Los Aicardi: el legado de los hijos de Rodolfo con la cumbia

Los Aicardi: el legado de Gianni, Marco y Rodolfo que busca enaltecer la cumbia colombiana

¿Cómo surgió la agrupación Hermanos Aicardi? ¿Cómo viven el legado musical de su padre Rodolfo y proponen nuevos aires para la cumbia? Entrevista

Por: Sebastián Salamanca Paredes
febrero 20, 2024
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Los Aicardi: el legado de Gianni, Marco y Rodolfo que busca enaltecer la cumbia colombiana
Fotografía: Cortesía

Los Hermanos Aicardi es una agrupación musical conformada por los hijos de Rodolfo Aicardi, uno de los artistas colombianos más importantes del siglo XX; que gracias a su música logró llevar a Colombia a lo más alto del Viejo Continente y sentar las bases para una nueva ola de cumbia que marcaría un antes y un después en la industria.

Su legado sigue vigente y se mantiene fuerte en la era digital, muestra de ello es que en diciembre del año 2023 los discos a su nombre lograran posicionarse como uno de los más escuchados en el país en plataformas digitales. Desde el año 2006, Gianni, Marco y Rodolfo empezaron una agrupación para perdurar el legado de su apellido y presentar propuestas frescas. A continuación, una entrevista con Gianni Aicardi, vocalista y bajista de la agrupación Hermanos Aicardi.

Sebastián Salamanca (S.S.):  Gianni, el apellido Aicardi es uno que no pasa desapercibido en nuestro país. Empecemos esta conversación hablando de ello. ¿Cómo fue crecer con una figura como Rodolfo Aicardi?

Gianni Aicardi (G.A.): Muy bien, en nuestra niñez mi papá no nos forzó a entrar en el mundo de la música, nosotros teníamos mucha libertad para hacer lo que gustábamos. Mi hermano Rodolfo, cuando tenía 12 o 13 años, empezó a interesarse por la guitarra. Yo, al año, le seguí los pasos.

S.S.: ¿Formaron alguna banda por aquella época o fue una práctica por gusto? 

G.A.: Sí, teníamos una banda que se llamaba Cavaliers; como los carros. Nosotros teníamos mucha influencia del mundo del rock, porque mi papá, de todo los viajes, nos traía los últimos 100 éxitos musicales del mundo. Claro, cuando iba a Londres, nos traía música como Los Beatles o Led Zeppelin. Eso era muy curioso porque mi papá en la casa era muy tranquilo, él no ponía música a todo volumen; por el contrario, nosotros junto a nuestra mamá nos encargábamos de descubrir los títulos que traía. Entonces, claro, la música la descubrimos como un gusto personal.

S.S.: ¿Cuál era el rol de ambos en la banda?

G.A.: Rodolfo siempre ha sido más estudioso que yo. Me refiero, ligado a la técnica , a las partituras y a la guitarra. Yo, por el contrario, me he ido por la parte creativa, a explorar sonidos, nuevos instrumentos y posibilidades. Creo que los dos hemos sido un buen complemento, además porque ambos tenemos carreras a fines: él es comunicador social y yo soy publicista.

S.S.:  Tengo un dato curioso de esa época y es que Rodolfo Aicardi, su padre, los empezó a involucrar en algunos coros. ¿Cómo fue esa experiencia?

G.A.: Nunca me habían hecho esa pregunta,  lo agradezco. Eso nos permite contar que nosotros no veíamos a la estrella de música Rodolfo Aicardi, sino como nuestro padre. Y, el primero en viajar con él fue Rodolfo, nuestro hermano, porque mi papá vio que le gustaba la guitarra y lo invitó a varios conciertos para mostrarle cómo era vivir la experiencia.

Después de Rodolfo, yo empecé a ir. Yo tengo un recuerdo en San Gil, donde mi papá me invitó a cantar y esa fue una experiencia muy bonita porque entendí de dónde provienen mis raíces y lo que tiene uno en la sangre. La primera vez que me monté en una tarima y escuché una orquesta tocando en conjunto, fue espectacular; lo describiría como un viaje emocional. Después de eso, bueno, trabajamos como 8 años con mi papá como coristas y ahí fue donde aprendimos el ir y venir de la vida musical.

S.S.: Desde ese momento, ¿empezó a tocar guitarra o bajo?

G.A.:  Es una historia muy bonita porque el primer cd que tuve fue la antología de Los Beatles y mi papá me regaló una guitarra Fender Mustang de 1977. Mi papá tenía un cuarto que uno no podía entrar o tocar porque era el de los instrumentos. Él me entregó la guitarra y me dijo: ‘lléveselo a la casa para que practique’

A mi hermano Rodolfo le regaló, a los pocos días, una Gibson Les Paul. Esas fueron las dos primeras guitarras, pero claro… nosotros no sabíamos nada de marcas o de sonidos. Era una época diferente y uno pequeño, era toda una experiencia. Me acuerdo que cuando llegamos al colegio decían “Uy… ¿eso qué es? Ese es mi primer recuerdo. A los días me dijo que lo acompañara, porque yo me metí en un grupo como guitarrista y él me propuso tocar el bajo con su agrupación; porque el puesto del guitarrista ya estaba ocupado. Yo me animé y ahí fue cuando me enseño cómo tocaban Los Hispanos.

S.S.:  ¡Qué buena anécdota! Claro, estabas muy pequeño y empezar, en la juventud,  a tocar con Los hispanos me imagino que fue un honor. Además, porque el bajo es el que lleva el ritmo… ¿no?

G.A.: Sí y precisamente el bajo marcó una diferencia en la música tropical porque incitaba al baile. En la música tropical, el bajo de Los Hispanos, el que interpretaba Jairo Jiménez, era muy diferente al que se tocaba en aquella época. De hecho, se le conoce como el ‘bajo derecho’ e incitaba a que la gente se moviera. La canción Adonay, cuenta con esa forma de tocar el instrumento y bueno, de paso, de incitar a las personas a bailar.

S.S.: Volvamos a los inicios, porque el nombre ‘Hermanos Aicardi’ corresponde a una historia muy interesante de su padre…

G.A.: Mi papá siempre nos apoyó en la parte musical y, como te contaba, participamos de su banda como coristas. Pero, luego de la muerte de nuestro padre, nosotros no quisimos aprovechar la fama de él para hacer música. Mucha gente nos ha criticado con cosas como: ‘ustedes son unos dormidos porque no quisieron coger ese legado de su padre’, pero nosotros partimos del respeto hacia él y su figura en la música. Es increíble, porque la música de él sigue sonando, después de 16 años, como si él no se hubiera ido.

Eso es algo que marca historia. Imagínate. Mi papá, aunque no quería de forma directa que fuéramos músicos, sí guardaba una esperanza. En 1981 grabó un álbum titulado Los Hermanos Aicardi con un tema llamado Cantares de Navidad y años después, cuando yo nací, nos sentó y nos dijo ‘Aquí les dejó la herencia: Los Hermanos Aicardi. Yo creé ese disco para que ustedes tomaran ese nombre y lo hicieran propio, lo hicieran de ustedes”. Y, bueno, en los diez años de la muerte de nuestro papá, nos sentamos con Rodolfo y decidimos hacerle un homenaje. Entonces, nos pusimos a buscar nombres sin acordarnos de la herencia y cuando caímos en cuenta, empezamos.

 A algunos hijos les dejan empresas, propiedades, carros, etcétera, a nosotros nos dejó un legado musical muy teso.

S.S.:  Gianni, ¿tú estás casado en este momento?  ¿Cómo ha sido esa faceta de enseñarle a tu hijo el legado que te antecede?

G.A.: Sí, hace nueve años me casé y tengo un hijo de siete años.Todas las historias tienen que ver con mi papá, porque él nunca nos dijo que teníamos que estudiar música o algo por el estilo. Nosotros descubrimos la música viéndolo a él, escuchando discos o casetes. Con mi hijo me pasa algo muy particular porque él es muy musical, pero no quiero decirle,  ¡vaya al conservatorio a escuchar música! Pasa que cuando estoy en mi cuarto tocando bajo, guitarra o produciendo y él se queda conmigo escuchando. Es curioso porque es lo mismo que yo hacía con mi papá.

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Siento que estoy despertando su curiosidad, pero no lo voy a presionar. Ser músico es un estilo de vida muy difícil porque ser Karol G, Maluma, Carlos Vives, entre otros artistas, les toca una vida difícil viajando en carro, avión y de hotel, en hotel ; es complicado porque nunca compartes con tus amigos o tu familia.

S.S.:  Diciembre, de hecho, es uno de los meses donde el nombre el legado Aicardi dobra fuerza en el país y en diferentes países. ¿Cómo es, para ustedes como hijos, pasar esas festividades?

G.A.: Para mi diciembre es un mes agridulce. Es el mes en el que más me acuerdo de mi papá, porque lo escucho cada cuadra, en cada casa o apartamento. Puedes ir a algún barrio, viajar a Estados Unidos o a Europa y allí va a estar su música. Entonces, diciembre tiene un componente importante de compartir con los demás, pero también de nostalgia. Uno se pregunta, ¿qué pasaría si nuestro papá estuviera aquí con nosotros?

Pero bueno, para mí, diciembre es sinónimo de cultura popular, de felicidad y de compartir. Nuestro padre, a través de la música, lo logró.

S.S.: De ahí el interés de marcar un camino con ese legado que han recibido, ¿por qué la cumbia? ¿cómo dejar su propia huella?

G.A.: La cumbia entra por los ríos a Colombia y esa característica hace que la música se modifique, dependiendo de si llega al atlántico o al pacífico.  En ese sentido, mi padre innovo la cumbia al combinarla con el rock y la salsa. De hecho, colegiala es muestra de ello. Cuando nosotros nos reunimos a pensar la banda consideramos que no tenemos la misma visión que tenía nuestro padre, nosotros tal vez nos inclinamos más hacía una mezcla con el rock o el pop. Pero, una de las reglas que pusimos al empezar fue: respetar la cumbia Aicardi.

Mi hermano y yo dijimos ¿cómo podemos hacer una orquesta pequeña?, porque viajar actualmente con 11 o 12 personas es imposible. Nosotros pensamos en una forma de conservar el formato sin creer tantas personas en el equipo técnico o tocando instrumentos. La respuesta fue conservando la batería, para que esta tocara la cumbia; los timbales y las congas en una sola persona; la forma de tocar la guitarra de Rodolfo y mi forma de tocar el bajo. En ese ejercicio no estamos mezclando el rock con la cumbia, sino que le estamos imprimiendo nuestro estilo.

S.S.: Es decir… ¿no cambian la base sino la forma?

G.A.: Sí, justamente. Estamos respetando a la cumbia y a la vez le damos nuestro aire con sintetizadores, un efecto overdrive en guitarra, un bajo diferente en cada canción, etcétera. 

S.S.: He visto en los créditos de YouTube que ustedes son los mismos productores. ¿Cómo ha sido ese ejercicio de editar y procesar toda la música que van a compartir?

G.A.: Sí (risas). Nosotros hemos trabajado con buenos productores en algunos temas, por ejemplo en Qué Rica Está la Cumbia. Pero, todo se trata de visiones. Por ejemplo, nuestro padre tuvo esas mismas ganas de innovar, y de ese espacio surgió el espacio de Rodolfo Aicardi RA7 en Discos Fuentes. Nos han criticado por atrevernos a buscar nuevos sonidos y claro,  de ahí que nosotros seamos nuestros propios productores en la mayoría de los casos.

S.S.: ¿Estarían interesados en mezclar sonidos con el género urbano?

G.A.: Yo pienso que se podría llegar a una fusión a nuestra manera, pero hay que ser conscientes que no podemos quitarle importancia a la cumbia colombiana; es nuestro legado. Yo no estoy cerrado hacerlo, pero me gustaría más que el reggaeton o los demás géneros se adapten a la cumbia. No porque considere que es un mal género, sino que queremos conservar esa esencia de la música de nuestro padre.

S.S.: A finales del año 2024 ustedes recibieron medalla al mérito cultural ‘Porfirio Barba Jacob’. ¿Qué significó ese reconocimiento para ustedes?

G.A.: Fue una gran sorpresa porque lo que hacemos no tiene una intensión de ese estilo, o sea de fama o dinero. Este hecho, más que un reconocimiento, otorgado por la Alcaldía de Medellín significa que se está reconocimiento a la cultura de la música, un mérito. Nosotros, los colombianos, olvidamos mucho nuestra historia y esto es muestra de que esto nos identificamos como colombianos, es nuestro ritmo. En Colombia se otorgan muchos premios, pero te sorprendería que nuestro padre no tiene ni una estatua ni un museo.

Te sorprendería todas las personas que envían mensajes desde Tailandia  y Europa escuchando Colegiala y no porque la gente la ponga, sino porque suena de forma genuina en los kioscos.

S.S.: Justo eso quería tratar porque Rodolfo Aicardi compartió escenario con íconos de la cultura francesa como Charles Aznavour y cantó en el mítico teatro Olympia de París. (S.S.): Su padre logró, en una época que no había internet, masificar nuestra cultura al viejo continente

G.A.: Esa historia es hermosa, mi padre estaba en ese momento muy alto de su carrera y unos franceses de Nestlé vinieron a Colombia para hacer un comercial con el ánimo de promocionar el café colombiano. En medio de su visita, estaban en un cultivo de café y sonó Colegiala al fondo. Uno de los franceses quedó fascinado con esa canción y un día llamaron a mi papá a la casa. Le dijeron: ¡Rodolfo, eres número 1 en Francia!

Claro, lo que hicieron los franceses fue pedir permiso de la canción y ponerla en el comercial. Al final, el comercial pasó, pero la canción se volvió el furor del verano. Estuvo casi tres meses de gira y hay un dato muy importante: es la primera canción de cumbia colombiana que se internacionaliza.

S.S.: Ustedes se encuentran en un proceso parecido, de internacionalizar la cumbia. Hace cuatro años lanzaron ‘Cumbia de diciembre’ y hace 6 años ‘Qué rica está la cumbia’, su primer video. ¿Cómo se han sentido en esa misión?

G.A.: El camino se ha disfrutado, ha sido muy duro porque hay una sombra. Mucha gente cree que nosotros tenemos que cantar, vestir y hacer los ademanes de nuestro padre y no. Para eso existe otro tipo de personas. Nosotros conservamos nuestra esencia y eso hace que sea lindo. Nosotros solo queríamos hacer un concierto homenaje a nuestro padre y de ahí en adelante muchas personas nos dijeron: ustedes no pueden parar.

Las dos canciones que mencionas son composiciones de Rodolfo Aicardi que, en su momento, quería sacar. Pero, los sellos discográficos no estaban invirtiendo mucho dinero en ello y no respaldaban la visión de artistas independiente. Nosotros cantamos Qué Rica Está La Cumbia porque fue lo primero que cantó mi papá, pero fue considerado muy joven para la época y nocreyeron en él.

S.S.: Un camino largo y difícil, por lo que se escucha…

G.A.: Así es,  nuestra vida musical no está asegurada porque no somos famosos o exitosos en temas económicos. Nuestra misión es continuar con el legado Aicardi que ha marcado a Latinoamérica y el mundo. Nos gustaría conseguir un sello disquero que apoye nuestra visión música y nuestra independencia de lo tradicional.

S.S.: ¿Qué les depara este año?

G.A.: Queremos incursionar en algo que hizo nuestro padre, él se hizo famoso con baladas y boleros; la música tropical llegó después. Este año vamos a hacer baladas y boleros al estilo Aicardi. También queremos hacer el relanzamiento de un disco muy importante de nuestro padre, eso involucra imprimirlo, hacer el acetato, empezar a hablar en un mercado digital y un nuevo show con temas visuales.

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