Malestar en las toldas Uribistas, Rafael Nieto lo destapa

Malestar en las toldas Uribistas, Rafael Nieto lo destapa

El precandidato presidencial derrotado por Ivan Duque en la consulta cree que la gente del Centro Democrático exige cambios en la gestión presidencial y en el partido

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noviembre 12, 2019
Malestar en las toldas Uribistas, Rafael Nieto lo destapa

Abogado, experto en derecho internacional y con una gran vocación política, que le llevó a ocupar importantes responsabilidades en los gobiernos de Pastrana y Uribe, Rafael Nieto Loaiza es, a sus 48 años, una joven promesa en alza dentro del uribismo. Habiendo sido candidato presidencial en las primarias del Centro Democrático y director de la “orquesta” en varias campañas electorales de esta formación, podría ser un buen candidato para las elecciones del 2022, algo que nadie descarta y que podría ser visto como una esperanza tras los decepcionantes resultados de las últimas elecciones locales y regionales para el Centro Democrático.

Ricardo Angoso: ¿Qué valoración hace de las últimas elecciones locales y regionales en Colombia?

Rafael Nieto: Comparativamente, el partido crece si lo examinamos con respecto a las elecciones de 2015, en que apenas tenía un año de antiguedad el Centro Democrático, obteniendo entonces una gobernación -Casanare- y dos capitales de departamento. En estas últimas elecciones, obtuvimos cuatro gobernaciones y se perdieron todas las capitales, pero también se perdió en casi todas las grandes ciudades, aunque creció algo en municipios pequeños y en las áreas rurales. Algunos senadores del partido han presentado esos resultados como una victoria  pero yo creo que ese planteamiento es un error.

Un partido que apenas hace año y medio eligió al Centro Democrático como la primera fuerza parlamentaria en el Congreso de la República y un par de meses depués eligió presidente de la República en la figura de Iván Duque, no puede conformarse con los resultados obtenidos. Ciertamente, comparando con los resultados del 2018, la paliza es enorme. Son muy malos resultados para un partido de gobierno. Creo que el peor escenario sería que el Centro Democrático no reconociera esa derrota y los problemas que le ocasionaron, debiéndose proceder a un ejercicio autocrítico que permita identificar los errores, aprender las lecciones y corregir el rumbo, es lo que nos puede devolver por la senda de la victoria.

LA DERROTA DE MIGUEL URIBE TURBAY EN BOGOTÁ

R.A:Especialmente grave ha sido la derrota del candidato Miguel Uribe en Bogotá, que lo apoyaba el uribismo, ¿no cree?

R.N.L: Pero el Centro Democrático históricamente no ha obtenido buenos resultados en la capital. No perdamos de vista que el presidente Duque incluso perdió en la capital en las últimas elecciones presidenciales. A mí, personalmente, no me sorprenden los resultados de Bogotá, pero se perdió Medellín, que es el corazón del uribismo, y ese es un mal dato. Muy indicativo del momento por el que pasamos, por el que atravesamos como partido.

R.A.:¿Percibe que hay un cierto malestar dentro del uribismo por el rumbo que están tomando las cosas?

R.N.L.: Yo percibo en algunos miembros de la bancada en el Congreso, en la dirigencia regional del Centro Democrático y en la base del partido un cierto malestar por la forma en que se desarrolla la gestión del presidente Duque y que hace una evaluación negativa de los resultados obtenidos en las elecciones regionales. Nuestra gente exige cambios en la gestión presidencial y en el partido. Yo confio, personalmente, en que seamos capaces de generar esos cambios que están demandando esos sectores a los que me refería antes.

R.A.:Luego se detecta a nivel de calle la ausencia de un verdadero equipo de gobierno, que no hay un acompañamiento al presidente en su gestión, ¿percibe esa falta de liderazgo en torno a Duque?

R.N.L.: Uno de los problemas que representa tener un gabinete con muy poca representación política y muchos técnicos, es el que usted ha señalado. Un buen gobierno está formado por cabezas políticas al frente de las responsabilidades ministeriales y una burocracia exquisita muy técnica que debería ocupar los puestos de los viceministros y los cargos de segundo nivel para ejecutar las políticas que los ministros y el presidente definen. Cuando los ministerios caen en personas que no tienen esa capacidad política, ni la visión, ni el olfato, ni el tacto político, se puede caer en el error de no conectar adecuadamente con la sensibilidad ciudadanada y sus demandas porque no logran apreciarla ni sentirla. Además, tienen luego la tentación  de concentrarse en los elementos técnicos de su cartera y olvidar la dimensión política del ministerio. Y, al no hacer política, no logran transmitir adecuadamente a la ciudadanía lo que quieren hacer y lo que están haciendo, ni logran tampoco medir las consecuencias de sus decisiones, afectando a la aceptación del gobierno dentro de esa base ciudadana.

R.A.:¿No tiene el temor que de seguir el curso de las cosas así el Centro Democrático pueda perder el gobierno?

R.N.L.:Si el presidente Duque no hace los ajustes de gobernabilidad que requiere el país en estos momentos y no refleja en su gestión gubernamental las expectativas que se generaron en la ciudadanía y sobre todo en la militancia del uribismo y del Centro Democrático con respecto a su programa de gobierno, sin duda vamos a tener enormes dificultades en el 2022 porque inevitablemente los resultados obtenidos en la gestión del presidente van a impactar. Ya ha ocurrido ahora en las elecciones regionales y tendrá también su reflejo en las elecciones dle 2022. De manera que se requiere que el presidente Duque construya la gobernabilidad que ahora no tiene y refleje en su gestión presidencial la agenda programática que movilizó al uribismo y le hizo presidente a él mismo.

R.A.: ¿No cree, además, que la izquierda tras conseguir la alcaldía de Bogotá se le abren grandes expectativas políticas de cara a las elecciones de 2022?

R.N.L.: Creo que este asunto deberíamos matizarlo. Es un error creer, al menos en el caso de Colombia, entender las elecciones regionales como unas primarias de las presidenciales, creo que eso no es así y además debemos tener en cuenta que estamos muy lejos de ese escenario, pues quedan todavía tres años. En Colombia se puede tener poder regional y ese poder después no se refleja en la carrera presidencial, tal como ocurrió en las elecciones del 2018, en que quien detentaba el poder regional era el partido Cambio Radical y su candidato presidencial, Germán Vargas Lleras, apenas alcanzó 1,4 millones de votos y queda muy atrás en la contienda presidencial. Lo mismo le ocurrió al Partido Liberal, con numerosas alcaldías y gobernaciones, pero cuyo candidato presidencial, Humberto de La Calle, apenas consiguió 400.000 votos en las elecciones presidenciales. Y el tercer partido con una gran fuerza regional y local era el Partido Conservador, que ni siquiera llegó a presentar candidato a las elecciones presidenciales.

Lo que quiero decir, para resumir, es que en Colombia el detentar el poder regional no es garantía para después impulsar fórmulas presidenciales exitosas y con posibilidades de seguro éxito. Si permite, en cambio, asegurar una fuerza parlamentaria que es algo distinto y quedó probado en las elecciones del 2018. Cambio Radical, por ejemplo, salió malparada con su candidato presidencial pero sin embargo logró convertirse en la segunda fuerza política en el Congreso de la República, tal como les ha ocurrido de la misma forma a liberales y conservadores, que son fuerzas políticas parlamentarias importantes. Pero las tres fuerzas no lograron convertir ese poder regional en un poder presidencial. Efectivamente, las regionales no son las primarias pero influyen para las legislativas. O sea sí puede existir una relación entre el poder regional y la fuerza parlamentaria, pero no entre esa fuerza regional y el poder presidencial. Hemos recibido un aviso pero en estos tres años se pueden revertir estos resultados con vistas a las elecciones de 2022.

¿URIBISMO SIN URIBE?

R.A.:¿Usted cree que el uribismo podría sobrevivir sin Uribe, más concretamente sin que fuera el cabeza de lista en las próximas elecciones generales?

R.N.L.:El uribismo como doctrina política, sin duda, puede sobrevivir al presidente Uribe y las ideas que defiende también porque las mismas tienen un hondo calado popular. El orden, la seguridad, la defensa de una economía de mercado, la sensibilidad social con los más necesitados, por citar tan solo algunos pilares básicos de lo que yo llamaría hoy el uribismo, van a subsistir por mucho tiempo más allá del presidente Uribe. El uribismo organizado como partido en el Centro Democrático si no hace una proyección de liderazgo a nivel nacional, si no define un relacionamiento proactivo con el gobierno del presidente Duque, si puede sufrir profundamente sin la presencia del presidente Uribe.

R.A.:Aparte de lo descrito anteriormente con respecto a las elecciones, hay muchos nubarrones que gravitan sobre este gobierno que parece sufrir una crisis de liderazgo, ¿qué piensa al respecto?

R.N.L.: Contrario a lo que pensaba el presidente Santos y el equipo que le rodeaba, la seguridad sigue siendo un elemento clave en la vida de Colombia, en particular por el impacto que tiene en la violencia el narcotráfico. El pacto con las FARC, frente a lo que se podría pensar, produjo un auge en los cultivos de coca en el país, de tal suerte que hoy estamos en un océano de coca, nadamos en coca, como resultado de ese pacto con esa organización terrorista. Si Colombia no llega a unos acuerdos fundamentales sobre cómo atajar el problema de las economías ilícitas, como la minería y sobre todo el narcotráfico, a fondo y de una forma integral, se reproducirá periódicamente el problema de la violencia, tal como la estamos sufriendo en estos días.

R.A.:¿Cómo percibe el giro a la izquierda que se está dando en el continente o cree que no es tal?

R.N.L.:Yo creo que hasta hace un año era lo contrario, es decir, un giro a la derecha. Ganó Duque en Colombia, Macri en Argentina, Piñera en Chile, Bolsonaro en Brasil...Es cierto, sin embargo, que de un año para acá los dados están cambiando en algo. Sin embargo, yo matizaría lo que usted está diciendo porque personalmente no creo sinceramente que las elecciones en Bolivia las haya ganado Evo Morales y pienso que hubo un fraude electoral; tiene que haber una segunda vuelta para que se recupere la legitimidad democrática y ya veremos quién la gana. Yo pienso que no ganaría Evo y como él lo sabía forzó a hacer el fraude electoral para evitar la segunda vuelta en que perdería.

Luego creo que en Uruguay es altamente probable que el Frente Amplio pierda y que la derecha llegue al gobierno por medio de una gran coalición. Es cierto que se perdió en Argentina y también en México, pero no veo que se pueda llegar a afirmar, a partir de este análisis tan complejo, una tesis que afirme que estamos viviendo un retorno de la izquierda en América Latina, al menos como yo lo veo. Cada país está viviendo una dinámica distinta y hay que analizarla en función de la realidad de cada uno de esos países. Una cosa es Bolivia, otra el Uruguay y otra Argentina, tenemos que analizar con sumo cuidado cada realidad nacional porque cada una de ellas son bien distintas.

 

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