"Ojo con Medellín que se nos va volver como lo peor de Bogotá"

"Ojo con Medellín que se nos va volver como lo peor de Bogotá"

Delincuencia, contaminación, constantes fallas en el transporte público, entre otras problemáticas preocupan a los medellinenses

Por: ANDRES FELIPE GIRALDO MADRID HARIPRASADA DAS
marzo 23, 2018
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Hace algunos años un prominente director de teatro que incursionó en la política nos decía una y otra vez su frase de batalla: ¡Ojo con Antioquia!

Hoy a los múltiples problemas que tiene esta bella tierra se suma uno y es la destrucción de su capital desde sus entrañas y desde sus instituciones y estructuras más emblemáticas.

Cada vez parece que las virtudes de las que tanto nos enorguceciamos los habitantes del valle de Aburrá están desapareciendo y esta ciudad se parece cada día mas a Bogotá, pero no en lo bueno que tiene Bogotá sino solo en lo malo.

En los últimos días estamos asistiendo a una prestación del servicio del metro de Medellín que cada vez se parece más al TransMilenio. Cada semana hay unas varias suspensiones en la prestación del servicio y siempre es por lo mismo, “una catenaria”.

Se han inventado un tiquete que tienen que recibir los empleados de forma manual y depositar un desprendible en una cajita lo que ocasiona que las filas solo para entrar al metro ya sean insoportables en cualquier hora y mucho más en horas pico.

El espacio de la zona de entrada del metro no es usado en su totalidad, solo se habilitan en la mayoría de las estaciones dos o tres torniquetes para que la gente pueda entrar, pudiendo tener toda la zona con torniquetes y así agilizar la entrada.

En las horas pico es inaudito que en las taquillas solo esté habilitada una sola ventanilla para la venta de tiquetes, las filas son insoportablemente largas.

En la última estación de la línea A en la zona norte del Valle de Aburrá hay dos plataformas, una para descargar los pasajeros y otra al frente para que la gente se suba a los trenes razón por la cual los trenes descargaban a los pasajeros, luego el tren se movía un poco para delante y hacia un reingreso a la plataforma para recoger los pasajeros. Hoy en día, no sabemos por la brillante idea de quien se hace un descargo de los pasajeros en la misma plataforma donde están a la expectativa los pasajeros que pretenden entrar generando así un caos entre quienes quieren salir de los vagones y quienes quieren entrar, un choque de masas humanas, una situación provocada a propósito, que atenta contra la dignidad de los pasajeros como seres humanos y que nos pone en una situación similar al ganado, uno parece que no va a trabajar sino que está en un tren con destino a Auschwitz.

Todo esto ha convertido la experiencia de viajar en metro en un atentado contra la dignidad humana, una pesadilla,  y aun así hay algunos “expertos” que quieren meterle y meterle más y más rutas alimentadoras al metro para rellenarlo más y más de gente.

Hay que aceptar que el metro de Medellín ya llegó al tope de su capacidad y si la administración no piensa rápido una alternativa que solucione el problema de transporte en el valle de Aburrá esta ciudad va mantener en un caos catastrófico peñalosiano o peor.

Las soluciones que en campaña proponía el actual gobernador de Antioquia deben de considerarse por muy descabelladas que parezcan, desde un segundo piso para la ciudad pero mejor aún un metro que vaya por toda la avenida regional sin que entre al centro y ciclo rutas por toda la ciudad, no solo en los barrios de riquitos. Lástima que todas estas propuestas solo fueron bulla de campaña que se la lleva el viento.

Hoy la ciudad de Medellín es la gloriosa ganadora a la ciudad con el peor aire de toda Sudamérica y todo esto por culpa de la proliferación de automóviles. Lo más terrorífico de esto es que según las proyecciones el número de autos va a aumentar, pues hoy conseguir en un carro es cada vez más fácil y como viajar en transporte público es una pesadilla la gente va a querer siempre conseguir un carro así la ciudad sea hoy una cámara de gas. (¿Somos judíos y nos quieren matar o que?)

La única solución que ha planteado la administración es aumentar el pico y placa cuando el aire ya se hace insoportable, pero que importa, ya la gente medianamente pudiente se compra dos o más carros y que el aire de la ciudad se joda, es como si la gente creyera que no respiráramos. En Internet se pueden encontrar datos como 9,2% de las muertes en Medellín son por la contaminación de su aire,  partícula en el aire del Aburrá es 53,4% cancerígena, 3000 personas mueren al año por contaminación y ni así para la estupidez de tener y tener carros. (La astucia paisa en su máximo explendor)

En la avenida oriental hace años había una franja de árboles que medio alivianaban el problema del aire en el centro de Medellín y que el genial y verde alcalde de ese entonces, Fajardo, tumbó para reemplazarlos por unas monstruosas y vomitivas pirámides de concreto forradas de azulejos. Hoy la administración se ha dado cuenta de ese desastre y está de nuevo poniendo árboles en esa zona. Pa´ eso hay plata pa´gastarla.

En todo el corazón de Medellín hay un lugar que le dicen “El parque de San Antionio”, que de parque no tiene nada; es una extensión gigante de terreno cuyo piso está forrado en adoquín. No sé si a nadie de la administración de Medellín se le ha ocurrido en llenar ese parque de árboles, sería muy buena idea.

Pero lamentablemente quienes administran esta ciudad ni cuenta se dan de esto porque parecen más interesados en salir en televisión, redes sociales y cuanta pantalla se les atraviese haciendo todo de tipo de actos faranduleros como perseguir bandidos pobres, llorar por bandidos ricos, y por su puesto perseguir al comunismo ateosatanicocastrochavismo. Ni cuenta tampoco se dieron los administradores anteriores quienes se dedicaron a cantar a los cuatro vientos sobre la educación mientras las universidades públicas se caían a pedazos y los semáforos de las ciudades estaban atestados de jóvenes haciendo malabares y lavando los vidrios de los carros por míseras monedas.

Estas administraciones parece que nunca montaran en metro, ni en bus y si lo hacen tienen una gran habilidad para mirar para otro lado. Deberían de dar un viaje en metro hacia el norte de la ciudad (castilla, tricentenario, santacruz, popular, etc)  y ver el abandono administrativo en el que está esta parte del Valle de Aburrá, caos vehicular, basuras, desborde monstruoso de la construcción, hacinamiento, falta de vías, etc. Se extiende amablemente esta invitación  igualmente para las dos ciudades a las que les corresponde su administración: Bello y Medellín.

Igual el centro de Medellín tampoco se salva, y eso que dizque el centro tiene o tenia, no se, dizque un gerente. Desde hace 20 años no he podido ver al centro de Medellin bien así sea solo en su infraestructura, siempre hay una obra publica que mantiene esta parte de la ciudad con un aspecto que parece que hubiese sufrido un bombardeo, lo que pone un alcalde el otro lo quita, luego llega otro y lo vuelve a poner, pero ¿quien pone el billete para todo eso?, Claro como aquí está bobo. Quitan y ponen adoquines en las calles del centro como deshojando margaritas pero no para decirnos cuanto nos aman sino para llenarse los bolsillos con los contratos que hay en esto, como si no hubiera nada mas en que gastarse la plata.

Cuando hay un caos tan grande como este uno tiende a pensar en todo tipo conspiranoias que van desde las teorías Malthusianas que proponían mantener controlados a los pobre mediante la imposición de condiciones insalubres, hacinamiento, y caos social hasta las más evidentes triquiñuelas administrativas neoliberales para vender cuanta empresa pública con la disculpa de que era inviable tal y como lo hizo la administración del anterior alcalde y gobernador guapo de risos seductores que vendió la mitad de la mejor empresa de telecomunicaciones del país de esa época, UNE y que hoy propone subir la edad de pensión pues sus patrones de Protección no están satisfechos con lo que escurren de los bolsillos a los cotizantes.

Todo este panorama oscuro de Medellín al que no se le ha mencionado el asunto de la delincuencia, combos y bandas porque eso da para un libro más gordo que el de Petete debería de ser nuestra preocupación como ciudadanos libres y consientes si es que nos preciamos de ello, no el castrochavismo. Ojo con Medellín que se nos va volver como lo peor de Bogotá.

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