A propósito de la crisis de Fabricato

A propósito de la crisis de Fabricato

"La raíz de las dificultades se originan en ese mundo que nos metieron cuando abrimos los mercados sin prevenir que con ello estábamos afectando nuestra industria"

Por: Víctor Jose Pardo Rodriguez
noviembre 22, 2017
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A propósito de la crisis de Fabricato
Foto: Archivo El Espectador

Como trabajador de Texmeralda, empresa filial del grupo Fabricato, me tocó vivir varias de las crisis del grupo, aún tengo las acciones que compré en Carulla a 7 pesos. Recuerdo cuando ofrecimos comprar un grupo de acciones de Texmeralda del capital suscrito no pagado con cargo a prestaciones sociales con el propósito de contribuir con la crisis de la entidad, aspecto que fue definido plenamente en una asamblea del sindicato, pero que a la empresa le pareció un acto muy interesante pero difícil de aceptar por cuanto significaba que los trabajadores entraban a formar parte directa de la empresa en calidad de propietarios.

Muchos años han transcurrido desde entonces y las crisis del sector textil cada día se agudizan más, infortunadamente estas siempre salen perjudicando a los trabajadores. Hoy cuando Fabricato toma la decisión de mandar a los trabajadores a sus casas por un corto tiempo en la época en la que la producción debería estar en su mayor nivel —por la época decembrina— es un motivo de reflexión sobre lo que está pasando.

Aquella empresa que yo conocí de la que formábamos parte cerca de diez mil trabajadores al parecer hoy solo cuenta con algo más de dos mil. La pregunta es ¿por qué?, ¿será acaso lo que algunos dirigentes del sector empresarial han manifestado que la crisis de la industrial textil y de la confección obedece a los altos costos de producción en virtud de las altas cargas laborales en beneficio de los trabajadores? No lo creemos, al contrario, hoy los trabajadores de la industria textil gozan de muchos menos derechos de los que en aquella época se gozaba. Por ejemplo, para que una compañía mexicana pudiese comprar a Coltejer fue necesario eliminar la organización sindical y los derechos que esta había adquirido con sus trabajadores. En Fabricato hay un capítulo especial para los trabajadores de ingresos recientes, es decir, que estos no gozan de estabilidad plena ni tampoco de los beneficios que les dio la antigüedad en la empresa.

En la pequeña industria de la confección los costos de producción no sobrepasan el 2% por derechos diferentes a los legales solo en aquellos lugares donde aún existe una organización sindical, pero lo más grave es que estos trabajadores desarrollan su actividad hoy mediante una precarización de empleo dentro de las distintas formas existentes donde su labor se paga por unidades de obra, un destajo disfrazado y que creíamos se había superado. En las otras, el pacto colectivo frena cualquier actividad de la organización sindical. Así las cosas, encontramos que la tecnificación ha hecho una reducción en los puestos de trabajo, una mayor productividad que no se ha reflejado en beneficio a sus trabajadores, y no es que nos opongamos a la tecnificación, es que la escuela japonesa sobre calidad total enseña que todo aquello que sea bueno para la empresa, tiene que ser bueno para los trabajadores, aspecto que en el caso colombiano no se vio.

Claro, lo anterior no es la raíz de la crisis, la raíz de las dificultades se originan en ese mundo que nos metieron cuando abrimos los mercados sin prevenir que con ello estábamos afectando nuestra industria. Los distintos Tratados de Libre Comercio que se han dado en el país y las circunstancias de hoy en diversos sectores de la producción nos están dando la razón, nos opusimos y nos oponemos a los Tratados de Libre Comercio porque afectan nuestras industrias, nuestros empleos, nuestra calidad de vida, en general el futuro de nuestras familias y la ilusión de poder tener un país  donde el capital cumpla una función social que prevalezca sobre los intereses meramente monetaristas de corto plazo.

El día que el país entienda que debe proteger su industria, que el mayor consumidor es su propia población y en consecuencia propiciar los recursos necesarios para que no se tenga que acudir a producciones extranjeras que muchas de ellas provienen de la explotación inmisericorde del ser humano, podemos pensar que estamos en la vía de la construcción de una sociedad en paz con justicia social.

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