La mujer que quiere que los Emberá estudien por internet

La mujer que quiere que los Emberá estudien por internet

Juri Celi es una de las 'antioqueñas de oro'. Se ganó el título por su proyecto educativo de nuevas tecnologías que llega a esta etnia indígena

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octubre 20, 2015
La mujer que quiere que los Emberá estudien por internet

“El hombre blanco viene a llevarse todo lo de nosotros” fue la respuesta que le dio  un grupo de Emberás chamíes a Juri Celi Pérez en el 2009, cuando esta aspirante a psicóloga decidió apostarle al estudio y conservación de la comunidad indígena, quienes basan gran parte de  su conocimiento  en el poder mágico y espiritual desde el que se regula la vida, la salud, la subsistencia y la naturaleza.

En un territorio con más de 150 años de existencia, se encuentra Karmata Rua, nombre ancestral del Resguardo Indígena de Cristianía, ubicado entre los municipios de Andes y Jardín, en el suroeste Antioqueño. Los Emberá Chamí son un pueblo disperso sobre los departamentos de la región andina: Caldas, Quindío, Antioquia, Risaralda y Valle del Cauca. Su nombre viene de la lengua Emberá que significa “gente de la cordillera”.

Con su propuesta, formó el proyecto “Escuela de padres” que buscaba fortalecer los planes de vida de los habitantes del resguardo indígena de Cristianía.

Con 1700 habitantes, el resguardo afrontaba crisis en diferentes frentes fundamentales: el 30 % eran madres cabeza de familia. Además,  uno de cada cinco de jóvenes no asistía a la escuela por situación de pobreza extrema, ya que muchos debían cultivar la tierra o cuidar a sus hermanos menores para permitir que las madres cabeza de familia  trabajaran y así respondieran por las necesidades básicas del hogar. En seguridad alimentaria, el paisaje no era más alentador, pues padecían enfermedades por mala preparación de los alimentos que podían llevarlos hasta la muerte. Además, vivían en el peligro latente de perder sus costumbres e identidad cultural, ya que cada vez los jóvenes indígenas querían parecerse a “los hombres blancos”.

Después de visitarlos todos los fines de semana durante seis meses, se ganó la confianza de la comunidad que la empezó a ver como una Emberá más. Pudo realizar talleres que iban desde conocimientos sobre el código de infancia y adolescencia para que los padres conocieran cuál era su rol en la familia, así como los derechos y deberes de sus hijos, hasta clases de seguridad alimentaria en los niños desprotegidos.

Después de un tiempo de trabajo de campo, logró entrar en la cotidianidad del grupo indígena.

Después de un tiempo de trabajo de campo, logró entrar en la cotidianidad del grupo indígena.

En  el 2010 esta paisa, mayor de tres hermanos, que lleva trabajando por las comunidades vulnerables más de 10 años desde diferentes programas sociales de la Gobernación de Antioquia, recibió su título como psicóloga de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD –.

Durante su época de estudio universitario, contó con el apoyo incondicional de su familia, que vive orgullosa al ver el trabajo que realiza Juri en las comunidades; en el 2012, como si no fuera suficiente todo lo logrado hasta esa época, escuchó de una convocatoria para hacer parte de la reserva militar de Ejército Nacional, a la que se presentaron 100 personas y solo 25 aguantaron las duras jornadas de entrenamiento desde las cuatro de la mañana. Por supuesto, esta mujer que consigue todo lo que se propone hace parte de ese selectivo grupo. Desde el Ejército también ha podido desarrollar labor social en diferentes municipios de Antioquia e incluso en el Chocó y Carmen de Atrato donde han llevado brigadas de salud que beneficiaron a casi 2000 personas.

Como el método de estudio en la UNAD le permitió distribuir su tiempo entre la familia y el trabajo, decidió lanzarse a estudiar también a distancia la  especialización en Educación, cultura y política. Durante esa época, y gracias al acercamiento que había tenido con la comunidad Emberá, propuso como proyecto de grado un programa que le valió el reconocimiento en la categoría de servidora pública; fue premiada de la mano del propio Sergio Fajardo como ‘La Antioqueña de oro 2015’, por ser una mujer sin miedo que le apostó a la educación y conservación de las comunidades indígenas a través de proyectos equitativos e incluyentes. Es un triunfo del que puede sentirse muy orgullosa, pues se presentaron 97 propuestas y  en marzo de este año tan solo cuatro fueron elegidas.

En la caracterización del resguardo Karmata Rua

En la caracterización del resguardo Karmata Rua

Su idea se basa en darle la posibilidad a las comunidades indígenas de acceder a la educación básica primaria, secundaria y universitaria a través de las nuevas técnologías, fomentando el estudio entre los Emberá, pues “Muchos jóvenes no le ven la importancia a estudiar y prefieren trabajar la tierra, desplazarse a la ciudad en busca de empleo o las niñas quieren casarse desde muy pequeñas, formar una familia y dejan la escolaridad  en un segundo plano.”. Cuando conversa con sus consentidos del municipio de Jardín les da como referentes a la diputada Eulalia Yagari, y otros cuantos Emberás más que tuvieron la oportunidad de estudiar y hoy los representan en las esferas políticas de Antioquia: “Trato de motivarlos para que se animen a estudiar”. 

Registrando las necesidades de los jóvenes Emberá Chamí

El desarrollo del proyecto se propuso en el resguardo de Karmata Rua, pero sueña con que se pueda implementar a nivel departamental, pues es un programa que garantizaría la educación de los grupos indígenas de Antioquia que por diferentes motivos no pueden acceder a procesos educativos convencionales y necesitan empoderase de las TIC para educarse y dar a conocer el poder de su cultura. El proyecto no busca “occidentalizar” a los grupos indígenas, al contrario, propone desarrollar temáticas que refuercen el amor por sus tradiciones,  por lo que  las nuevas tecnologías no son más que una herramienta de información, pues el contenido de los programas serán elaborados por equipos multidisciplinarios que cuidarán toda la información impartida protegiendo siempre la cosmovisión de los indígenas.

Los Emberá en una de sus danzas tradicionales

Los Emberá en una de sus danzas tradicionales

“Nosotros queremos defender nuestra cultura, nuestros usos y costumbres, recuperar lo que hemos perdido en el tiempo. Pero igual queremos aplicar los conocimientos universales que nos dan en las universidades para el desarrollo de nuestro pueblo”, dice Gilberto Antonio Tascón, líder de Karmata Rua.

Juri piensa formar una fundación y espera contar con el apoyo institucional de diferentes organizaciones, para poder materializar la iniciativa que garantizará el derecho a la información  y preservación de los grupos étnicos de Antioquia.

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