La pareja que exploró el mundo indígena colombiano: Alicia Dussán y Gerardo Reichel-Dolmatoff

La pareja que exploró el mundo indígena colombiano: Alicia Dussán y Gerardo Reichel-Dolmatoff

Acaba de morir la pionera que, junto a su esposo y durante 70 años, buscó descubrir los secretos de los Koguis, Emberá y Motilones en la misteriosa selva colombiana

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mayo 18, 2023
La pareja que exploró el mundo indígena colombiano: Alicia Dussán y Gerardo Reichel-Dolmatoff

Cuando Alicia Dussán fue aceptada en la Universidad Nacional de Colombia en 1938, solo había 38 mujeres en las aulas. Esto representaba el 0.0004 % de la población colombiana. Alicia, bogotana del barrio las Nieves, era la hija de un próspero finquero huilense que murió a los 30 años.

Lucrecia, su mamá, no tenía mucho en común con su pareja. Era cosmopolita y le gustaba ir dos pasos adelante de lo que se vivía en Bogotá esa época. Así que se permitió la excentricidad de tener una hija con ganas de volverse antropóloga.

Alicia estudió en el refinado Gimnasio Femenino, un colegio que en la década del treinta se caracterizaba por cultivar en sus alumnas el espíritu de ser mujeres virtuosas, es decir, eficientes amas de casa, preparadas para tener hijos y atender los caprichos de sus esposos.

En las clases, Alicia quedaba asombrada por los constantes comentarios racistas de sus profesoras que acostumbraban usar la palabra “india” para referirse a la gente sucia, perezosa y haragana, pero en los libros que había en casa, los indígenas pertenecían a un mundo que ella quería explorar, una puerta que quería abrir y la llave la encontró en la antropología.

Antes de entrar a estudiar Derecho en la Nacional, –la Antropología era una carrera demasiada excéntrica para ella- le dijo a su mamá que iría un tiempo a estudiar lengua y civilización alemana en Berlín.

En esa época, el Tercer Reich se afianzaba con sus patas de acero y después de los Juegos Olímpicos de 1936, Adolf Hitler y su aparato de propaganda liderado por Joseph Goebbels esparcieron por el mundo la idea de que el paraíso existía y estaba en Alemania.

A ese país, llegó Alicia. En Berlín, el Museo Etnológico era uno de los lugares que visitaba. Una de las secciones que más le intrigaba era la de las civilizaciones antiguas de América que tenía piezas que deberían estar en Colombia y que habían sido sacadas de manera irregular de San Agustín.

La imponente civilización de San Agustín había sido descubierta por el alemán Konrad Theodor Preuss en 1914 y aprovechó la poca rigurosidad del gobierno de turno para sacar 21 piezas con destino a Alemania. Algunas de ellas medían más de dos metros y fueron las que llamaron la atención de la joven Alicia en la Berlín nazi.

El 1 de septiembre de 1939, Hitler ordenó invadir Checoslovaquia, se inició la Segunda Guerra Mundial y Alicia apresuró su regreso a Colombia, empezó a estudiar Derecho y en su primer semestre se consagró como la mejor estudiante.

Sin embargo, después de asistir a clases con Paul Rivet, supo que la vida era demasiado corta como para perderla estudiando algo que no la apasionaba. Rivet era el creador de la teoría oceánica sobre el origen del poblamiento americano, según la cual, la población nativa americana es el resultado de migraciones procedentes de Asia, Australia, Polinesia y Melanesia. Había llegado a Colombia huyendo del horror de la Guerra y cruzarse con este gigante de la ciencia, le torció la vida a Alicia.

Alicia y su porte de Indiana Jones en una de sus expediciones a la Sierra Nevada

Sus profesores, incluso el Decano, llamaron a Doña Lucrecia para decirle que era un error eso de abandonar una carrera en donde ella brillaba por algo tan incierto como estudiar en el Instituto Etnológico Nacional y fue la primera mujer de graduarse de etnóloga.

Ese fue el primer paso de una carrera fulgurante que arrancó en una plaza de Pacho, Cundinamarca, donde conoció a Gerardo Reichel-Dolmatoff.

Dolmatoff nació en Salzburgo en 1912, ocho años antes que su futura esposa. Tenía 21 años cuando Hitler ascendió al poder absoluto y eran los últimos años del Imperio Austrohúngaro antes de que la Primera Guerra Mundial lo rompiera en mil pedazos.

A pesar de lo que dijo uno de sus alumnos, Holger Stoecker, quien afirmó que el profesor formó parte de las S.S y entró a campos de concentración a supervisar el funcionamiento de la máquina de muerte impuesta por Hitler, Reichel salió de la Alemania nazi en 1937 hacia París y se unió a la diáspora de artistas y científicos que no podían aceptar la barbarie fascista.

En 1939, cuando era inminente la invasión Nazi a Francia, el profesor viajó a Colombia ayudado por Paul Rivet y un año después, conoció a Alicia. Se enamoraron siguiéndole el rastro a culturas que ya estaban completamente desaparecidas. Esta foto de 1941 revela a una joven Alicia en pleno trabajo de campo.

Alicia Dussán trabajo de campo

Se casaron en 1943, el padrino fue Paul Rivet y la luna de miel la pasaron desenterrando tumbas en el Huila. A partir de entonces, empezaron juntos un trabajo descomunal en el que Alicia fue parte fundamental, aunque sólo fue reconocida posteriormente.

Después de estar en los Llanos Orientales, el matrimonio se estableció durante seis años en la Costa Atlántica. En 1946 llegaron a Santa Marta donde hicieron uno de sus trabajos más contundentes y fundamentales a la hora de entender nuestro pasado, Los Kogi, una tribu indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta. La pareja descubrió los secretos de Buriticá y los misterios de una montaña que respira.

Los indígenas en Santa Marta no se escondían, al contrario, era una presencia constante. Bajaban de la Sierra Nevada los Arhuacos, los Kogis a vender sus mochilas, a cantar sus canciones. En esa ciudad estuvieron hasta 1954 cuando el arquitecto y restaurador Miguel Sebastián Guerrero, los convenció de vivir en Cartagena para desentrañar el pasado de una ciudad que le daba la espalda a su historia.

Los Reichel-Dolmatoff

En Cartagena ese pasado quería olvidarse. Por eso, Guerrero les propuso hacer un museo, pero teniendo en cuenta lo que había sucedido en Santa Marta, donde terminaron saqueándoles el museo Kogi que habían construido, decidieron dedicarse únicamente a hacer la arqueología de esta zona. En ese momento, la región de Bolívar permanecía en blanco. Ahora su labor, como había sucedido en Magdalena, era poner a ese Departamento en el mapa de la arqueología mundial.

El fragor intelectual no fue un impedimento para que en el periodo que va entre 1945 y 1954 tuvieran sus cuatro hijos: René, Elizabeth, Inés y Helena. Llegaron a una casa alquilada en la zona de Castillo Grande en Cartagena. Después compraron una vivienda en Bocagrande.

En Bolívar descubrieron tres ciudades del pasado que estaban perdidas en la historia: Barlovento, Puerto Hormiga y Monsú. Su estadía en Cartagena se prolongó hasta 1960 y claro que valió la pena. Además de estas ciudades, descubrieron cerámicas del año 3.090 Antes de Cristo, unas de las más antiguas del continente.

Abrir tumbas le produjo a Alicia Dussán muchos problemas de salud entre los que se contó la malaria, una enfermedad que hace cincuenta años, podía matarla.

Después de tanto polvo ancestral desentrañado, decidieron aceptar la invitación de Ramón de Zubiría, quien en 1963 era el rector de Los Andes y un año más tarde, crearon el Departamento de Antropología de Los Andes, el primero que se fundó en el país. Así recorrieron toda Colombia y fueron a la Serranía del Perijá a desentrañar los misterios de los dioses de los Barí.

Gerardo intentó que su vida fuera un misterio para sus biógrafos. De carácter fuerte, dio pocas entrevistas y sus discípulos decían que tenía temple, voluntad férrea y decisiva que lo llevó a poner en marcha empresas titánicas como catalogar el Museo del Oro de Bogotá, uno de los más completos del continente.

En 1994, su vida se apagó a los 83 años. En su apartamento del norte de Bogotá, Alicia vivió hasta donde se lo permitió la enfermedad, entre sus libros y recuerdos, disfrutando de un pasado glorioso reconocido con el premio Vida y obra del Ministerio de Cultura de Colombia en 2001 y Mujer Científica de América Latina por la Universidad Nacional de Colombia en 2009.

Alicia Dussán falleció

Partió a los 102 años el miércoles 17 de mayo

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