Senderos del Perijá, un proyecto turístico de excombatientes

Senderos del Perijá, un proyecto turístico de excombatientes

En Pondores, Guajira, surge esta iniciativa que le apuesta a cambiarle la cara a este territorio tan afectado por la guerra y a dar a conocer la belleza de sus tierras

Por: Farid Sánchez Gómez
agosto 31, 2020
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Senderos del Perijá, un proyecto turístico de excombatientes

En la vereda de Pondores, al sur de La Guajira, en estribaciones de la serranía del Perijá, un proyecto turístico liderado por excombatientes de las extintas FARC-EP le apuesta mostrar a los turistas el corazón de un territorio que otrora fue escenario del conflicto armado. Senderos del Perijá es el nombre que los excombatientes han dado a la que sería una de los iniciativas ecoturísticas más llamativas de la región.

La vereda de Pondores (lugar donde inicia la aventura turística) se encuentra a veinte minutos en carro del municipio de Fonseca. Diariamente hay carros particulares organizados en cooperativas que prestan el servicio de transporte hasta la vereda por tan solo diez mil pesos.

Un conjunto de más de cien casas construidas con superoboard y techo de plástico adornan una zona de cuatro hectáreas. Una improvisada cancha de fútbol, niños corriendo por los estrechos callejones y murales con los rostros de quienes fueron comandantes de la insurgencia armada nos indican que estamos en el espacio territorial de reincorporación de Pondores, donde cientos de excombatientes transitan a la vida civil.

En ese espacio se divisan los imponentes cerros de la extensa serranía del Perijá.

En ese espacio se divisan los imponentes cerros de la extensa serranía del Perijá.

Desde ese lugar los que en su momento se alzaron en armas contra el Estado hoy planifican el desarrollo de su comunidad. Tienen una Junta de Acción Comunal que se encarga de organizar el espacio vital, un comité de género que le apuesta a la prevención de la violencia, una casa de la memoria fariana donde reposan fotos, atuendos y una diversidad de objetos que fueron usados por las Farc-Ep durante su participación en la confrontación.

La reincorporación es un punto del acuerdo de paz que consiste esencialmente en garantizar a los exintegrantes de la insurgencia su tránsito a la vida productiva, económica, política y social en el país. Sobre este, Tatiana, una mujer excombatiente, de rasgo indígena y muy amable, que lidera el proyecto turístico, manifiesta: “Senderos del Perijá es una iniciativa más en el proceso de reincorporación a la vida civil. Es un proyecto de autogestión que no cuenta con el apoyo del gobierno. Hemos sacado éste emprendimiento ante los incumplimientos del gobierno".

La serranía del Perijá se caracteriza por tener lugares exóticos y muy atractivos. Desde muy temprano, los monos aulladores anuncian la llegada del nuevo día; las coloridas guacamayas con su aleteo resaltan con el contraste del puro y azul cielo; de las montañas baja un aire puro que refresca la memoria y alivia la carga. Sin duda, la hermosa obra ecológica ha sido fuente de inspiración para poetas y compositores de la música vallenata.

El proyecto se ejecuta con el acompañamiento de la comunidad del corregimiento de Conejo, población que se encuentra ubicada a cinco minutos. Y cuenta además con el respaldo de agencias de turismo de la región, la academia y de un sector importante del comercio de la zona. Cabe resaltar que quienes lideran el proyecto son en su mayoría mujeres.

Después de pasar la noche en uno de los alojamientos dispuestos para los visitantes y de probar una "cancharina fariana" (una especie de arepuela que se hizo famosa en las filas guerrilleras por su alto contenido calórico), me levanté con el aire puro y fresco que ofrece la ruralidad. De inmediato, sentí la hospitalidad del lugar con el cantar de las aves y con una taza de café.

El recorrido inicia en el espacio de Pondores. Allí, una de las guías (Tatiana) me conduce a la casa de la Memoria Fariana. En su fachada están los rostros de Alfonso Cano, Jacobo Arenas y Lucero Palmera, referentes políticos e ideológicos de las Farc. Dentro de la casa hay unos maniquíes con uniforme militar y con armas de madera. Hay un equipo de radio que funcionó en la clandestinidad con el nombre de “Cadena Radial Bolivariana Voz de la resistencia” que emitía contenido musical de Julián Conrado y Lucas Iguarán. También observé una pancarta que narraba en orden cronológico el surgimiento de la guerrilla de las Farc-Ep en el caribe colombiano.

A unos veinte minutos, caminando por la orilla de un riachuelo de agua cristalina, llegamos a la Granja Nueva Colombia, lugar donde se ejecuta un proyecto agrario liderado también por excombatientes. En ese sitio, desde donde se divisa la cadena de montañas de la serranía del Perijá, se cultiva tomate, patilla, plátano, yuca, maíz y una variedad de alimentos propios de la región que son comercializados con posterioridad en la zona. Estaba ante un ejemplo de fortalecimiento de la economía rural.

A unos pasos de los extensos cultivos se encuentra el “campamento fariano”. Tatiana me comenta que decidieron construir una réplica de campamento para poder mostrar cómo funcionaba el día a día en la guerrilla. Mientras Tatiana narraba, observaba. A la orilla del campamento hay un riachuelo de agua fría, árboles gigantes que presumo tienen muchos años de vida y que entre sus ramas saltan desparpajados monos marimondas con sus crías en la espalda. Entre todo ese paisaje hay una hilera de carpas militares que cubren camas de madera y hamacas. En un extremo se erige una carpa de unos 15 metros de largo por 10 de ancho, debajo hay un fogón de arcilla y una tabla que hace de mesa de cocina, a ese sitio se le llama rancha, me dice Tatiana. No tan lejos de la rancha se encuentra el Aula, el lugar donde se enseñaba me dice la guía, todo lo concerniente a política, filosofía, y asuntos de guerra.

El recorrido continúa montaña arriba, el clima va cambiando a medida que vamos ascendiendo. La espesura verde se hace más evidente. Se escuchan chicharras y el zumbido del viento. Tatiana me cuenta que en la parte alta se cultiva lulo, naranja y café.

Intencionalmente omití detalles y lugares con el propósito de dejar en el lector la llama viva de visitar esa zona del país, rica en paisaje, gastronomía, música y hospitalidad.

Nota. Los excombatientes le han apostado a la paz y están siendo asesinados con la mirada indiferente del gobierno de turno. Apoyemos todas las iniciativas productivas lideradas por los excombatientes, así contribuimos a la consolidación de la paz.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Síndrome de Estocolmo: el alimento de la corrupción en Colombia

Síndrome de Estocolmo: el alimento de la corrupción en Colombia

Nota Ciudadana
En el Caribe comes o pagas energía

En el Caribe comes o pagas energía

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--