¿Qué se negocia con el ELN?
Opinión

¿Qué se negocia con el ELN?

Una guerrilla sin expectativa de poder, sin justificación ideológica, sin reconocimiento internacional, ¿cómo es vista por Petro en su propuesta de Paz Total?

Por:
noviembre 23, 2022
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Entender el mundo hace 30 años era sencillo. Como evolución después de las Guerras Mundiales se formó la Guerra Fría  que dividió al mundo en dos: los modelos políticos Capitalista y Socialista (que llamamos ‘Comunista’); basados respectivamente en sus propios sistemas económicos, el primero en la propiedad privada, la libertad de empresa y el funcionamiento del Mercado, el segundo en que el Estado es dueño de los medios de producción y se manejan alrededor de la planeación central; y con principios y objetivos definidos, para uno la libertad individual, para el otro la igualdad entre los ciudadanos.

Después de la Segunda se generaron en Colombia tres insurgencias armadas que proponían una revolución para adoptar el modelo ‘comunista’: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc; el Ejército Popular de Liberación, EPL; y el Ejército de Liberación Nacional, alineadas respectivamente con La Unión Soviética, la República Popular China y Cuba. También se dio otra guerrilla, el M-19, no revolucionaria ni anticapitalista, nacida de la idea que le habían robado el poder a la Anapo y con el único objetivo de retomarlo (‘con las armas, al poder’).

En los años noventa esto acabó:

El modelo soviético implosionó; la Unión Soviética desapareció (excepto para alguna figura del Centro Democrático); los países del pacto de Varsovia y las naciones asiáticas Soviéticas (cuyos nombre casi ni conocemos) se volvieron capitalistas de un día para otro; el triunfo Capitalista se desbordó con el Consenso de Washington que consideró que el crecimiento económico solucionaba todos los problemas Sociales.

Sin posibilidad de concreción en el poder, sin propuesta alternativa de modelo de Gobierno, sin acompañamiento internacional, las insurgencias se encontraron en un vacío que les dejó como único objetivo y como único problema el cómo negociar su desmantelamiento. Fue fácil con el M-19 (que nunca había sido procomunista), contra su derecho de acceso al poder; y con el EPL, contra que se olvidaran de que existía.

Lo avanzado con las Farc fue saboteado con el traicionero bombardeo al Secretariado durante la tregua y las conversaciones, y producido el mismo día de las elecciones para la ‘Constituyente de la Paz’.  Los sucesivos gobiernos iniciaron negociaciones que culminaron bajo la presentación de que no sería una rendición (para las condiciones de inserción) y que algo tendrían que poder mostrar como resultado (el Acuerdo para reivindicar su lucha respecto al tema agrario).

El ELN se encuentra hoy en posición parecida: sin expectativa de poder, sin justificación ideológica, sin reconocimiento internacional y solo aspirando a terminar su existencia en una forma presentable y sin demasiado castigo para sus miembros. Pero también con diferencias: adujo una inspiración moral superior (influencia de la Teología de la Liberación y de que sus directores fueron curas, pero de la cual queda poco), descalifica la capacidad del Gobierno de representar a la población; y tiene una estructura menos jerarquizada.

¿Como lo ve Petro en relación con su propuesta de Paz Total?

En el acuerdo con las Farc fue el tema agrario
con el ELN ese rol lo podrá cumplir
una Asamblea Constituyente

Por Paz Total entiende mucho más que el fin del levantamiento en armas. La guerrilla es factor secundario: ni como expresión de inconformidad, ni como oportunidad para solución de condiciones de vida pesa mucho; las manifestaciones masivas remplazan lo primero y la delincuencia lo segundo. Tiene una importancia simbólica porque confirma la inutilidad de la vía armada al mismo tiempo que reconoce cierta justificación a la rebeldía.

Para Petro, el manejo de esto, como el de la economía, son necesarios, pero solo instruméntales en un contexto donde la Economia Política contempla como prioridad los temas ‘sociales’ y la coherencia con problemas de la humanidad, ajustándose a un nuevo ‘modo de producción’ que asoma con los nuevos factores, sistemas, relaciones, objetivos y condiciones de producción.

Como en el caso del Acuerdo del Colón y las Farc ayudó el tema agrario, para con el ELN ese rol lo podrá cumplir el tema de una Asamblea Constituyente. Y como condición de insurgentes esperarán algunas ventajas adicionales a las acordadas con las FARC, para lo cual y para en algo a bajarle el tono a la polarización sirve vincular al proceso a la oposición (Lafaurie representa más la oposicion política que el interés gremial)..

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