Parque Nacional Natural 'El Tuparro', un paraíso entre el olvido y la indiferencia

Parque Nacional Natural 'El Tuparro', un paraíso entre el olvido y la indiferencia

Está ubicado en el departamento del Vichada y requiere, con urgencia, el apoyo del Gobierno

Por: Julio César Hidalgo
septiembre 13, 2016
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Parque Nacional Natural 'El Tuparro', un paraíso entre el olvido y la indiferencia
Foto: colparques.net

Vivo y trabajo en Cazuarito, Vichada, pequeña población ubicada a orillas del río Orinoco, frente a la decadente e insegura ciudad de Puerto Ayacucho, estado Amazonas, Venezuela. Esta inspección fue en el pasado importante vitrina de intercambio comercial con el vecino país. Por su ubicación estratégica es lugar de transito obligatorio para quienes desean visitar el Parque Nacional Natural El Tuparro-PNNT-, donde se encuentra, según Alexander Vont Humboldt, la octava maravilla del mundo: Los Raudales de Maipures. Estos rápidos son un fenómeno natural, causado por las fuertes corrientes del majestuoso río Orinoco, interrumpidas por la presencia de grandes y múltiples rocas en su cauce.

En noviembre de 2015, tuve la fortuna de visitar, junto con varios profesores, administrativos y estudiantes el Parque El Tuparro, gracias a la invitación hecha por la administración de dicho lugar. A través de una trocha, que nunca ha sido intervenida, a bordo de camionetas 4X4 y atravesando el caño Mesetas en un “planchón” y luego de casi dos horas de camino llegamos al caserío Garcitas. Allí abordamos una embarcación transcurridas dos horas de navegación desembarcamos en tan anhelado destino.

Ya en el centro de visitantes “Maipures”, recibimos charlas de entusiastas guardabosques quienes nos enseñaron una breve reseña histórica del lugar e información general de las diferentes especies de animales y plantas que habitan la extensión del parque 548.000 hectáreas. También socializaron algunas actividades de investigación de especies como dantas, tigres, tortugas y variedad de peces.

El segundo día, realizamos recorridos por senderos casi vírgenes, actividad que nos permitió conocer la biodiversidad, los muy variados paisajes que ofrece la sabana, los bosques de galería, morichales, los inmensos y múltiples afloramientos rocosos, y los causes de los ríos Orinoco y Tuparro.

El día tres realizamos la actividad que más me gustó, nos arrojamos desde una canoa  a las aguas del río Tuparro, dejándonos arrastrar por sus rápidas corrientes, eso sí con chaleco salvavidas. Sentir el poder, la fuerza y la frescura del agua me convenció de que estaba en el lugar más maravilloso del mundo. También sentí lo insignificante que era ante tanta inmensidad y belleza.

En las noches, gracias a un kiosco vive digital, pudimos entrar en contacto con el mundo exterior, llamando y enviando fotos y videos, así pudimos contar la aventura que estábamos viviendo a nuestros familiares y amigos a cientos de kilómetros.

En la tarde fuimos al centro administrativo, luego de desembarcar y de una corta caminata encontramos una especie de maloca, habitada por algunos funcionarios de parques nacionales, todos hombres, vestidos con su uniforme azul y con la alegría de quien hace rato no recibe visita. Se notaba a leguas la necesidad de la presencia de una mujer. Al hacer un recorrido por las construcciones, vimos sólo ruinas: oficinas, habitaciones, talleres, laboratorios, garajes, salones, carros, motos, etc. Era evidente el abandono total por parte del gobierno. Sentí tristeza y a la vez la necesidad de contar esta realidad.

¡No más olvido e indiferencia!, el Parque Natural Nacional “El Tuparro” requiere de la mirada y de la inyección de recursos por parte de los gobiernos, nacional, departamental y municipal, con la intención de desarrollar proyectos de investigación de las especies, de infraestructura, de difusión y promoción, de formas de trabajo asociativo, de vías de acceso y todo tipo de iniciativas que conduzcan a mejorar su operación y resulte así más viable visitarlo y no perdernos el derecho de conocer este paraíso vichadense y de paso generar fuentes de trabajo para muchos habitantes de la región y dejar de depender del comercio con el vecino país, pues su economía está maltrecha y sus bolívares no alcanzan para venir de compras a Cazuarito.

Promocionar el turismo en el departamento de Vichada es una posible alternativa de desarrollo sostenible, pues tenemos la riqueza natural para  lograrlo, es cuestión de organizarnos y  crear alianzas institucionales, que conduzca a la creación de una política pública en ese sentido; más aún cuando estamos ad portas del postconflicto, donde muchos desmovilizados necesitarán una oportunidad para rehacer sus proyectos de vida.

En la Institución Educativa Antonia Santos, Cazuarito, queremos aportar nuestro grano de arena, es por eso que hemos solicitado a la Secretaría de Educación de Vichada, asistencia técnica y financiera para definir el turismo como modalidad de la educación media, estamos tan convencidos en ese propósito, que ayer sábado 10 de septiembre varios docentes, administrativos, estudiantes y egresados, iniciamos el programa académico profesional en guianza turística, ofertado por el SENA, gracias a las gestiones de la oficina de turismo del departamento.

 

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