Más que un pétalo de una rosa: las historias espeluznantes de mujeres violentadas por sus maridos

Más que un pétalo de una rosa: las historias espeluznantes de mujeres violentadas por sus maridos

El viernes 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. En Colombia, las cifras son escalofriantes

Por: Sandra Liliana Pinto Camacho
noviembre 28, 2022
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Más que un pétalo de una rosa: las historias espeluznantes de mujeres violentadas por sus maridos

Zapatos Rojos (2009) de la artista mexicana Elina Chauvet, montaje sobre violencia machista correspondiente a las mujeres y niñas desaparecidas por feminicidio.

“La mujer nueva debe ser amor y perfume, materia e idea.”

- Mercedes Pinto

El viernes 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer en el que se recuerdan las terroríficas cifras compartidas por la Naciones Unidas: que la tercera parte de las mujeres del mundo se ven afectadas por algún tipo de violencia de género y que cada 11 minutos muere una mujer o niña asesinada por un familiar[i].

Las cifras de Medina Legal en Colombia son iguales de escalofriantes. Durante lo corrido del año, alrededor de 827 mujeres fueron asesinadas en su mayoría por su compañero sentimental, sin embargo, se podría asegurar que en algún momento de la vida todas las mujeres hemos sido víctimas de violencia de género en alguna de sus formas: física, verbal, cibernética, sexual o psicológica, por lo que se hace cada vez más importante que podamos identificar la agresión a pesar de nuestra formación patriarcal; que contemos con canales accesibles y seguros para denunciarla y que se tomen las medidas apropiadas y de manera oportuna para que los agresores sean castigados y las víctimas protegidas.

Algunas de las formas de violencia más difíciles de identificar y denunciar son aquellas que ocurren al interior del grupo familiar ya que resulta incomprensible que te lastimen aquellas personas que se supone deberían amarte y protegerte.  La violación conyugal, las agresiones físicas, el abuso sexual infantil, el matrimonio forzado, la explotación sexual entre otras, son prácticas repulsivas que dejan en la sociedad cicatrices difíciles de borrar.

Aunque aún falta un largo camino por recorrer, quisiera en este escrito rendir un sentido homenaje a mujeres como Mercedes Pinto, quienes han demostrado que la violencia contra las mujeres va más allá de “no tocar ni con el pétalo de una rosa”.

Nacida en 1883, María de las Mercedes Josefa Francisca del Pilar Pinto Armas de la Rosa y Clós sería obligada al exilio durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1923 en España, al presentar las ideas que parten de su dura experiencia personal en una franca exposición denominada “El divorcio como medida higiénica” en la Universidad Central de Madrid.

Sus palabras, como afiladas navajas penetrarían en lo más profundo del orgullo de los machistas y conservadores de la época: “Un señor discutidor, suspicaz, dispuesto a agriar las conversaciones con frases molestas y hasta llegando alguna vez a una agresión, no es para los ojos de los extraños más que un hombre de mal carácter, o tal vez cuando más ‘un señor raro’; pero esas gentes ven las cosas de lejos, no saben los disimulos, las suspicacias y los engaños con que esos hombres que no son raros sino sencillamente enfermos, llegan a ocultar al público completamente las espantosas negruras de su hogar”.

Imagino los rostros indignados de los asistentes a dicha conferencia en la España de los años 20 sumida en una dictadura al escucharla decir: “De manera que todas las violencias, las torturas y los horrores incontables por asquerosos o brutales que contra su esposa pueden ocurrírsele a un paranoico, no son nada ante las leyes; tiene que esperar que le peguen un tiro… (y no le acierten) para que los jueces piensen que si le acierta… ¡se hubiese ido del sitio!

Y por lo que se refiere a los testigos, desde luego comprenderéis lo imposible de que ciertos martirios, generalmente de alcoba y nocturnos, tengan testigos, porque no es costumbre que los amigos estén en las habitaciones a esas horas, y si la esposa grita, ya tendrá cuidado de no volver a hacerlo porque el marido lo impedirá, del modo que pueda, pero lo impedirá”.

Las ideas que defendió Mercedes en esta conferencia representan un reto para sociedades falócratas como la nuestra, en la que como sucedió a comienzos del mes, una joven fue obligada a practicar sexo oral a su agresor en el transporte público y al acercarse a la estación de policía a colocar la denuncia, las autoridades manifestaron que “no podían hacer nada porque no había una captura” teniendo que exponer el delito públicamente lo que a la postre la llevaría a su revictimización[ii].

Los temas tratados por Mercedes en su discurso son una deuda pendiente con las mujeres hoy en día: “el derecho de las mujeres a solicitar el divorcio; el derecho a denunciar una situación de violencia íntima; la defensa y la responsabilidad del Estado sobre los menores víctimas de la violencia de género; el derecho a la protección y el derecho a la felicidad de las víctimas; así como dos conceptos básicos de su filosofía de vida, la educación de la mujer como medio de transformación personal y social y la solidaridad emocional entre las mujeres, lo que hoy conocemos como sororidad[iii].”

A su llegada a Uruguay en 1924 y durante sus 7 años de permanencia, diversificaría su exitosa carrera como periodista y oradora, fundando La Casa del Estudiante para extender gratuitamente la cultura entre los jóvenes de todas las clases sociales de la ciudad, lo que le valdría un gran reconocimiento.

Su trabajo se extendería por toda Latinoamérica: en Paraguay sería la primera mujer que ocupó la tribuna de la Universidad de Asunción desde donde expandió sus ideas pacifistas y sus altos ideales sociales; en Argentina su ciclo de conferencias impartidas en la Universidad de Tucumán tuvo un gran impacto social; en Chile fue nombrada por Arturo Alessandri, presidente del país, Delegada Oficial del Departamento de Extensión Cultural reivindicando el derecho de voto a la mujer y participando en el proyecto de ley del divorcio.

En Cuba, Fulgencio Batista, presidente del país, la haría Educadora de Conferencistas para las escuelas cívico-militares así como Directora en la radio difusora del Gobierno y en la Cadena Azul, desde donde lideraría la movilización para que el Gobierno cubano permitiera el desembarco de las 930 mujeres, hombres y niños judíos que huían del nazismo en el barco “San Luis”. “Su defensa del pueblo judío le valdría uno de los honores más curiosos e impactantes en la vida de la escritora: el bosque de más de 2000 árboles que hoy lleva su nombre en Israel.[iv]

Aunque son muchos sus logros, artículos y obras publicadas, quisiera detenerme en su obra más conocida publicada en 1926 y que llamaría de manera simple Él, la cual posteriormente sería llevada al cine por Luis Buñuel y que tuve el placer de encontrar de manera gratuita en el canal de YouTube.

En Él se refleja la vida marital de una pareja de la época en la que la mujer, educada para ser una buena esposa, se ve sorprendida por los comportamientos violentos y enfermizos de su esposo que finalmente la llevan a una encrucijada similar a la que viven actualmente muchas jóvenes, mujeres y niñas sumidas en círculos de violencia en sus propios hogares y que así describe la autora: “Desconfianzas, suspicacias, absurdos, malicias, crueldades, sadismos, horrores me cercaban, me estrujaban, me oprimían como cadenas de espíritus malvados, y yo sola ante la vida, sin claridad para la defensa, sin pruebas para la acusación, ¿qué haría?”

Mercedes Pinto moriría en 1976 en México, en el continente que la recibió con los brazos abiertos y el cual recorrió entregando generosamente sus ideas feministas, levantando la voz por las miles de mujeres que han tenido que aguantar y callar, sometidas a la violencia en sus propios hogares.

Nadie la definiría mejor que el poeta Pablo Neruda quien se encargaría de escribir su epitafio en su destino final:

“Mercedes Pinto vive en el viento de la tempestad.

Con el corazón frente al aire.

Enérgicamente sola. Urgentemente viva.

Segura de aciertos e invocaciones.

Temible y amable en su trágica vestidura de luz y llamas.”

[i] https://www.un.org/es/observances/ending-violence-against-women-day

[ii] https://www.lafm.com.co/bogota/se-presento-un-nuevo-caso-de-abuso-sexual-en-transmilenio-mientras-feministas-protestaban

[iii] Constelación de Escritoras Canarias, Gobierno de Canarias, Sonia Vaquero González.

[iv] Constelación de Escritoras Canarias, Gobierno de Canarias, Sonia Vaquero González.

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