En la final de la Liga Femenina de 2022, el estadio estalló en aplausos cuando el técnico decidió sacar a Linda Caicedo de la cancha. El marcador ya estaba a favor del Deportivo Cali, el título asegurado, y la joven estrella de 17 años se encaminó lentamente hacia la línea de banda. Antes de salir, levantó un poco la camiseta y mostró una venda blanca en el abdomen.
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Era la cicatriz de su cirugía que la salvó del cáncer que la amenazó que se convertía en la señal visible de una batalla mucho más dura que la que acababa de ganar en el campo. En la tribuna, una joven de cabello crespo y claro seguía sus pasos con emoción. Era Valeria Herrera, la persona que desde entonces ha estado a su lado en los triunfos, en los viajes y en esa vida que a Linda se le abría en el horizonte.
El gesto de Linda Caicedo aquel día no solo cerraba una etapa deportiva en Colombia sino una dura lucha por su salud que había empezado en abril de 2020 cuando fue diagnosticada con un teratoma inmaduro, un tipo de cáncer que afecta los ovarios en la adolescencia. El tumor era grande. A los 15 años, en la plenitud de su talento, tuvo que detenerlo todo. Fue operada en la Clínica Valle de Lili, y dos semanas después empezó el tratamiento con quimioterapia. Perdió el cabello, el peso, y por momentos, la confianza. Pero no las ganas de vivir. Su padre, Mauricio Caicedo, la acompañó en aquel pequeño corregimiento de Candelaria, Valle del Cauca, donde la niña que jugaba con niños detrás de un balón ya soñaba con llegar a la Selección Colombia.
Cinco meses después de la cirugía, Linda volvió a entrenar con el Cali. Llegó con peluca, delgada y frágil, pero decidida. En octubre de ese año volvió a jugar. No fue su mejor temporada, pero volvió a sentir lo que era correr detrás de un balón. Un mes después marcó su primer gol al América de Cali. Y luego dos más a Millonarios. El talento estancado en pausa por la enfermedad había regresado.
El 2022 fue el año del renacer. Linda recuperó el cabello, la energía, la sonrisa. Su talento volvió a brillar y su nombre empezó a sonar fuerte fuera del país. Real Madrid y Barcelona la querían en sus filas. Ese mismo año el Deportivo Cali se coronó campeón y Linda terminó la temporada con cinco goles. Fue en ese momento de éxito cuando conoció a Valeria Herrera, quién es una joven caleña de 18 años, humilde, cómo también lo fue Linda, con sueños distintos pero igual de grandes. Se conocieron a finales de 2022, cuando Linda ya era la figura más prometedora del fútbol femenino colombiano.

Valeria no era una futbolista, pero compartía con Linda la determinación por abrirse camino. Desde joven había soñado con ser una protagonista de las redes sociales. En Cali había empezado a mostrar su interés por el tema haciendo videos desde su casa con su celular. La relación con Linda la impulsó a seguir ese camino. Cuando la futbolista firmó con el Real Madrid en febrero de 2023, Valeria viajó con ella a España. Las dos, apenas mayores de edad, iniciaron una nueva vida juntas en un país desconocido dónde se han sabido adaptar.
Mientras Linda se adaptaba a la exigencia del fútbol europeo, Valeria consolidaba su presencia digital. En pocos meses, sus redes sociales empezaron a crecer hasta superar los 300 mil seguidores.

En ellas muestra su gusto por la moda, los viajes y el estilo de vida que comparte junto a la futbolista. Detrás de las fotos y los videos hay una historia de apoyo mutuo: Linda la acompaña y la ayuda a construir su marca personal; Valeria le da estabilidad emocional y compañía en un mundo que suele ser exigente y solitario para las deportistas jóvenes.
Linda se ha ganado un lugar en el Real Madrid femenino, ha marcado goles y se ha convertido en una de las jugadoras más queridas de la selección Colombia. Valeria, por su parte, avanza en su carrera como creadora de contenido, luciendo marcas reconocidas y combinando la naturalidad de su origen caleño con el glamour europeo.
Para Linda Caicedo, quien actualmente juega la Liga de Naciones Femenina, con una participación fenomenal, los últimos años han sido una sucesión de desafíos y recompensas. Pasó del hospital a los estadios, de la incertidumbre al reconocimiento mundial. En cada paso, Valeria ha estado presente, compartiendo con ella los viajes, las concentraciones, los momentos de calma y los días de gloria.
Ambas comparten una historia tejida entre entrenamientos, aeropuertos y redes sociales. Una historia que comenzó cuando el mundo apenas conocía a Linda Caicedo como la promesa del fútbol femenino y que hoy acompaña a una de las deportistas más admiradas del país que acaba de ser una vez más la jugadora más valiosa de la selección con sus gambetas y pases que llevó al equipo nacional a ganarle 2-1 a Ecuador y tras dos partidos ganados, tomar el liderazgo del grupo en la Liga de Naciones.
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