La mordaza y más allá...

La mordaza y más allá...

La libertad de prensa es libertad de pensamiento. Ahora resulta que buscar el conocimiento y expresarlo es un pecado, y el que lo materializa, un vándalo

Por: Hernando Copete Ortiz
diciembre 29, 2021
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La mordaza y más allá...
Foto: Pixabay

El conocimiento de las cosas u objetos externos, que se encuentran en nuestro entorno, puede ser empírico, proveniente de la experiencia, vivencias, el cual no se puede generalizar, por ser subjetivo, particular; y el racional, que es de orden teórico, proveniente del análisis, crítica y reflexión que se le elabora al objeto de conocimiento.

Este razonamiento lo que busca es que el objeto de conocimiento sea válido (veraz) y confiable (estable). No debemos olvidar que la realidad se construye socialmente.

Immanuel Kant escribió “Crítica de la razón pura” (1781) que corrigió; digo yo, complementó, con “Crítica de la razón práctica” (1788). Por otro lado, expresaba que las ciencias (ramas del saber humano) están estructuradas por los juicios, con proposiciones de la forma S es P (sujeto, predicado) y que estos juicios son analíticos (critica) o sintéticos (juicio).

Analizar los objetos de conocimiento, para entenderlos, conlleva un proceso que suma la crítica y el juicio. Pero se debe entender que toda crítica es un juicio, pero todo juicio no es una crítica.

El juicio es una proposición falsa, verdadera, universal particular, categórica, hipotética. La crítica es la materialización del análisis que se elabora al objeto de conocimiento. Para lo cual hay que tener en cuenta, el sujeto del conocimiento, quien aborda el objeto, codifica la información y representa ese conocimiento.

El objeto de conocimiento, posee características tanto físicas, como estructurales (forma), de peso, funcionamiento, cualidad, extensión, color, cantidad, contexto, temporalidad; que lo diferencia de los demás objetos del conocimiento y se somete a un juicio por lo observado, identificando sus propias características, vulnerabilidades, fortalezas, fallas, defectos, errores, efectos adversos, o proyecciones; elementos o factores que son fuente de información para la búsqueda de posibles formas de solución.

Gracias a la crítica, se puede afirmar que el tiempo y el espacio son conceptos a priori, anteriores a la experiencia. En consecuencia, son representaciones a priori y desde luego, sin ellas, no es posible las representaciones de los objetos de la realidad.

Es decir, el objeto de conocimiento, no puede existir independientemente de estos conceptos. No pueden existir objetos sin espacio y los fenómenos con sus cambios y transformaciones no pueden ser posibles sin el tiempo.

En el primer escrito de Kant, se podría decir que la razón fue analizada o criticada netamente desde el campo teórico, simplemente una interpretación o representación, que se hizo de ella (cadena de significantes).

Su segundo libro aterrizo lo teórico a lo práctico, pero sin oponerlos o hacerlos antagónicos (inconciliables), son complementarios, contradictorios (dialéctica).

En razón de lo anterior, la crítica es un proceso que va de destruir para construir. En virtud de lo anterior, no podemos decir o afirmar, que existe la “crítica destructiva” y la “crítica constructiva”.

Como se ha dicho, se destruye del objeto de conocimiento, lo que es malo; pero a su vez, se le da la respuesta o solución a lo no aceptado del objeto del conocimiento.

En este orden de ideas conocer la realidad y su construcción, requieren de la razón, facultad del hombre que proporciona los principios del conocimiento y la participación de todos ellos. Esa participación no significa, la reducción de las capacidades críticas, pues la comprensión de los fenómenos sociales debe llevar per se las transformaciones.

Desde la sociología, la realidad y el conocimiento, tienen un valor social, en el sentido de que lo “real” para “A”, puede no ser “real” para “Z”. En otras palabras, el “conocimiento” que tiene un senador difiere del que tiene un investigador o analista del comportamiento social.

Sus contextos y acumulación de información específica, sobre el objeto de conocimiento, poseen diferencias observables, empíricas, emocionales y sus procesos, que conllevan a materializar esa realidad. He aquí la importancia de entendernos, cooperar, evitar las posiciones antagónicas, egoístas, cargadas de falsas motivaciones. La realidad es una correspondencia, en el tiempo, entre los significados del ego y de su álter ego (compartir el sentido común).

El autor de la ley mordaza, César Augusto Lorduy Maldonado estableció el contenido del artículo así:

Artículo 68. Del proyecto de ley anticorrupción. “El que mediante injuria[1] o calumnia[2] debidamente comprobada pretenda atacar u obstruir las funciones constitucionales y legales de algún funcionario público, denunciando hechos falsos sobre él o sobre su familia, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento veinte (120) meses y multa de trece punto treinta y tres (13.33) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes, sin que sea procedente algún beneficio o subrogado penal”

Allí señala que denunciar, que no es otra cosa que comunicar que se ha cometido un delito o que alguien es un autor, no se puede realizar sobre funcionario público y su familia (no sabemos hasta qué grado de consanguinidad).

De hecho, da a entender que sobre otro tipo de trabajadores se puede realizar. Fomenta la discriminación en la aplicación de la ley.

Además, no aclara la relación de los “hechos falsos sobre él o sobre su familia” y las funciones constitucionales de él y su familia. No existe claridad entre sus competencias y funciones laborales y su comportamiento social.

Se podría decir, que, si es mal funcionario, sus funciones no las desarrolla, tal como lo dicen sus manuales o normas, no se puede denunciar. Si es así, las instituciones del estado se convertirían en unos entes disfuncionales e ilegítimos. Pierden credibilidad y respeto por parte de los ciudadanos.

Hablar o afirmar, mediante la palabra, los conocimientos que se obtengan de la observación, experimentación, prueba, de los buenos como malos comportamientos del ser humano, están llamados por este artículo a ser callados.

Martin Luther King, dijo “no me estremece la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos”. Esa indiferencia no es otra cosa que eliminar el sentido crítico y mediante la manipulación de la conciencia social, introyectar en el subconsciente de los seres humanos, ideas falsas, deseos inalcanzables, sentimientos de culpa, miedos y temores.

Olga Yanet Acuña Rodríguez[3]. En su escrito titulado: Censura de prensa en Colombia 1949-1957, manifiesta que los presidentes, Mario Ospina Pérez, Laureano Gómez, Roberto Urdaneta Arbeláez y Gustavo Rojas Pinilla, conservadores, controlaron la circulación del sentimiento como las ideas políticas. Sus argumentaciones, en la toma de estas decisiones, se centraron en que eran para evitar las confrontaciones bipartidistas. Reflejo de lo dicho más arriba.

Teniendo en cuenta esta sabiduría de estas personas, se suma la del señor Francisco Roberto Barbosa Delgado, quien dijo: “…cada día que hay críticas a la acción de la fiscalía general, siempre hay que encontrar detrás de esas críticas algún delincuente parapetado”.

Según José Gregorio Hernández (El nuevo siglo 14 diciembre 2021) habla de la crítica, pero no como proceso que se identificó más arriba, sino como el resultado del examen, de objetos externos (personas, instituciones, obras, etc.), como internos (sentimientos, conciencia, moral) con el fin de emitir un juicio, el cual puede ser positivo o negativo.

Interpretando, da a entender que existe critica positiva (constructiva) y negativa (destructiva). Hace parte de la libertad de expresar el pensamiento racional como emocional.

Además, desde la perspectiva jurídica expresa que la crítica no se encuentra tipificada como delito y mucho menos su emisor como delincuente.

Para ir finalizando, buscar el conocimiento y expresarlo es un pecado, y el que lo materializa, es un vándalo, delincuente y a pesar de ello, nos mandan a estudiar.

Debemos ser claros que la libertad de prensa, es libertad de pensamiento, de sentir, de expresar, cómo se percibe la realidad, para transformarla a través de la práctica (praxis) y de esta manera contribuir al perfeccionamiento existencial social

Las dictaduras y los medios de comunicación (comprados), buscan ocultar verdades, para que las masas no conozcan, para que este silencio, lleve al olvido y se asocia con la venta, de felicidad y esperanza. Es armar una racionalidad social homogenizada, eliminando una conciencia política o memoria colectiva.

Forma de ocultar los malos comportamientos y la ineficiente aplicación de la justicia del gobierno, como su régimen político. Los invito a leer las 10 estrategias de manipulación mediática masiva de Sylvai Timsit (2020).

[1] Hecho o insulto que ofende a una persona por atentar contra su dignidad, honor, credibilidad, etc., especialmente cuando es injusto.

[2] Acusación o imputación falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle.

[3] v8n23a09.pdf (scielo.org.co)

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