El debate político se tensiona tras un extenso y vehemente pronunciamiento de José Félix Lafaurie en X, donde el presidente de Fedegán salió al paso de una supuesta entrevista de María Jimena Duzán e Iván Cepeda, la cual estaría presentada —según él— como un intento por afectar la imagen de la senadora María Fernanda Cabal dentro del Centro Democrático.
El mensaje, más que una simple advertencia, se convirtió en una pieza de posicionamiento político dentro de la disputa interna del partido y del debate de fondo sobre el rol de la derecha en los escenarios de diálogo con grupos armados.
Lafaurie, fiel a su estilo frontal, recordó que su participación en los diálogos de paz con el ELN fue una instrucción directa del expresidente Álvaro Uribe Vélez, con el objetivo de enviar al país un mensaje claro: que la oposición no es enemiga de la paz. Con esto buscó zanjar las insinuaciones de que su presencia en la mesa implicó algún tipo de concesión ideológica o desmarque frente a las posturas más duras de su esposa, la candidata presidencial María Fernanda Cabal.
Insistió en que no hubo “una sola claudicación” y que actuó con la honorabilidad de quien representó —en sus palabras— a los millones de colombianos que votaron NO en el plebiscito de 2016 y a los miles de ganaderos que han sido víctimas del conflicto armado. Así, reivindicó una coherencia doctrinal que, según él, ha mantenido intacta a lo largo de más de 30 años de columna semanal y en dos libros sobre procesos de paz, contraste que utilizó para responder a quienes lo acusan de haber cedido espacios a la narrativa del Gobierno.
Hoy amanecí con el “cuento” de una entrevista con @MJDuzan y @IvanCepedaCast para hacerle daño a @MariaFdaCabal que la ven fuerte en @CeDemocratico.
— José Félix Lafaurie (@jflafaurie) December 8, 2025
No sean tontos. Fui a los diálogos con el ELN por instrucción de @AlvaroUribeVel para decirle de una vez al país que NO somos…
Uno de los puntos más sensibles de su trino fue la mención directa a la senadora María Fernanda Cabal, figura con creciente peso por la carrera presidencial, a quien reconoció como opositora de su presencia en la delegación negociadora. Sin embargo, sostuvo que asumió esa responsabilidad por compromiso con Fedegán y con el partido, enviando así un mensaje que busca disipar rumores de fracturas con su esposa, pero también marcar límites frente a otras voces internas que han intentado capitalizar políticamente la controversia.
En un tono que mezcla reivindicación personal con advertencia política, Lafaurie cuestionó por qué en una democracia liberal se pretende censurar el diálogo con quienes piensan distinto, subrayando que conversar con el adversario es parte esencial de la deliberación democrática, siempre que haya “verdad” y reglas claras.
Cierra su mensaje con una declaración de identidad política: “También soy Cabal”, una frase que funciona como declaración de unidad familiar y mensaje interno al partido, pero también como advertencia a quienes, desde adentro, buscan presentarlo como un actor disonante o una pieza sacrificable en la reconfiguración del uribismo rumbo a 2026.
También le puede interesar:
Anuncios.
Anuncios.


