La reciente Consulta Popular propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro sobre la reforma laboral en Colombia ha revelado inquietantes paralelismos con las estrategias que Hugo Chávez utilizó durante su ascenso al poder en Venezuela. Tras el hundimiento de esta iniciativa en el Senado, el presidente colombiano no celebró la resurrección de la reforma laboral por vía legislativa —que beneficiaría más rápida y efectivamente a los trabajadores— sino que optó por declararse "en pie de guerra" y convocar movilizaciones populares. Este comportamiento evidencia que la consulta no perseguía realmente el bienestar de los trabajadores, sino que funcionaba como una maniobra política para oxigenar al Pacto Histórico en medio de su creciente desgaste.
Anuncios
El uso de mecanismos plebiscitarios para sortear los controles institucionales fue también una característica definitoria del régimen chavista. Cuando Petro anuncia que incluirá en la consulta preguntas como "que baje el precio de los medicamentos", replica la estrategia de Chávez de utilizar temas populares para manipular emocionalmente a la ciudadanía. Lo hace omitiendo deliberadamente que, como señaló el exministro Alejandro Gaviria, el gobierno ya tiene facultades para regular estos precios y no lo ha hecho, demostrando que "su interés no es bajar los precios, sino hacer demagogia". Esta instrumentalización de crisis —como la de medicamentos— para justificar medidas extraordinarias refleja el populismo autoritario que caracterizó a Venezuela, donde cada problema se convertía en oportunidad para concentrar poder.
La polarización social como estrategia política es otro elemento común entre ambos líderes. Así como Chávez dividió a la sociedad venezolana entre "patriotas bolivarianos" y "oligarcas", Petro construye una narrativa que separa a "defensores de los trabajadores" de supuestos "enemigos del pueblo". Esta retórica divisiva, sumada a la deslegitimación sistemática de las instituciones democráticas cuando no aprueban sus iniciativas, sigue el manual chavista de debilitamiento institucional.
Los estudios académicos sobre el autoritarismo carismático señalan que líderes como Chávez construyen su poder mediante la movilización dirigida desde arriba, donde las manifestaciones populares son organizadas y controladas desde el ejecutivo. Cuando Petro llama a movilizaciones tras el fracaso de su consulta, replica este modelo "top-down" que caracterizó al chavismo.
La historia venezolana nos enseña que el deterioro democrático no ocurre de golpe, sino mediante un proceso gradual de erosión institucional que comienza precisamente con estrategias como las que estamos presenciando: consultas populares con preguntas manipuladoras, deslegitimación de los poderes legislativo y judicial, y la construcción de una narrativa mesiánica de rescate nacional. Colombia debe aprender de la experiencia venezolana para evitar transitar el mismo camino hacia el autoritarismo.
También le puede interesar: