¿Por qué se desbordó la corrupción en Colombia?
Opinión

¿Por qué se desbordó la corrupción en Colombia?

¿No será que la estratificación social que aísla amplios sectores de la población y crea grandes privilegios, es la que genera comportamientos perversos?

Por:
julio 23, 2019
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La salida de altos mandos del Ejército colombiano por los malos manejos que ya conoce la opinión pública, y los nuevos que probablemente vendrán, son hechos que obligan a cuestionamientos muy serios sobre nuestro país, sobre nuestra sociedad. En primer lugar, no es fácil entender por qué el Estado, no solo el gobierno ni concretamente el ministro de Defensa, solo actúa de manera reactiva cuando los medios evidencian los hechos innegables de corrupción de algunos comandantes del ejército. En segundo lugar, ¿qué pasó en esta sociedad colombiana para que en la institución más valorada del país, a la que se le debe su gran sacrificio en vidas y sufrimiento para avanzar hacia un país en paz, termine con una parte de su cúpula en actividades tan turbias?

Tolerancia cero dejó de ser una verdadera norma para convertirse en un simple discurso para las galerías, con la complicidad de amplios sectores que mandan en Colombia. La verdad es que lo que parece que ha predominado es la consigna opuesta: ¡tapen, tapen!, que demuestra la desaparición de la sanción social como norma de comportamiento ciudadano. Que el narcotráfico y sus objetivos de enriquecimiento rápido sin medir las consecuencias pueda ser una de las explicaciones, no es la excusa para no profundizar en otras causas de esta peligrosa forma de comportarse, especialmente quienes asumen grandes responsabilidades.

 

Lo que ha predominado es el ¡tapen, tapen!,
que demuestra la desaparición de la sanción social

 

¿No será necesario revisar los valores, ya no solamente religiosos sino laicos, que estamos enseñando a nuestros niños y jóvenes y que además estamos aceptando como válidos para convivir en sociedad? Una pregunta aún más compleja que seguramente recibirá el rechazo de muchos: ¿No será que la estratificación social de esta sociedad que aísla a amplios sectores de la población y que crea grandes privilegios, genera comportamientos perversos? Es una idea atrevida pero es posible que amerite explorarla. ¿No es curiosa la frecuencia con que sectores poderosos usan la terrible defensa de "usted no sabe quién soy yo"? ¿Será que en los sectores privilegiados algunos creen que para ellos no existen límites?

La tolerancia frente a los conflictos de intereses en sectores poderosos, el enriquecimiento sin cuestionamientos, la bienvenida al lujo y la superficialidad en general en que se mueve esa minoría que todo lo tiene son una serie de expresiones de una sociedad que necesita revisar sus normas aceptadas hasta ahora en su comportamiento, como individuos y como grupo social. Nuestro país debe abandonar la idea de que los ladrones son los pobres, que los únicos asesinos son los sicarios, que quienes los financian no son aún peores criminales porque sus beneficios son inmensos, de que ganar reconocimiento se logra solo con ostentación de dinero y poder.

Las razones que pueden explicar estos niveles de corrupción muy altos de instituciones a las que el país debe mucho y llenas de personas que han sean sacrificado por cumplir su misión no solo es un tema de los entes de control. Es parte de nuestras obligaciones como ciudadanos entender dónde hemos fallado como país, como sociedad. Los análisis que nutran ese direccionamiento que requiere Colombia deben ser parte fundamental de las reflexiones que todos, sin excepción, independientemente del lugar que ocupemos, tenemos la obligación de plantearnos para contribuir a la búsqueda de respuestas que esta sociedad demanda ya. No es posible mirar con indiferencia lo que nos está pasando. Tratemos de aportar ideas para la respuesta a esta pregunta crucial: ¿Por qué se desbordó la corrupción en Colombia?

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