos veces candidato presidencial (2018-2022) -y dos veces perdedor-, Sergio Fajardo, el cual todo indica, lo intentará por tercera vez.
Ya empezaron a entrevistarlo en TV y se vuelve a tener la misma sensación de angustia de hace 3 años cuando habla hoy día: la de una reina de belleza cuando le preguntan cómo haría para erradicar las guerras y el hambre en el mundo, un montón de buenas intenciones, de palabras bonitas, pero absolutamente nada en concreto, salvo para criticar a Petro, ahí más o menos entra en materia sobre algo, es decir, dice que no haría, pero es vago y no es especifico en lo que si haría.
Lo de criticar a Petro porque hizo o dejó de hacer, ya las senadoras Miranda y Juvinao del Partido Verde llevan un tiempo haciendo el trabajo sucio, o también conocido como pavimentarle el camino al candidato de centro, sea Claudia, el gobernador Amaya o Fajardo.
La estrategia o plan es muy sencillo, mostrar a Petro como el problema y luego vendernos a los anteriores como la solución
La estrategia o plan es muy sencillo, mostrar a Petro como el problema y luego vendernos a los anteriores como la solución. El presidente no se ayuda y en cambio, si les da toda la materia prima a ellas para que, junto con los medios de comunicación corporativos, se aseguren que la izquierda no pueda tan siquiera oler el poder el año entrante y que por favor cuando ellos ganen, les desocupen rapidito el 6 de agosto de 2026 el palacio de Nariño, y lo de construir sobre lo construido no le suena ni a él, ni a Claudia López, ni a Vargas Lleras, ni a nadie, a los únicos son a los del Pacto Histórico, de ahí su angustia por resolver la pregunta, ¿si no es Petro, entonces quién?
Pero Fajardo por ahora, -y me temo que los próximos meses- seguirá sin proponer nada, no se entiende como un matemático y exalcalde no aterriza propuestas prácticas, por ejemplo, que en un publirreportaje de esos que le hacen por estos días, donde no lo cuestionan o contra preguntan en lo más mínimo, diga: a ver, sí, yo sé de modelos matemáticos para predecir cifras de inflación, yo sé de macroeconomía, y creo que el país puede crecer al 3% anual si aplicamos mi conocimiento.
Pero nada, en cambio dice que en su gobierno no habrá Benedettis, ni politiquería, pero tiene fotos con Uribe, Don Berna y con cuanto cacique de esa clase se le ha atravesado en su carrera. Y nos lo quieren vender como el “antipolítico”, un poquito descarados, y apenas está comenzando la carrera de las elecciones.
Y es que ahí está el asunto con él y con los verdes hoy día, uno no sabe a qué atenerse si llegan al poder, es decir, si María José Pizarro, o Miguel Uribe suponiendo que lograran ganar, uno ya sabe qué clase de gobierno sería: Pizarro estatizando todo y Miguelito privatizando todo.
¿Y con Fajardo qué? Uno podría intuir que se la pasaría ejecutando obras con la famosa dupla de alianzas publico privadas, las APP -y eso es de lo más peñalosista del mundo, en el peor sentido posible- pero también se podría adivinar, (porque toca así con el paisa) que le llegue la frase con la que inicia esta columna de J Balwin, su coterráneo, y obvio, se sienta identificado y lo ponga de ministro de cultura.
Ah, y a Danielito Samper, el reguetonero del humor político en Colombia, lo contrataría por unos pocos cientos de millones para que le escriba sus memorias, o le redacte sus discursos, sabiendo que eso él lo haría gratis, el exdirector de Soho se siente cómodo en la centro derecha.
Porque el mayor temor de la gente, (y su perdición al mismo tiempo, por eso ha perdido dos veces) es que, si el exalcalde se llegase a sentar en el solio de Bolívar, le abra las puertas de par en par al uribismo y se disculpe después con sus votantes, diciendo que él siempre fue de centro derecha pero que nunca lo entendieron bien. Que la de centro izquierda era Claudia.
Está claro que la polarización política no es saludable desde ningún punto de vista, la gente está harta de que le vendan solo las dos opciones: o izquierda o derecha, y en estas elecciones vamos a ver si funciona otra vez “el que diga Uribe”, o la novedad de aquí al año entrante, “el que diga Petro”.
Pero huirle a como dé lugar a los extremos y presentar una proyecto de centro tan mal diseñado por lo melifluo, y que en las costuras se vea clarito que es alguien de derecha, y no derecha moderada, sino dura, es como comprar en Temu un candidato de centro propositivo, sin vaguedades y te llegue un muñeco Sergio Fajardo, con encantadores crespos plateados, y que cuando se le hala la cuerda que tiene atrás solo dice, “perdóneme que me excite”, y, “estoy cansado, triste y contento, abrázame fuerte ”
Por eso es tan fino ese chiste que dice que cuando Fajardo ve futbol le hace fuerza al árbitro, el que se inventó eso entendió como era él, pero yo le agregaría que el paisa le apostaría por debajo de la mesa una platica a los dos equipos también. No sé si me explico.
Posdata: Ya estuvo bueno de ir al vaivén de lo que opina Petro en X, al presidente se le ocurre cualquier cosa por la mañana mientras se lava los dientes, lo publica y toda la masa opinadora, analítica y noticiosa lo disecciona, y concluyen que el país se va a ir al garete por eso, esa misma noche Petro ni se acuerda lo que tuiteó por la mañana y publica otra cosa, y vuelve todo el mundo a opinar, a despotricar o a alabar.
Y en esas nos tiene hace dos años, ocho meses y trece días. Dejemos de hacerle caso por un tiempo al primer tuitero de la nación, probemos a hablar de otras cosas a ver cómo nos va y de pronto, descubrimos que hay temas más importantes por analizar y mostrarle al público.
Petro y su celular deformaron las audiencias, es menester corregir eso.
Del mismo autor: La senadora Esmeralda Hernández la reina de los animalistas, y la estupidez colectiva