Las boyacas berracas botamos por el biejito

Las boyacas berracas botamos por el biejito

A lo mejor biejito se escribe con v, pero no importa. Y botar también, pero depende. Boyacos y boyacas somos unas berracas. Y por el viejito botamos hasta las naguas

Por: Eduviges Moreno
junio 14, 2022
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Las boyacas berracas botamos por el biejito
Fotos: Pantallazo TikTok/Canva
  1. A lo mejor biejito se escribe con v,

pero eso no importa.

Y botar también,

pero también eso depende…

Botar a quién?,

o cómo?, o en qué sentido?

Lo cierto es que la ortografía ni pone ni quita, y la inteligencia tampoco.

El viejito dijo que recibía a la Virgen María y a todas las putas del barrio… y así nos recibirá a nosotras,

las que habemos aquí, y hablamos arrastrado…

y decimos la calor y haiga.

(Bah… yo sí…)

A las ratas de la corrupción hay es que acabarlas.

y en Boyacá nos gustan las pechiblancas.

 

 

Es igual que el doctor urive,

corazón grande, corazón fuerte. Así creo,

también decía el otro viejo…

¿Será que ya se murió?

Y en mi finca había pavos, vacas, gallinas y guatilas,

pero ahora ya nada,

jummm… ahora todo está muy caro,

y llegaron unos paras y se me comieron hasta las guayabas.

Y nuevamente las masacres, los desplazamientos y las desapariciones forzadas.

Que nada de eso importa ya,

nada

lo que yo quiero pa’mi es una Toyota

y una pala… (Pa la sed…).

 

A mí me gustan son las balas.

 

Lo que critican del ingeniero es que diga las cosas de frente, sin maricadas.

Boyacos y boyacas somos unas berracas.

Y por el viejito ese botamos hasta la dignidad y las naguas…

 

 

Con el ingeniero celebro mi idiotez y mi desprecio por cualquier forma de inteligencia.

Y como yo piense usted tiene que pensar,

que alguien más piensa ya por mí,

La vida no es más que una horrible y violenta fiesta.

 

Y yo a usted le pego su tiro,

jueputa malparido, si sigue jodiendo,

le meto su tiro,

en la cara por malparido.

La porra se la vuelo con una escopeta,

y por encima le paso mi camioneta.

(que no tengo, ni tendré jamás)

En la violencia y la locura me regodeo,

y lo invito a usted también a regodearse.

Me agarro a machete en una cantina y caigo sobre el cemento de la calle

a oler el color ocre de la sangre seca.

 

En mi boca,

cada gota de mis gargajos fue formada por estas montañas y este aire.

Soy nacida aquí,

de padres cuyos padres asesinaron y fueron asesinados aquí,

Y cuyos padres también asesinaron y fueron asesinados aquí,

A los treinta y tres años, y gozando de la más atroz locura sádica,

boy(acá) a votar por el ingeniero Rodolfo.

Para que todo siga igual que antes,

para que cambiemos a un Uribe por un Hernández:

 

(Los hijueputas esos meten trago, meten prostitutas, meten cocaína, mariguana, y no pasa nada)

No pasa nada,

aquí

No pasa nada…

 

Que se callen los filósofos y las universidades,

Que nos callemos las mujeres.

Que retrocedamos por siempre, conscientes de lo que somos y el lugar que nos corresponde.

Sin olvidarlo nunca.

Me entrego así a la sinrazón y la locura,

sabiendo que cualquier esfuerzo del intelecto me angustia y me sofoca.

Y así me doy a la violencia y el odio paramilitar (uribista/hernandizta)

hasta que el mundo corra un peligro tal,

que nadie pueda ya pensar,

ni respirar.

 

Jueputa.

 

 

Uy brincalamadre! Para que se acabe esta mierda ya,

que se acabe todo esto

ya

(eso no me la mames con esa nariz tan fría)

yo voto por Rodolfo Hernández

el corrupto

que viéndose al espejo delira y vocifera

vestido de cuero negro y látex,

amarrado, latigado

con gruesas cadenas de oro

y echándose cera.

 

Este país huele a cadáver… las montañas y sus ríos apestan

a niños bombardeados,

muertos, despedazados.

Pequeñas máquinas de guerra.

¿Para qué cambiarlo?

Respiro el horror, lo reconozco y me gusta.

Soy una animal encarcelada y torturada desde el nacimiento.

Y de torturas y cárceles me embriagaré siempre.

Disfruto mi condición de esclavitud

Y lo que más deseo

Es la muerte.

 

A las boyacas nos gusta son los políticos en ruana y que viva Amaya!...

Era que se llamaba?

Bah, yo sí, bah, supersona, que nos preciábamos de ser las más educadas

La UPTC, la Uniboyacá, el Sena de Garagoa,

Y más… más balas!

 

 

Alucino y

escucho los gritos de los mutilados, los masacrados y las violadas,

tengo pesadillas horribles en mis horas de sueño,

oigo el totear eterno de las motosierras, las bombas, las vejaciones.

Presencio el juego del sol en la montaña del frente y las nubes acariciándola,

el bambolearse de los árboles con el viento

y sangre, más sangre toda, chisporroteada

¿por qué he de temer a ello?

 

¿Cree usted que 6402 es un número muy grande, muy alto?

Las mujeres de este país somos putas y putas seremos,

Y los hombres sicarios

y al que senos atraviese lo asesinamos.

Por Rodolfo yo voto, porque… no sé, boto porque yo ya no pienso

y la verdad es que ni aguanto.

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