En medio de la situación política que vivimos en Colombia, próximos a una nueva contienda electoral, qué bueno sería que nuestro país tomara un rumbo diferente y que asumiéramos como colombianos una nueva actitud política.
Estamos hartos de esta polarización que no nos deja progresar. Un Uribe tildado de paramilitar y que de vez en cuando le gritan: "Uribe, paraco, el pueblo está berraco" y que debería dar un paso al costado y dedicarse a cuidar a sus nietos, y un Gustavo Petro que en lugar de entender que había perdido las elecciones por más de 2 millones de votos afirmó al otro día de la posesión del presidente Duque que iba a encender el país y que lo sacaría a protestar por cada decisión que tomara el gobierno central, y lo hizo de qué manera: protestas a granel, vandalismo, creación de una primera línea que a mi parecer parece más un grupo de delincuentes que de verdaderos protestantes.
¿Usted, querido lector, se imagina un gobierno del que ponga Uribe o un gobierno de Petro? Serían otros cuatro años de peleas, de discordias, de paros, de polarizaciones sin sentido, que nos dejarían en el mismo caos que estamos viviendo ahora.
Lo mejor entonces sería ni Uribe ni Petro.