¿No será mucho queso? Crónica de una mezquindad
Opinión

¿No será mucho queso? Crónica de una mezquindad

Por:
diciembre 09, 2014
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Un viejo chiste narra cómo dos borrachitos se encuentran un peso y deciden distribuirlo destinando 90 centavos para trago y 10 centavos para queso. Sin embrago, cuando llegan a la tienda uno le pregunta al otro “¿No será mucho queso?”.

Ahora extrapolemos: cuando las mujeres, uno de los sectores que más ha tenido que luchar cualquier lugar en la sociedad propone, con una lógica evidente, que deberían ocupar la mitad de los escaños en los escenarios donde se decide el rumbo del país. Los congresistas hacen todo tipo de argumentaciones e incluso artimañas para decirles: ¿No están pidiendo mucho? ¿No será muy rápido? ¿No será mucho queso?

En el intento por preparar al país para el equilibrio de poderes necesario en una Colombia del posconflicto, se viene discutiendo desde septiembre un acto legislativo que reformaría la Constitución Nacional, buscando profundizar el sistema democrático, cuyas falencias han sido en buena parte generadoras de las injusticias, desigualdades y conflictos que arrastramos durante siglos, incluyendo el actual conflicto armado.

Uno de los mayores desequilibrios de nuestra democracia es la falta de representación de las mujeres en los escenarios donde se toman las decisiones sobre sus vidas. Siendo más del 51 % de la población, las mujeres no logran llegar ni al 25 % de representación en las ramas del poder público. Veamos cómo nos va en los cargos de elección:

Porcentaje de la presencia femenina en los cargos de elección popular en el año 2014.

 

Cargo

Porcentaje de presencia femenina
Gobernaciones 9.38 %
Alcandías 9.81 %
Asambleas departamentales 17.94 %
Concejos municipales 16.08 %
Cámara de Representantes 19 %
Senado 23 %

Fuente: Red Nacional de Mujeres, a partir de la información desagregada por la Registraduría Nacional del Estado Civil.

Se ha venido haciendo un interesante trabajo de incidencia política, por parte de la comisión de trabajo por la participación y representación política de las mujeres promovida por el Grupo de Interés en Reformas Políticas y Electorales Girepo, la Red Nacional de Mujeres, la Corporación Sisma Mujer, la Misión de Observación Electoral MOE y muchas otras organizaciones, así como de parlamentarias de la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer. Es desde allí que se ha logrado analizar el tipo de medidas que hay que tomar en el país para llegar a la justicia política hacia las mujeres.

Por ejemplo: El sistema de voto preferente no ha representado mayor porcentaje de mujeres en las corporaciones legislativas, porque la cultura de siglos sigue transmitiendo y reproduciendo que la política es cosa de hombres y las mujeres no tenemos madera para esa dura tarea. Así que tanto hombres como mujeres, seguimos votando por hombres.

Abolir el sistema de listas abiertas y voto preferente por sí solo, empeoraría la situación, pues los partidos suelen ubicar a las mujeres en un papel de relleno, en renglones donde no son elegibles.

De manera que se requiere una medida como la que se está proponiendo que combina paridad, alternancia y universalidad. Miremos con detalle esta propuesta y los argumentos y artimañas que se han levantado en contra.

Paridad: En un país en el que las mujeres constituyen más del 50 % de la población y más del 50 % de la matrícula superior, estamos obviamente preparadas para pensar, proponer y decidir acerca de los mejores destinos que nos merecemos. Las medidas de paridad surgen de las múltiples barreras que se presentan a la hora de aplicar las leyes de cuotas mínimas. Se calcula que si el porcentaje de mujeres electas en el Congreso de la República se mantiene establetendríamos que esperar otros 12 años para que al menos el 30 % de los congresistas del país sean mujeres.

Muchos machistas de izquierda (que son lo más parecido a los machistas de derecha) han argumentado que hay peligro de que el Congreso se llene de Marías Fernandas Cabales. Sin embargo, nunca nadie ha pensado excluir a los hombres del Congreso porque hayamos tenido cientos de “padres de la patria” corruptos, decadentes y abiertamente hampones.

Países como Bolivia (2008), y Ecuador y Costa Rica (2009) ya han aprobado medidas en este sentido, mientras México, Panamá y Venezuela se encuentran inmersos en el debate acerca de la necesidad de acoger el principio de la paridad en sus legislaciones. Es decir, estamos transitando el camino correcto[1].

Alternancia o mandato de posición:

Esto significa que las listas electorales además de contar con un porcentaje mínimo de candidatos de cada sexo en su conformación, deberán ubicarlos escalonadamente (mujer/hombre, hombre/mujer, hombre-hombre/mujer, mujer-mujer/hombre, y así sucesivamente) de manera que se garantice que representantes de ambos sexos podrán acceder a las curules en disputa.

La finalidad de esta exigencia es obstaculizar que los partidos, movimientos políticos y grupos significativos de ciudadanos ubiquen a las candidatas al final de las listas en donde no tendrían mayores posibilidades de resultar electas. Esta es la medida concreta que ha tenido más reacciones de los HP (Honorables Parlamentarios) Se ha postergado por ocho años la aplicación de la medida en un debate, en otro se ha dicho que se conformen listas con dos candidatos de un sexo y otro candidato del otro sexo. O sea: Un giro de 360°. Volver a quedar en la tercera parte de las listas, tal como estamos en la actualidad.

Universalidad

Se refiere a que estas medidas de acción afirmativa se apliquen en todas las circunscripciones en las que tengan lugar los procesos de elección popular. Esto, porque también se han querido limitar a que tengan validez solo si las corporaciones eligen más de 5 miembros, u otras limitaciones.

Por último un llamado amoroso a abandonar la mezquindad y el miedo. Más mujeres en el poder no significa exclusión de los hombres. Significa la construcción de nuevos pactos de humanidad entre mujeres y hombres para encarar la enorme tarea de democratizar la democracia. Significa, que llegarán por justicia, cientos de mujeres preparadas para hablar, pensar y actuar no desde la santidad y la perfección, sino desde su compleja identidad de colombianas, tal como llegan los hombres. La figura más parecida es tal vez, la de las rampas construidas para población con discapacidades y que también sirven para subir a quienes van a pie, o en bicicleta, o simplemente cansados. Por las trochas que abra la participación de las mujeres, la democracia se llenará de los sectores campesinos, populares, diversos, que han estado excluidos de representación propia en nuestra historia. Esto es imparable en una democracia. Si tanto les asusta, cambian de nombre al régimen que defienden.

@normaluber

Catherine Beaunez Estoy harta de pensar en los demás. ¡Ahora me voy a meter en política!

Catherine Beaunez
Estoy harta de pensar en los demás. ¡Ahora me voy a meter en política!

 

 

[1] Red Nacional de Mujeres. LAS MUJERES Y LA POLÍTICA ELECTORAL EN COLOMBIA: EL CASO DE LA REFORMA DE EQUILIBRIO DE PODERES. Artículo en borrador. 2014

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