Ni el desesperado sacrificio con huelga de hambre de José Antonio Saldarriaga en el municipio de Valparaíso, ni la defensa enconada del “puente de la resistencia” por parte de los campesinos el año pasado también en Valparaíso -- que terminó con varios de ellos heridos por la fuerza pública-- ni los denodados esfuerzos de la alcaldesa de El Doncello Sandra Milena Lozada Floriano en defensa de los campesinos y el territorio, ni la Mesa por la Defensa del Agua y el Territorio organizada por los ambientalistas, ni los timoratos comunicados de la Asamblea del Caquetá pidiéndole al presidente humildemente que los escuche, ni los campesinos detenidos y maltratados el fin de semana pasado -- que fueron llevados a Belén por el Ejército donde fueron dejados en libertad inmediatamente--. Ninguna de estas acciones han sido suficientes para que el Caquetá se despierte de verdad a defender su tierra antes que la destruyan las petroleras, y mucho menos para que el gobierno departamental y nacional tomen cartas en el asunto y den señales de escuchar al pueblo. 'Nanay cuquis', como dicen las abuelas. A los caqueteños nos falta “pelo pa'l moño” para defender el agua, que es la vida de todos.
Es aterrador ver la indiferencia que tenemos ante el enorme sacrificio de los campesinos, principalmente de Valparaíso, Morelia, Milán, Solano y El Doncello principalmente; los hemos dejado solos, absolutamente solos a sabiendas de que están luchando por todos, a sabiendas que están entre la espada y la pared de las petroleras, la fuerza pública, el gobierno nacional, la desidia de todos los concejales del Caquetá con excepción de los 9 de Valparaíso, la indiferencia de los diputados a la asamblea del Caquetá con excepción de Arturo Mayorga que viene poniéndole el pecho a la opinión pública y Reinaldo Castrillón que se unió a la lucha; los alcaldes con la sola excepción de la de El Doncello, han estado timoratos, con miedo a que los dejen sin mermelada, como pasa con el gobernador Alvaro Pacheco, quien fiel a su estilo anunció con bombos y platillos una consulta popular y ahora no dice esta boca es mía.
Mientras tanto, tranquilamente el gobierno nacional anuncia que comenzará una nueva fase de exploración sísmica en cuatro municipios, muy seguro de que no pasará nada, que la resistencia civil de los campesinos la controla sin mayor problema El Esmad, contando con la pasividad de los alcaldes, el gobernador, los concejales, la Asamblea, y las fuerzas vivas en general que solo se tocarán cuando tengan que ir kilómetros y kilómetros en busca de agua para saciar la sed.
Definitivamente somos testigos presenciales de nuestra propia destrucción sin decir ni hacer nada para evitarlo, somos cómplices del terrible delito de entregar nuestra tierra a las multinacionales porque no hacemos nada para evitarlo, somos culpables con el gobierno nacional de acabar con la mejor herencia que tenemos para las próximas generaciones, el agua y somos como las plañideras que ante el peligro solo acertamos a llorar y a aceptar que no tenemos pelo pa'l moño.
