Nosotros, la más cruel de las pandemias

Nosotros, la más cruel de las pandemias

Si no se toman medidas, así sea individuales, la naturaleza volverá de nuevo a desquitarse, ya sea con pandemias, desastres naturales y otros

Por: Diana Carolina Abril Giraldo
enero 27, 2021
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Nosotros, la más cruel de las pandemias
Foto: piqsels

Cifras nacionales

Para saber por qué hacemos parte de la más cruel de las pandemias, se debe tener presente las cifras de natalidad y de crecimiento poblacional. En Colombia, la tasa bruta de natalidad ha bajado desde el año 2000 y los cambios son impresionantes. A ese año (2000) la tasa de nacimientos, según Index Mundi, era de 22,85 por cada 1000 personas y al año 2018 la tasa fue de 15,8 por cada 1000 personas. Eso, al 2018, porque al 2019 se ubicó en 15,4 nacimientos por cada 1000 personas, según la Central Intelligence Agency (CIA) por sus siglas en inglés. Incluso, ahora el territorio colombiano, se ubica en el lugar 114 de 223 países en la tasa de nacimientos, según la misma agencia.

Como se puede notar y a pesar de la inmigración venezolana (como muchos creían), esta tasa de nacimientos bajó de forma considerable. No obstante, aunque bajó la cifra, según datos de Worldometer, Colombia se ubica en el puesto 29 de acuerdo con la cantidad de población con respecto a 235 países.

Cifras mundiales 

Al cierre de este artículo, el mismo portal Worldometer, se observan casi siete millones de nacimientos y un crecimiento poblacional de casi cuatro millones, en el transcurso de los primeros dieciocho días del año. Por otro lado, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la población se incrementará en mayor medida en los países India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Tanzania, Indonesia, Egipto y los Estados Unidos al año 2050. Llegando a tener para ese mismo año 9700 millones de habitantes, teniendo en cuenta que la población actual mundial es de algo más de 7700 millones. Es decir, sería un aproximado de 2000 millones más de habitantes de acuerdo con datos de la entidad. Sin embargo, Worldometer hace referencia a que "la tasa de crecimiento está disminuyendo actualmente y se prevé que continúe disminuyendo en los próximos años (alcanzando menos del 0,50% para 2050 y del 0,03% en 2100)".

¿Procrear en medio de la pandemia? 

Por una parte, los datos de natalidad han bajado, pero por otra, subirán con los años. Aquí aplicaría la frase: "procrear hijos sí, pero no así". Pues sí, es a partir de esas cifras y a pesar de que observa una disminución en el transcurso de los años de la natalidad, que no se puede admitir ese plan de traer hijos a este mundo con un futuro incierto y que no tiene ningún asidero y menos en medio de esta situación y de otras pandemias que es factible se puedan presentar. Es hora de reflexionar en que no es nada sano que lleguen tantos niños al mundo a pasar necesidades y hacer pasar necesidades a otros.

Planificar en medio de la pandemia

Hay programas de planificación por parte de los gobiernos de los países más proclives y en donde está más marcada la pobreza extrema. A estas personas es que toca llegar, en primera medida y debido a la limitación en el acceso a métodos de planificación. A los que tienen posibilidades de acceder a los métodos y saben que no podrán dar las garantías suficientes a sus futuros hijos, deben propender por cuidarse y ayudar a cuidar el planeta.

Los métodos de planificación son asequibles. En Colombia, por ejemplo, Profamilia es el organismo encargado de ello, además de muchas otras entidades que brindan servicios de control natal en los que se ofrecen miles de alternativas. Lo que cuesta un método de planificación económico, que dura de entre tres y cinco años (cuando se cobra), es lo equivalente a lo que más o menos costaría una paca de pañales desechables de treinta unidades y que solo duraría unos seis o siete días.

La contaminación que generan los pañales

No es solo es lo que cuestan los pañales, sino la contaminación que se genera. Un pañal desechable dura entre 300 y 500 años en degradarse y (según mis propias cuentas) en un bebé se gastaría un poco más de 3100 pañales en dos años. Aunque, hace un tiempo se ofrecen en el mercado pañales ecológicos, más económicos y lavables. Eso, sería una buena opción. Pero allí entraría el tema del gasto de agua. Por punta y punta es algo perjudicial para la Tierra. Los pañales son solo por poner un ejemplo, porque muchos son los elementos que utiliza un ser humano, que van en detrimento de la salud ambiental del planeta.

Las mujeres como contaminadoras del planeta

En el caso de las mujeres y con respecto a uso de toallas higiénicas y tampones, es la misma historia de los pañales desechables, pues, estos, duran entre 500 y 800 años en degradarse  y cada mujer utilizará en su vida entre 10 000 y 13 000 toallas higiénicas o tampones. En ese sentido, la mujer es la culpable. Pero, cabe agregar que ahora está la opción de las toallas ecológicas, la copa menstrual e incluso unos calzones absorbentes para disminuir un tanto la contaminación. Pero estas alternativas en favor del ambiente, apenas se están usando hace unos años.

Todos somos culpables

La realidad es que todos somos culpables, los niños por llegar a un mundo al que no pidieron venir, las mujeres como ya se explicó y los hombres, que, a su manera, también han ayudado a una interminable contaminación. Aquí cabe mencionar el tiempo de degradación de las botellas de plástico y pitillos del que hacemos uso todos, el cual está estimado en unos 1000 años.

En cuanto a lo anterior, Colombia dejará de usar los pitillos junto con las bolsas y otros productos plásticos este 2021 y de acuerdo con la Ley 1973 de 2019. Ahora bien, ni qué decir de los encendedores, las baterías, las botellas de vidrio, los zapatos de cuero, las colillas de cigarrillo, las llantas, etc. Somos sobreconsumidores de esos desechos eternos y contaminantes. Así las cosas, los desechos no tienen la culpa, los que nos deshacemos de estos, sí.

A nosotros, debe sumarse la contaminación industrial que ha contribuido de manera negativa en la eliminación de ecosistemas completos con sus tantos proyectos acabados y sin acabar y, que, han ido en detrimento del ambiente. Por una parte, ayudan en la generación de empleo, pero por otra, lo hacen con la destrucción de los recursos naturales.

Se puede tener hijos, pero con un plan 

En caso de decidir tener uno, dos o tres hijos, se debe tener un plan que debe incluir opciones ecológicas, económicas y contextuales. Las ecológicas resultan bastante claras a lo largo de la columna. Por el lado económico, como se ha dicho, no puede ser que en una situación difícil de desempleo o demás, se pretenda traer niños a sufrir por la escasez de recursos y, por lo tanto, de oportunidades futuras.

De hecho, no solo sufre el niño, sino los padres que deben partirse el lomo para sacarlos adelante. Dejan de comer por darle a sus hijos y, si el hecho de tener un hijo significa puro y constante sacrificio, no veo cuál es el fin. En cuanto a las contextuales, bien se sabe que no es lo mismo parir en Colombia que en un país europeo. Aunque en este momento, la pandemia nos ha dejado claro que tanto los países de primer como los de tercer mundo, hemos padecido de manera similar. No obstante, el espacio debe ser un aspecto importante.

La más cruel de las pandemias

Ha habido muchas pandemias a lo largo de nuestra existencia y que, además, han eliminado a millones de personas. Pero con eso y todo, ha de saberse que Colombia hace parte de la más cruel de todas las pandemias. Pertenecemos a los más grandes depredadores desde niños. Nos hemos encargado de destruir los bosques, de secar los ríos; además de contaminarlos con toneladas de plástico; pues así lo ha informado la ONG Greenpeace al afirmar que en Colombia los ríos Magdalena y Amazonas se encuentran entre los 20 más contaminados por plásticos en el mundo. Así como también, hemos saturado al mar con ese mismo material contaminante, a nivel mundial.

Adicional a lo anterior, hemos sobreexplotado lo que la naturaleza nos ha brindado. Estamos en una época de consumismo irracional y por ello es por lo que entre más natalidad haya, habrá más consumo de todo. Se debe pensar en las consecuencias negativas por la sobrepoblación de la Tierra. Según las estadísticas de Worldometer, "la poblacional mundial está creciendo actualmente (2020) a una tasa de alrededor del 1.05% anual, agregando 81 millones de personas por año al total". Es decir, un poco menos de los habitantes de Turquía, Irán y Alemania.

¿La naturaleza se desquita?

La naturaleza se está desquitando. Aunque no lo está haciendo con los niños, sino con los mayores. Aun así, gracias a las cuarentenas, el planeta ha sido el más beneficiado, los ríos y mares se han cristalizado, las calles están más limpias, la calidad del aire ha mejorado, el ruido sísmico por la vibración que generan los humanos y la contaminación atmosférica se han reducido. Lo mejor de todo es que, gracias a las cuarentenas ha disminuido la gente en las calles, en las que muchos botaban basura que dura mil o un millón de años en degradarse.

¿Es tan difícil dejar de consumir? 

Muchos siguen consumiendo alimentos y bebidas empacados en plástico, y utilizando pitillos y mezcladores de forma irresponsable. ¡Eso es imperdonable! Adicional a ello, compran electrodomésticos, máquinas y equipos de última tecnología que deben reemplazarse pronto; pues su depreciación cada vez es menor. Esa "estrategia" es elaborada desde tiempos inmemoriales por parte de las productoras. Un ejemplo de ello es el caso de algunas de las industrias que, al producir, lo hacen con el objetivo de que, al término de un tiempo los aparatos dejen de funcionar bien y que el comprador no deje de consumir jamás. A eso se le llama obsolescencia programada. Muchos casos hemos visto con referencia a multas impuestas a multinacionales por esas prácticas deshonestas. De ese círculo es del que toca salir.

En definitiva, conocer las estadísticas es indispensable, pero lo más importante es que tomemos consciencia. El científico Rodolfo Llinás afirmó que "en unos meses la pandemia se va a olvidar como se han olvidado todas las pandemias". Puede que eso sea así, pero lo que debe tenerse claro es que si no se toman medidas, así sea individuales, la naturaleza volverá de nuevo a desquitarse, bien sea con pandemias, desastres naturales y otros (aunque vuelvan a olvidarse).

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