Se ha ido el indígena y su sabiduría nos enseñaba a escuchar la tierra y contemplar las maravillas de la creación.
Su espíritu nos trasladaba al cielo y su lenguaje nos hacía entender los fenómenos de la naturaleza.
Como recuperar el indígena si su lenguaje ha cambiado; nos quieren demostrar lo opuesto y su esencia y alma está herida; quisiéramos recuperar sus enseñanzas. Han hiperestimulado su mente y su lenguaje ya es otro.
Como apaciguar sus ánimos, se dejaron seducir, no quieren escuchar los árboles y contemplar las montañas; abandonaron las semillas y los frutos. Ya su inspiración es otra; tienen sed; pero no la quieren saciar en la cascada o en el rio y se han dejado conquistar.
La ciudad los absorbe; no quieren regresar a su hogar; a su origen; no quieren ver el arcoíris y ni interpretar las estrellas fugaces.
Su nuevo interés por la tierra hace que su retorno se prolongue; se expresan como la naturaleza; pero nos confunden y nos hacen creer que no son los verdaderos representantes y guardianes del ecosistema.
Se trasladan a las grandes ciudades y con sus exigencias creen que debilitan el Estado y que se necesita de un chamán para poder entender sus nuevos intereses.
Retienen soldados, se toma plazas, parques y su actuar se traduce en resistencia o protesta y lo que buscan es la reivindicación de sus derechos. Así lo indican.
Le solicitaremos ayuda a un antropólogo para que nos haga entender el porqué de sus nuevos comportamientos no indígenas. Y como experimentados les tomaremos una fotografía para que su imagen quede plasmada con la realidad social; como una huella, un vestigio y que el enfoque semiótico de esta nos explique por qué y para que este momento histórico y que la comprensión de esta permita al Estado resolver sus intereses económicos, ideológicos, políticos, sociales y así no tener que recuperar su alma.