Menos pobres que mañana

Menos pobres que mañana

El camino es claro: seguir la vía de aquellos países que han optado por la libertad sobre la represión económica

Por: Felipe Murillo Páez
diciembre 07, 2020
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Menos pobres que mañana
Foto: Leonel Cordero

Cuando se habla de pobreza y hablamos en el sentido estricto del término se puede recurrir a muchas definiciones que expresan más o menos lo mismo: “La ausencia de un ingreso necesario para satisfacer tanto las necesidades alimentarias básicas como las necesidades no alimentarias básicas, tales como vestido, energía y vivienda”.

Las formas de medir la pobreza han sido bastante cuestionadas, pues por lo general únicamente se hace referencia al ingreso, lo que se denomina como pobreza monetaria, pero en realidad la pobreza involucra un contexto multidimensional. Según el Dane, en Colombia, si una familia de cuatro miembros genera ingresos totales superiores a 1.500.000 pesos mensuales (5.000 dólares al año) aproximadamente no entraría en la categoría de pobreza monetaria, según el PNUD en 2018 el 27% de los colombianos vivían en esta categoría.

El PIB per cápita ayuda a tener idea entre la producción económica de un país y la cantidad de habitantes en el mismo, por ejemplo, hace 200 años en la República del Congo el PIB per cápita era $485 (dólares al año), en Colombia $937, en Irlanda $1.460, Suiza $2.700, Noruega $2.530 y en Dinamarca $2.010 por habitante al año en promedio. Hoy un ciudadano que viva en República del Congo tiene un PIB per cápita de aproximadamente $2.000 al año, en Colombia $6.400, en Irlanda 72.000, en Suiza $59.000, en Noruega $66.000, y el de un danés es en promedio de $48.000 dólares al año.

Otro indicador que nos puede ayudar a medir que tan pobre es un país es el de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), el cual toma variables como si la vivienda es adecuada, si se presenta hacinamiento, si hay servicios adecuados, si hay niños en edad escolar que no asistan a la escuela y la dependencia económica.

Henry Hazlitt, en La conquista de la pobreza, describe un panorama en el cual la humanidad vivió siempre en la pobreza, sin acceso al agua para satisfacer necesidades de limpieza o higiene, sin opciones de combatir los inviernos o los fríos intensos, sin la garantía del alimento diario para los miembros de sus familias, incluso hubo hambrunas hasta 1792 en donde se registran millones de personas muriendo de inanición en periodos de tiempo no superiores a dos años.

Esta condición de pobreza históricamente abarcaba a más del 80% de la población mundial hasta el siglo XVIII. Actualmente, la pobreza mundial cobija a poco más del 20% de los seres humanos, reduciendo impresionantemente en 60% en apenas 200 años, si se compara con la historia completa de la humanidad, hace muy poco tiempo la pobreza dejo de ser la condición normal del ser humano a ser objeto de estudio y preocupación mundial.

Según el Dane, el 89,6% de los hogares colombianos cuenta con servicio de acueducto, el 65% con gas natural, el 95% con energía eléctrica, el 84% de los colombianos cuenta con algún tipo de refrigerador, el 61% cuenta con lavadora, el 93% de los hogares colombianos tiene al menos un televisor LED, LCD o plasma, el 45% de los colombianos tienen algún medio para acceder a internet (portátil, tableta o un computador de escritorio) y la mitad de los ciudadanos cuenta con servicios de internet instalados en su hogar.

De esta manera tenemos que el PIB per cápita de un habitante de la República del Congo o de Colombia ha aumentado más de un 500% sin mencionar que hoy la inmensa mayoría de los colombianos vive mejor que la realeza de Noruega hace 200 años; por otro lado, la relación entre producción y habitantes de Irlanda o un ciudadano sueco ha aumentado más de un 10.000%.

Teniendo en cuenta los factores analizados, está claro que el modelo sueco es más exitoso que el africano, lo que puede tener varias explicaciones en el ámbito teórico. Por ejemplo, si analizamos el ranking del Índice de Libertad Económica, tendremos las economías más libres en la parte alta de la tabla y las economías más reprimidas en la parte baja. Venezuela ocupa el puesto 179, República del Congo en el puesto 176, Colombia el puesto 45, Noruega en el puesto 28, Dinamarca en el puesto 8, Irlanda en el puesto número 6 y Suiza en el puesto 5.

De igual forma, en el ranking Doing Business, que es un indicador del Banco Mundial para medir que tan fácil es hacer negocios, tenemos a Dinamarca en el puesto 4, Noruega en el puesto 9, Colombia el puesto 67, Venezuela el 188 y la República del Congo el puesto número 180.

En este sentido, el camino es claro, seguir la vía de aquellos países que han optado por la libertad sobre la represión económica. La relación que muestran los datos es inversamente proporcional entre la libertad económica de los habitantes de un país y la pobreza de dicho país; es decir, entre mayor libertad económica tienen los habitantes de un país menores niveles de pobreza tendrán los mismos.

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