La seguridad en Colombia enfrenta una nueva escalada de violencia con la reactivación del llamado "plan pistola" por parte del Clan del Golfo. En las últimas dos semanas, al menos 13 policías y 11 militares han sido asesinados en ataques selectivos en departamentos como Antioquia, Norte de Santander, Guaviare, Cauca, Valle del Cauca, Cesar y Huila . Esta ofensiva criminal, que recuerda las tácticas empleadas por Pablo Escobar en los años noventa, pone en jaque la política de "paz total" del gobierno, evidenciando la crisis en la estrategia de seguridad del Gobierno y sus políticas de paz.
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Frente a este complicado panorama y la Paz Total del presidente Petro, el analista Juan Manuel Ospina dialogó con una de las voces más autorizadas para entender el país desde el conflicto, Andrés Preciado, un Politólogo de la Universidad Nacional, sede Medellín, que lleva años estudiando los entramados del conflicto armado y sus múltiples mutaciones, tanto desde lo académico como desde lo institucional.
Preciado, hoy director de la línea de Conflicto en la Fundación Ideas para la Paz, donde no solo se dedica a estudiar el conflicto, sino a tratar de entenderlo a fondo, sin etiquetas fáciles. Su trabajo es leer la guerra: mapear a los actores armados, seguir sus transformaciones, y tratar de anticipar sus movimientos. En esta conversación explica porque la Paz Total de Petro es un fracaso y qué se debe hacer con el crimen organizado para detener las muertes en las calles colombianas.
Juan Manuel Ospina ¿Cómo ve Andrés Preciado la Paz Total, que da la impresión que no ha resultado como lo había planteado el gobierno del presidente Petro?
Andrés Preciado: Yo creo que hay como varias cosas que hay que analizar en ese tema y es, primero acordémonos que en la época de campaña nosotros no hablábamos de paz total. La bandera, digamos, en estos términos de seguridad con la que el presidente Petro se eligió y que la mayoría de colombianos votaron y por eso es el presidente estaba más ligado a la seguridad humana.
El discurso de campaña es un discurso más de seguridad humana y ya cuando estamos en el gobierno se nos presenta al país la paz total como la estrategia del gobierno Petro de acercarse a los grupos armados. Entonces, de alguna forma, los dos primeros años del gobierno Petro nos marcaron un protagonismo de la vía negociada, es decir, el presidente opta por decir, yo voy a enfocar mi estrategia en negociar con los grupos armados y ofrecer unas garantías, digamos, de negociación que nos permita reducir la violencia, reducir el impacto humanitario. Esa era la gran promesa de la paz total: vamos a negociar con los grupos armados para reducir en los territorios la violencia que está afectando a los ciudadanos.
Si uno fuera a ver, de alguna manera, esa propuesta o esa iniciativa del gobierno no fue aceptada de la mejor manera o recibida de la mejor manera o aprovechada por los grupos armados de la mejor manera. Sí la aprovecharon para otras cosas, para fortalecerse, para expandirse, para consolidar, para no para llegar a una situación, digamos, de desmobilización o desarme.
¿Cuales eran los caminos de la paz total para llegar a los grupos armados?
Uno que era el más clásico de negociaciones, que eran las negociaciones más políticas o digamos, con grupos subversivos o revolucionarios, y otro que era un camino más jurídico, que es lo que se llama las conversaciones o los escenarios socio-juridicos, que en últimas es como una vía de negociación más jurídica o más judicial, por llamarlo de alguna manera, que nosotros hemos llamado sometimiento.
¿Qué es lo que entró en crisis?
La paz total digamos abrió mesas de negociación simultáneas pero bilaterales con todos los grupos armados. Nosotros llegamos a tener 11 mesas de negociación, lo cual hacía muy difícil entender, entender como cada uno de los intríngulos de esas mesas. Esas mesas tenían una característica en común y era que en todas esas mesas de negociación el estado era uno de los jugadores y el grupo armado era el otro jugador. Por eso eran bilaterales. Eran simultáneas pero no eran multilaterales, o sea, nosotros nunca tuvimos una mesa que sentara a varios grupos a negociar con el estado, era el estado y el grupo, el estado y el grupo, el estado y el grupo en cada mesa. Eso hizo que tuvieran unos retos metodológicos muy significativos y lo que nosotros ahora llamamos crisis de la paz total o lo que muchas personas como el presidente, el expresidente Manuel Manuel Santos han criticado es que sobre todo, toda esa indefinición metodológica que al principio generaron esas mesas simultáneas llevaron a que no se pudieran tener resultados claros, un seguimiento, una metodología y unas fases identificables en cada uno de los grupos y de alguna manera se tomaron decisiones en eso metodológico que dificultaron el avance de las negociaciones.
Vea aquí la conversación completa con Andrés Preciado
