Ni un abrazo, ni un bofetón… ¡Nada!
Opinión

Ni un abrazo, ni un bofetón… ¡Nada!

Por:
mayo 21, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Cuando una persona a la que ustedes han ayudado sin medida les da un bofetón (no físico), les hace pistola, los pisotea, los humilla, los maltrata, se cree palabra de Dios y para completar —por un síndrome de persecución— busca enlodarlos y alegremente pone su reputación en juego uno se pregunta: ¿Hasta dónde hay que ayudar a las personas (familia, amigos, conocidos, cualquiera)? No me pasó directamente a mí, pero casi, que es lo mismo; los desagradecidos están más cerca de lo que uno se imagina. El asunto ha sido tan abrumador, que por primera vez en mi vida sentí mucha ira, mucha rabia… Por primera vez físicamente me dolió el corazón; sí, así como suena. ¡Qué desazón!, ¡qué desconcierto!

Crecí en un hogar generoso de afecto, de amor y de ayuda para los demás. Mi papá era tan dadivoso, que si a alguien le gustaba alguno de los discos (LP) con los que amenizábamos la reunión y lo expresaba, sin dudarlo un segundo él decía: “Llévatelo, tranquilo”, a sabiendas de que ni lo iba a volver a comprar. O el que iba de paso para la Costa —vivíamos en Bucaramanga—, sabía que podía pasar unos días de descanso donde los Gracia, porque siempre había colchonetas, cobijas, almohadas extra y mucho cariño para atenderlos. Mi mamá, por su parte, llegó a organizar cuanta actividad se le ocurrió para ayudar a levantar la iglesia del barrio en el que vivimos cuando llegamos a la Ciudad Bonita. Ellos, mis papás, acogieron con tanto gusto al hijo o hija que tuviera la empleada del servicio, que esos niños terminaron siendo tratados como nosotros, comían con nosotros, jugaban con nosotros y llamaban por el nombre a sus mamás como nosotros, y les decían papá y mamá a los míos… como nosotros. Sus mamás también pagaron muy mal. Es que vi muchas veces esto mismo que le está pasando a mi familia, en mi casa, en menores o iguales proporciones. Recuerdo el dolor que estas situaciones generaban en mis papás y nos lo manifestaban a mis hermanos y a mí, pero al mismo tiempo nos lo compartían para que no cayéramos en lo mismo y para que aprendiéramos a ser precavidos… ¡y a perdonar!

He pasado días muy difíciles, tanto, que acudí a mis amigos y a mi familia porque por primera vez la rabia no me dejaba en paz. Jamás me había sentido así. Me dijeron:

  • El tiempo cobra todas las malas actuaciones.
  • No importa cómo nos paguen, siempre que podamos debemos ayudar.
  • "No le temas a un violento. Si es muy grande y fuerte, lo evitas, sales corriendo. Si es pequeño y frágil, lo enfrentas y lo vences. Témele —y mucho— a un ingrato. Ese te apuñala a traición, sin que te enteres, te da en lo más profundo del alma y lo peor es que queda riéndose de tu dolor."
  • Los bofetones sirven para uno entender que las personas se equivocan y que uno se equivocó en depositar su fe en ellas.
  • Del cáncer aprendí que los rencores lo debemos dejar afuera.
  • Admiro los que pueden poner la otra mejilla. ¡Yo confieso que no lo logro! Me muero de ira.
  • ¡¡Fue por lo único que lloró Nuestro Señor Jesucristo!!
  • María C..."no pagues a nadie mal con mal... antes, vence con el bien el mal"
  • Sigue adelante. No mires para atrás. Cada quien cargará su fardo.
  • Cree en la justicia divina.
  • Déjalos pasar y no les pongas zancadillas, que se caerán solos.
  • Hace poco alguien me dijo que no ayudaba a nadie porque había un dicho que rezaba "dime qué favor te hice para saber por qué me odias tanto..."
  • No vale la pena que te desgastes con una persona que ni siquiera fue capaz de sobreponer todo lo bueno que hiciste por ella y sus hijos. ¡Quien pierde es ella y la vida se encargará de demostrarle que todos sus actos son una gran equivocación! ¡Ustedes dieron con generosidad de corazón y no lo supo valorar! Allá ella, tu conciencia está en paz!

Una de las reflexiones más importantes que recibí de un amigo fue:

—Miren a esa persona “con amor”.
—¡ ¿Con amor?! —le dije: ahí me perdí. ¿Cómo miro con amor a una persona de ese calibre?
—Simplemente piensen qué les está enseñando con su actitud ingrata. Qué hicieron mal, qué permitieron… sencillamente qué pueden aprender de ahí. Así llegan al perdón.

En este punto me acordé de mis papás. Mi mamá decía que había que perdonar y orar por las personas que nos hacían daño. Siempre le dije que con perdonarlas era suficiente, pero hasta rezar… no sé. Pero ella era así. Siempre he dicho que perdonar es recordar sin dolor; eso es lo difícil. Llamé a mi viejo buscando apoyo, consuelo y me dijo: “Hay que pasar la página mijita”. Créanme que he pasado muchas páginas: robos de amigos, deslealtades, hipocresías, puñaladas traperas y todo lo que quieran, pero esta se está tomando su tiempo, aunque tengo ya la hoja cogida de la punta porque entiendo que solo yo me estoy haciendo daño.

Espero transmitirles algo positivo con esta experiencia tan personal que les he querido compartir. Doy gracias a Dios porque me dio una familia tan sólida y clara en su ruta como la muralla china, y unos amigos que no me ha dejado desfallecer ni desviar del camino de la razón y la cordura.

Me preguntaba al comienzo de esta columna, ¿hasta dónde hay que ayudar a las personas (familia, amigos, conocidos, cualquiera)?. Pues, no sé. Creo que eso de ayudar a los demás se lleva en la sangre. Tal vez uno sí deba preguntarse si la amplitud de la generosidad debe rayar con volverse calculador para medir los alcances de las personas, y o pensar qué está uno dispuesto a perder si el favor se lo pagan con un bofetón: dinero, nexo familiar, amistad, reputación…

Lo que sí tengo claro es que no hay que esperar nada; pero nada, es nada: ni un abrazo, pero tampoco un bofetón… ¡Nada!

¡Feliz resto de semana!

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
¿Qué hace usted con los dólares que le manda su familiar desde Estados Unidos?

¿Qué hace usted con los dólares que le manda su familiar desde Estados Unidos?

Los “meros meros” de los “nadies nadies”

Los “meros meros” de los “nadies nadies”

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--