Las gatas
Opinión

Las gatas

Por:
junio 28, 2013
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

No, no son las famosas gatas que acompañan al Gato de Tejada. Estas gatas no son obras de arte… todo lo contrario.

Aparentemente ya no soy caleño. No voy al gimnasio, no me gustan las camisetas con cuello en V y tampoco tengo el popular 7. El nombre es perfecto para describir aquel hediondo corte de pelo. Si se aprecia de perfil a un caleñazo de cepa y casta, se puede divisar el 7 dibujado a cada lado de su cabeza. Para el peluquero debe ser muy sencillo. Pasa la máquina en línea recta desde la sien hasta antes de llegar atrás, un poquito más allá de la oreja, y rapa de ahí para abajo. Se repite al otro lado procurando dejar espacio suficiente para definir el grosor de las denominadas gatas o mullet para los más sofisticados. Le dicen gatas porque efectivamente parece como si se tuviera una pelea de felinos mal peinados peleándose en la cabeza. Algunos prefieren dejárselas cortas y las arreglan procurando no alborotarlas tanto, algo así como una cresta. Pero gata es gata y no hay forma de disimularla. El grosor y largor de las mismas comúnmente establece el estatus social de cada individuo y a su vez determina la altanería y el número de groserías que usa en cada frase. Sin embargo, estos límites parecen estar desdibujándose desde hace ya varios años.

Se pensaría que aquel que tenga las gatas más largas es el más patán; es el que se limpia los mocos con la manga de la sisa, o sea con el brazo; el que se saca la barriga cuando tiene calor, sorbe la sopa porque así sabe más rico y cuando termina de jartarse el almuerzo, coge un palillo y empieza a hacer ese sonidito como de ardilla, procurando sorberse todos y cada uno de los pedacitos de costilla que le quedaron del caldo que se acaba de desayunar. Pero no. Ya las gatas no definen mucho. Ahora en Cali todos tienen gatas. Desde la gala que da chuzo en el estadio hasta el yuppie que sale en el Audi de la mamá.

El grave problema es que ya no se distinguen. Ya todos exhiben el mismo peluqueado que obliga a desconfiar de todos y cambiarse de andén cuando vienen de frente. Y todos con la misma actitud irreverente. Como si el corte de pelo les diera superpoderes o controlara sus movimientos. Adquieren la increíble destreza de andar malencarados todo el tiempo, mirando mal a todo el mundo. Estoy cansado de no poder deleitarme viendo mujeres tranquilamente sin el miedo constante de que aparezca un malandro de estos con sus pectorales inflados queriendo buscar pelea. ¿Una foto? Pongan todo caras de malo y aprieten abdominales, tensen el brazo para exhibir el tríceps y hagan lo que hagan, no sonrían. Todos quieren ser Robert DeNiro en Taxi Driver: el malo, el putas. Y se confunden con los que no son solo actitud si no que llevan sus gatas como una marca de la calle, con aquellos que no son puro tilín-tilín sino que reparten las paletas, y puño y pata y puñal.

No pretendo generalizar, probablemente hay quienes lleven sus gatas con orgullo y lo hagan solo para sentir como la brisa las hace bailar o algo así. Sin embargo, voto por la erradicación de las gatas para los hijos de papi y mami. No confundan al público ni aparenten algo que no son. No hay que ser un patán para ganarse el respeto de los otros, tienen que haber otras formas de hacerlo.

Gatas o cresta es la actitud lo que cuenta.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0

Aquí y ahora

Jo Jo ¡Jodidos!

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--