Aunque nació lejos de Colombia, en uno de los centros de innovación más prestigiosos del mundo, Arukay hoy es motivo de orgullo nacional. La empresa de educación tecnológica creada por dos colombianos acaba de ser reconocida entre las tres mejores del mundo en innovación educativa, un logro que no solo confirma su impacto global, sino que vuelve a poner el talento colombiano en el radar de las grandes conversaciones sobre el futuro de la educación.
La historia de Arukay comienza en el laboratorio de innovación de la Universidad de Harvard. Allí, Ana Victoria Ricaurte y Marcelo Burbano, ambos colombianos, coincidieron en una inquietud común: la distancia cada vez mayor entre la educación tradicional y las habilidades que niños y jóvenes necesitarán para desenvolverse en un mundo digital. Desde ese entorno académico, rodeados de ideas disruptivas y debates sobre tecnología y aprendizaje, empezó a tomar forma una plataforma pensada para enseñar programación, pensamiento computacional e inteligencia artificial desde edades tempranas.

Ricaurte no llegaba a ese punto por azar. Con más de una década de experiencia liderando equipos en sectores como educación, finanzas y salud, había trabajado en procesos de transformación organizacional y desarrollo de talento. Su formación incluye estudios en la Universidad de los Andes, el CESA y Harvard, y desde el inicio tuvo claro que la tecnología debía ser una herramienta pedagógica accesible, capaz de cerrar brechas y no de ampliarlas.
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Burbano, por su parte, aportó una mirada complementaria desde la ingeniería y la estrategia. Ingeniero de formación, con estudios ejecutivos en Wharton y un MBA de Harvard Business School, había pasado por consultoría y planeación estratégica antes de involucrarse de lleno en el proyecto. Su experiencia fue clave para estructurar el crecimiento de Arukay y convertir una idea académica en una empresa con alcance internacional.
Aunque el proyecto se concibió en Harvard, el corazón de Arukay siempre estuvo puesto en Colombia y en América Latina. Ambos fundadores entendieron que el verdadero reto no era solo enseñar a programar, sino transformar la relación de los estudiantes con la tecnología, llevándolos del consumo pasivo a la creación activa.
Arukay, una innovación con sello de dos colombianos
Con esa visión, Arukay comenzó a expandirse más allá del país. Hoy, su plataforma está presente en colegios de Colombia, México, Perú, Ecuador, Chile, Estados Unidos y otros mercados, adaptándose a distintos sistemas educativos y formando a miles de estudiantes y docentes en habilidades STEM. Su modelo combina contenidos digitales, aprendizaje práctico y acompañamiento pedagógico, integrándose a los currículos escolares sin perder flexibilidad.
El reconocimiento internacional que hoy recibe Arukay no es un golpe de suerte. Es el resultado de años de trabajo, de una apuesta por la educación como motor de cambio y de una empresa que, aunque nació en Harvard, tiene acento colombiano. Una prueba de que desde Colombia también se pueden crear soluciones educativas con impacto global.
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