Lo que hay detrás del escándalo de Laura Sarabia: no es la villana que nos han contado

Lo que hay detrás del escándalo de Laura Sarabia: no es la villana que nos han contado

A pesar de su eficiencia en el gobierno, Laura Sarabia ha sido blanco de ataques por su corta edad y su rápido ascenso en la administración de Petro

Por: Enoin Humanez Blanquicett
febrero 10, 2025
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Lo que hay detrás del escándalo de Laura Sarabia: no es la villana que nos han contado

En esta ocasión voy a hacer una apuesta imposible de ganar. Tomaré el deshonrado papel de abogado del Diablo y, como dicen los franceses, me portaré voluntario y saldré en defensa de Laura Sarabia.

Para comenzar diré que antes de que apareciera en escena, el 7 de agosto de 2022, no sabía quién era Laura Sarabia ni qué méritos había hecho en la vida para llegar hasta allí. Meses después, en una conversación entre Daniel Coronell y uno de sus oyentes, me enteré que la señora Sarabia es hija de una funcionaria del Estado con un oficial de rango bajo del ejército de Colombia. Dicho de otra manera, es una hija de la pequeña burguesía asalariada, que en Colombia debe su ascenso y existencia a la función pública y a la tecnocracia militar. Esa mínima reseña de su trayectoria histórica anterior al año 2022 me basta.

A pesar de su pasado de estirpe cuartelero: es hija de un militar y una funcionaria del Ministerio de Defensa Nacional, no seré yo quien vaya a criticar a la señora Sarabia por no tener antecedentes militantes, certificados por su paso por la JUCO, la JUPA, la JRDC o los célebres Guardias Rojos, que fueron amos y señores de la Plaza Che Guevara de la Nacho, sede Bogotá, a comienzos de la década de 1990.

No soy yo tampoco el que le va a echar en cara a la nueva Canciller el hecho de haber trepado rapidísimo en la escena pública, acaparando puestos de mando en el seno del primer gobierno auténticamente progresista del país, sin haber hecho sus armas en el movimiento estudiantil de la última década del siglo XX, que pagó caro por haberse parado en la plaza pública a hablar de derechos humanos y a defender a la universidad estatal; o por no haber hecho parte de los movimientos estudiantiles de las dos primeras décadas del siglo XXI, que pelearon por mantener abiertas a las universidades del Estado, en medio de la instauración de la visión neoliberal de la educación superior, que desvió los fondos públicos en dirección de los claustros privados, a través de programas como “Ser pilo paga”.

Tampoco la voy a despellejar por haber estado taconeando en los pasillos del congreso, bebiendo el té edulcorado de manzanilla, propio de la burocracia politiquera, mientras cientos de jóvenes pertenecientes a ese segmento al que se han dado en llamar los jóvenes NINI, se hacían matar o mutilar por la policía, en medio de un estallido social que sacudía todos los cimientos del ordenamiento institucional, levantado  en 30 años de neoliberalismo por el establecimiento político multipartidista, que surgido en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.

Mucho menos pienso hacerle un juicio político por ser el alfil de Benedetti, que supo encontrar su lugar en el tablero de Gustavo Petro, donde cayó por accidente y pasó de peón de choque a torre de enroque.

En otras palabras no soy yo el que va a poner el grito en el cielo porque Laura Sarabia no tiene en su prosapia un “linaje Mamerto”, que certifique su pedigrí revolucionario por la vía de la participación en las “luchas que defienden los intereses de los pueblos”.

En general pienso que los ataques contra ella se deben a su condición de funcionaria eficiente, que produce resultados. De su eficiencia habla un reportaje que el diario El País de España le consagra. La nota que lleva por título Laura Sarabia, una nueva estrella, cita un extracto del programa de YouTube Charla entre amigos del exministro Mauricio Cárdenas, con el economista Mauricio Reina donde sostuvieron: "Apareció una nueva estrella con mucha fuerza, muy bien parada en la cancha". De acuerdo con el redactor, Sarabia es una persona con un perfil de ejecutora.

Cuando llegó al gobierno no fueron pocos los que se interrogaron sobre “por qué se le daba un cargo tan alto en el gobierno a una mujer tan joven”. Me acuerdo de una conversación sobre el tema entre Alberto Casas Santamaría y Julio Sánchez Cristo sobre uno de los primeros logros de Sarabia, en la que terminaron diciendo algo así como “a su edad nosotros solo estábamos haciendo pinitos y ella ya parece tenerlo todo a sus pies”.  Los ataques contra Sarabia por su juventud vienen ahora también del lado de Carlos Carillo, quien afirmó hace algunos días en entrevista con Revista Semana que “Laura Sarabia terminó el colegio y salió para la oficina de Armando Benedetti”

Luego vino la entrevista de El Tiempo  en la que le preguntaron si quería ser presidente. Después de ese día fue “cuando cogió fuego el pajonal”, como diría el locutor qibdoteño Richard Harry Martínez, que animaba el único programa de salsa de la radio monteriana en la década de 1980. Luego de su tímida afirmación: (dijo que si le gustaría ser presidente), comenzaron los ataques por todos los lados.

En la Revista Semana Vicky Dávila armó un novelón, tratando de equipararla con la antigua directora del DAS María del Pilar Hurtado; una mujer sin pasado, que terminó pagando cárcel por montar un sofisticado sistema de espionaje para observar de manera encubierta las actividades de la oposición y la Corte Suprema. En esa, que otrora fuera una revista seria, que tenía fama de destapar grandes escándalos políticos, cocinaron a la “joven Sarabia” por primera vez en la fogata de los dimes y diretes, por haber denunciado ante la policía a una “sirvienta”, de la que sospechaba era ratera. La revisión de los archivos en línea de esa revista, muestran que allí en ese medio, propiedad de banqueros, tienen en mejor estima a la “sirvientaMarelbys Mesa que a la Canciller Laura Zarabia.

Luego vino el tejemaneje del escándalo impresentable de las grabaciones de Benedetti, donde el hombre no escatima términos de grueso calibre para denostarla. Para curarse en salud el presidente Petro la sacó del Gobierno, junto con Benedetti, a donde volvió a meterla por la puerta de atrás, junto con Benedetti.

De allí en adelante no han parado los ataques contra la funcionaria, pero particularmente contra la mujer. Los bodegueros al servicio del establecimiento ubérrimo, amparándose en no sé qué pruebas de falta de pureza femenina, la graduaron de “puta” en redes sociales, utilizando el muy barranquillero término de “coya”, que sin haber sido inventado en el Barrio Abajo, tiene una reputación de barriobajero.

Por la misma época en la Revista Semana, arreciaron los ataques. Desde entonces no han dejado de señalarla como un ser terrible (sombrío), que tiene algo que ver con el suicidio de un oficial de policía, que trabajaba cerca de ella en la Casa de Nariño, que conocía de cerca el “affaire de las chuzadas a la niñera Marelvis Mesa”.

Posteriormente vino el asunto nunca probado del tráfico de influencias de su hermano. Luego pasó a ser parte de los comentarios prosaicos en redes por los “oidir” relacionados con no sé qué cosa. Finalmente salió a flote su supuesta participación en el entramado de corrupción de Olmedo López y  algunos miembros de la cúpula del Partido Verde. Todo eso se basa en las insinuaciones de Sandra Ortiz, que no la nombra ni la acusa de nada, pero da a entender que ella tiene que ver —para decirlo en palabras del cantor Adolfo Pacheco— “con la Maroma”, que desembocó en el escándalo de la Agencia Nacional de Gestión de Riesgos.

Pero si por el lado de la prensa tradicional llueve, por el de los Youtuberos y Twitteros afines al gobierno tampoco escampa. En el entorno petrista hay quienes la señalan sin tapujos de ser “el lunar que afea la cara inmaculada del gobierno”. De eso da testimonio Beto Coral, que la acusa de tener un “inexplicable y nefasto poder absoluto” al interior del gobierno Petro, postura en la que coincide con Semana donde la acusan de tener un poder absoluto y ser da jefe de un Gobierno de facto”. No pocos influenciadores, que han tomado partido a favor del Gobierno, sostienen que ella, junto a Benedetti, constituyen el lunar del gobierno progresista.

En cuanto a lo que dicen los políticos, bástenos con citar —como diría Borges las palabras de Alexander López, quien sostuvo: “no nos representa”.

Tampoco se pueden soslayar los ataques velados del excanciller Álvaro Leyva, que también la ha convertido en blanco de sus dardos.  En YouTube circulan varios audios, hechos con voz de inteligencia artificial, que sostiene que Álvaro Leiva dijo que Laura Sarabia subió porque es la “moza de Petro, porque Petro perdió la cabeza por unas nalgas, o porque ella conoce muchos secretos del presidente”. En fin, allí se dice tanto de Sarabia y Petro según lo dicho por Leiva en una emisora, sin dejar escuchar la voz de Leiva.

Sin embargo, amén de todo el barullo mediático, de todo el cotorreo político de cafetería y de todo el chismorreo de redes sociales, hasta el momento nadie ha presentado una sola prueba fáctica que incrimine a la señora Sarabia en la comisión de delitos contra el erario público en los cargos donde ha trabajado, o en una red de tráfico de influencias.

En general, lo que queda, cuando se escarba a fondo, es el trabajo de una funcionaria eficaz, que ha dado la talla donde quiera que la ha puesto el presidente, que ha sido más bien prudente a la hora de hablar en público sobre sus adversarios en el seno del gobierno. De lo útil que ha sido esta mujer para el presidente Petro deja constancia un reportaje de la Fundación Pares, donde se afirma que "lo único cierto es que nadie ha sabido interpretar mejor al indescifrable Petro que esta joven cristiana [protestante]", que anticipa los movimientos, es sigilosa y hoy sabe que su papel "debió haber estado cubierto por los entretelones del poder", sin exponerse por los corredores por donde se libra el tira y afloje de la vida pública.

Sin ser una petrista purasangre, Laura Zarabia ha sido leal al presidente y ha hecho bien el papel de bombero apaga fuego, cuando le ha tocado esa difícil tarea. Creo que a eso se debe su “ascenso meteórico en el gobierno a pesar de sus escasos años” y sin importar que después de terminar el colegio se haya ido "para la oficina de Armando Benedetti”, como lo dijo Carlos Carrillo. Contrario a lo que muchos en los medios se están preguntando hoy: “Laura Sarabia está preparada para asumir la cancillería”, o si tiene los méritos para ocupar el cargo, como dicen que dijo Leiva, el recorrido de la señora Sarabia permite presagiar que va a dar la talla y va salir bien librada de ese puesto.

Para terminar es pertinente preguntarse ¿por qué en los medios hegemónicos de este país, donde hay gente que aún echa de menos al kinder del presidente Gaviria, que nos impuso el neoliberalismo, hay tanto formador de opinión que anda con el guayo alzado contra Laura Sarabia porque solo tiene 30 años?

¿Qué hubiese pasado si ella en vez de ser graduada de la Universidad Militar Nueva Granada hubiese sido graduada en Los Andes?

En las “toldas mamertas —por usar la expresión favorita de los godos pura sangre a la hora de insultar a los militantes de izquierda—”, ¿Qué se diría de ella si, como Daniel Rojas, el joven ministro de Educación, Laura Sarabia dejara a su paso el aroma de la Nacho, aunque no tuviera ni siquiera una décima parte de las horas de tropel que cuenta en su haber Jenifer Pedraza, quien hoy utiliza casi el mismo lenguaje del establecimiento conservador, a pesar de haber salido de la cantera del movimiento estudiantil de las universidades estatales?

En lo personal veo a Laura Sarabia como alguien que viene de abajo, que ha crecido con cada reto que le ha puesto el presidente por delante; que ha hecho su tarea y por eso ha terminado siendo el personaje que rota Petro de puesto en puesto, en la parte alta del gobierno, cada vez que tiene que manejar una paila de chicharrones calientes.

Es la confianza que le tiene el presidente lo que ha convertido a Sarabia en el chivo expiatorio predilecto de todos los bandos y en la bruja perfecta, que todos los inquisidores, de todas las "sectas políticas", quieren quemar para impedir la propagación de la herejía en este reino de pulcros y devotos creyentes.

También le puede interesar: ¿Le salió el tiro por la culata a Petro con su proyecto de 'Paz Total'?

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
Día Mundial del Agua: la urgencia de proteger el recurso que nos da la vida

Día Mundial del Agua: la urgencia de proteger el recurso que nos da la vida

Nota Ciudadana
Retiraron el artículo que impedía a los gobernadores elegir a dedo a los directores de hospitales

Retiraron el artículo que impedía a los gobernadores elegir a dedo a los directores de hospitales

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--