La mala hora de la OMS

La mala hora de la OMS

"Uno pensaría que la OMS se limitaría a divulgar información explícitamente científicamente probada, lejos de la opinión, y que no tendría sesgos hacia un país u otro"

Por: Jerónimo Castro
mayo 08, 2020
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La mala hora de la OMS
Foto: OMS

Como dijo una vez el Primer Ministro Israelí Benjamín Netanyahu, “Las Naciones Unidas comenzaron como una fuerza moral, pero se han convertido en una farsa moral”. Esta frase primero parece barrabasa, pero cada vez cobra más veracidad. Hoy la OMS, es una de las mayores pruebas de esta frase.

Poco era conocida, o concurrida la Organización Mundial de la Salud (OMS) a niveles de la prensa internacional o del público hace unos meses. Claramente, debido a la pandemia por el coronavirus SARS 2 o “COVID-19”, como lo llama la OMS, todo cambió, y ahora están en la mira de todo el mundo. Uno pensaría que a diferencia de los políticos y los líderes mundiales, la OMS, se limitaría a divulgar información explícitamente científicamente probada, lejos de la opinión, y que asimismo no tendría sesgos hacia un país o otro. Por desgracia, como he descrito en otro artículo anterior, y vimos en su pobre respuesta frente al brote inicial de lo que hoy es pandemia en Wuhan, China, la OMS abandonó a la ciencia y decidió ser cómplice de China al ocultar, ignorar y censurar voces que advertían sobre el potencial riesgo de este brote.

Advertencias que sin lugar a duda tendrían al mundo en una situación completamente distinta y mejor a la que está viviendo en este momento. Pero ese no es tema del artículo de hoy. El tema del artículo de hoy es mérito de aún más indignación, ya que aprovechando la tormenta de la pandemia, quieren pasar desapercibidos en otra barrabasada que planean hacer. La OMS, bajo liderato del abiertamente marxista y gran amigo y encubridor del opresor partido comunista Chino, Tedros Adhanom, quiere ahora aprobar el uso tratamientos de medicina china tradicional, que jamás en la historia han sido sometidos a ninguna prueba científica.

Para poder entender un poco más la situación y su importancia, primero hay que saber un poco de que es la “Clasificación Internacional de Enfermedades.” Este, un documento emitido por la OMS, el cual recibe constantes actualizaciones, tiene como fin dejar claro los procedimientos que se conoce explícitamente funcionan para curar una enfermedad, y los que no está probado que lo hagan. A este documento miran los gobiernos de países alrededor del mundo, al igual que las compañías de seguros, para ver cuáles tratamientos deben recibir fondos públicos, o ser cubiertos por las pólizas de seguros, y cuáles no. Por ende, el estar en esta lista o no, marca la diferencia entre lo que es llamado una “pseudo-ciencia” y un tratamiento probado que será cubierto por las aseguradoras alrededor del mundo, y que recibirá capital público en la gran mayoría de los países públicos. Entonces a donde voy, la influencia por parte de China a la OMS, que cada vez es alarmantemente más y más alta.

La mayoría de los lectores que sigan las noticias internacionales recientemente, seguramente ya tendrán conocimiento del escándalo de los correos de Taiwán y la negligencia de la OMS, claramente por el sesgo hacia China. En alineación con las ideologías del opresor Partido Comunista Chino, la OMS no reconoce a Taiwán como un estado, sino como una región más de la República Popular de China.

Y aquí empieza el problema. Junto con Israel, Taiwán ha sido de los países que mejor ha manejado la crisis del COVID 19. Sus métodos son esenciales para el mundo y conocerlas podría salvar decenas o incluso cientos de miles de vidas; así como haberlas conocido cuando la OMS ignoró a Taiwán hubiera salvado cientos de miles más. Pero como hicieron con los correos, China de nuevo hace hasta lo imposible para evitarlo. Pero bueno, ese no es el objetivo de este artículo, es solo un resumen del artículo que escribí ya hace un mes en el cual saqué a la luz las fallas vergonzosas tanto de China como de la esta vez cómplice OMS con respecto a esta crisis.

Hoy escribo, porque he notado que de nuevo la República Popular de China y su nuevo pseudo esclavo Tedros Adhanom, están “pescando en río revuelto”, aprovechando la crisis por la que está pasando el mundo para desapercibidamente aprobar el uso de la medicina tradicional China para cosas que no se ha probado su efectividad científicamente. Esto es un peligro enorme por lo siguiente.

Piénselo bien, criticar a un político es normal, pero la OMS, como se supone ser una entidad científica, no tendría porqué ser criticada. En la lucha contra las noticias falsas, la OMS es un juez, el cual determina cual noticia es verídica y cual no la es. Por ende, uno pensaría que de nuevo, la OMS no debería tener preferencia hacia un país, ideología política, o religión; solo se debe basar en lo probado por el método científico. Pero entonces la pregunta ¿por qué la OMS, hoy se prepara para aceptar a toda la medicina tradicional China dentro de la “Clasificación Internacional de Enfermedades? ¿Ha sido probada científicamente bajo todos sus aspectos? ¿O es más bien otra cuestión política?

Pero para entender la potencial gravedad de esto, primero hay que entender la medicina tradicional China. Ella, se basa en el “Ki”, la cual supuestamente es la energía del cuerpo, y las enfermedades ocurren cuando no hay un balance de la misma. Entonces, la medicina tradicional China busca reestablecer ese balance usando algunos remedios herbales y animales que en su gran mayoría, no han sido probados científicamente, y francamente son abrumadores. Claramente no sigue los principios del método científico, con el cual se prueban todo el resto de tratamientos en el mundo; la reproducibilidad y la falsabilidad. En otras palabras que se pueda probar que funciona de una manera objetiva, y que le funcione tanto a alguien en Barranquilla, Londres, o cualquier parte del mundo.

Personalmente no tengo nada en contra de la medicina tradicional China, e incluso, se han probado cosas de ella que si funcionan. Por ejemplo, Tu Youyou ganó el premio Nobel de medicina por haber descubierto la Artemisinina, un medicamento herbal cuyos orígenes vienen de la medicina tradicional China para tratar la malaria. Ya se deja de hablar de tradición, familia y hierbas, sino de medicina por el método científico. Por ende, no hay lugar a consensos, dudas, objeciones, solo ciencia pura. El problema está en la mayoría de los otros tratamientos de la medicina tradicional China, los cuales no están avalados ni probados por la ciencia. Por ejemplo uno muy popular, es el “Ejiao”, un tratamiento para la mala circulación y la anemia que es un tipo de gelatina hecha a base de pieles de burro y de asno.

No solo es un tratamiento extremadamente desagradable, sino que está siendo probado por la Universidad de Cornell para estar relacionada con el cáncer. Claramente un signo alarmante que no le llega, o el Dr Tedros no quiere ver. Pero aún más alarmante es que un estudio reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalem, una de las más prestigiosas en cuanto a estudios médicos, tuvo resultados que determinaron que hasta un 90% de los tratamientos de la medicina tradicional China contienen “sustancias tóxicas a niveles inquietantes.” El negocio de la medicina tradicional China también es una industria de alrededor de $50 billones de dólares al año, y esto es sin la aprobación de la OMS. Entonces se puede especular que con la aprobación de la OMS, las farmacéuticas se quedarían pequeñas comparadas con las ganancias de estos tratamientos potencialmente letales.

Y otro de los peligros de la medicina tradicional China es que en épocas del COVID 19, los laboratorios no han sido capaces de descubrir una cura pero la medicina tradicional China si. Pero de esta supuesta “cura” ya murió una mujer en Etiopía, lo que hace todo más inquietante, la medicina tradicional China no es científica, puede llegar a ser peligrosa, y la OMS, que ya por este punto se puede llamar más bien a Organización China de la Salud la quiere aprobar.

China influencia en la OMS en una manera exagerada y peligrosa, gracias a China el incompetente marxista Tedros Adhanom Ghebreyesus llegó a estar al mando de la organización, y claramente se notan los beneficios para China. La OMS no reconoce a Taiwán como estado, tuvo todo el escándalo de los correos de Taiwán, ayudó a ocultar los primeros casos del COVID 19 en China, convenientemente nombró este virus el COVID 19 para que no tuviera una pista de su proveniencia (a diferencia de la peste asiática, la gripe española, etc), critica a quienes cuestionan a China, y ahora quiere aprovechar que toda la atención está en el COVID 19, para pasar desapercibidos aprobando tratamientos Chinos que no han sido probados científicamente, y pueden causar enfermedades graves e incluso la muerte. ¿Cuánto tiempo más hasta que nuestros gobernantes dejen de confiar en semejante canallada incompetente que se ha vuelto la OMS bajo el marxista y pseudo esclavo Chino Tedros Adhanom Ghebreyesus?

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