La inclusión y el acceso para la población negra, el nuevo desafío para la educación en Colombia

La inclusión y el acceso para la población negra, el nuevo desafío para la educación en Colombia

Cada vez se abren más espacios pero aún falta más voluntad de que esto cambie. ¿Lo hará el gobierno Petro?

Por: Gina Hurtado
marzo 08, 2023
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La inclusión y el acceso para la población negra, el nuevo desafío para la educación en Colombia

El inicio del año académico en las instituciones de educación superior (IES) ha resaltado puntos críticos en la educación para la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera (NARP) en Colombia. Aunque hay cada vez más espacios para mejorar la participación de la población afrodescendiente en las comunidades universitarias, estos todavía no son suficientes para igualar la situación de la población colombiana en general.

Lo anterior hace parte de los resultados del estudio: “Características institucionales, de internacionalización e inclusión social en las HBCUS y las Instituciones de Educación Superior colombianas al servicio de las comunidades afrodescendientes”, realizado por el grupo de investigación CIDSE de la Universidad del Valle en el marco del desarrollo del proyecto: “Sensibilizando, construyendo puentes y fortaleciendo identidades más allá de las fronteras a través de la Internacionalización de las Instituciones de Educación Superior”, realizado en 2022, con la financiación de la Embajada de Estados Unidos, liderado por la Asociación de Universidades Colombia Challenge Your Knowledge (CCYK).

Este estudio busca abrir espacios a la conversación sobre la necesidad de vincular y retener a la población NARP en la educación superior, a través de reconocimiento de las experiencias de intercambio con las universidades HBCU´s en Norteamérica con sus pares colombianas.

“Según la CEPAL, sólo el 10.5% de los jóvenes NARP, de 25 a 29 años, han concluido sus estudios de educación superior en comparación al 18.5% de los colombianos no NARP. Este indicador da muestra de la desigualdad e inequidad a la que está expuesta la población afrodescendiente del país en el acceso y permanencia en la educación superior”, indicó María Paulina Vásquez, gerente del proyecto en CCYK.

El contexto colombiano

Las principales dificultades encontradas en el marco del estudio radican en el acceso de los jóvenes estudiantes a la educación superior. Mientras el 18.8% de los colombianos entra a un programa universitario, según el censo nacional de 2018 del DANE, sólo el 14.8% de la población NARP logra acceder. Esta brecha se replica en programas de posgrado, con un 1.8% para afrodescendientes respecto al 2.8% de la población en general.

Con el ánimo de abrir más espacios de vinculación, algunas universidades han adelantado proyectos de acción que permiten entregar cupos prioritarios a jóvenes que se identifican como NARP. El proceso iniciado por universidades públicas como la Nacional, la de Antioquia, del Valle y de Cartagena, a principios del siglo XXI, se ha ido extendido a las IES privadas. En este sentido el 25% de las universidades privadas consultadas por CCYK, indicaron que cuentan con estos cupos para facilitar el acceso de jóvenes prometedores a sus programas académicos. En el caso de las universidades públicas representan el 90.9% de los cupos preferenciales otorgados a población NARP, entre las 23 universidades que participaron en el estudio.

Desde la perspectiva de la protección a la identidad cultural y derechos de las comunidades NARP y, a pesar de la creación de la cátedra de Estudios Afrocolombianos a través de la Ley 70 de 1993, se evidencia que son pocas las universidades que han implementado esta catedra en su oferta académica. Entre las IES que participaron del estudio realizado por CCYK, sólo cuatro han implementado esta cátedra. En sentido, se destacan las experiencias de las universidades del Cauca y del Valle. Otras, como la Universidad Autónoma de Occidente, han incluido en sus programas académicos una serie de cursos electivos que ofrecen un enfoque étnico-racial de manera transversal.

​Otras iniciativas pedagógicas, impulsadas por las IES colombianas, frente al racismo y en la búsqueda de generar espacios de inclusión se pueden evidenciar en el caso de la Universidad San Buenaventura a través de su propuesta de una “Universidad con Inclusión”, lo cual es una invitación a la comunidad universitaria para el reconocimiento y respeto de la diversidad cultural y de colores de piel. En esta misma dirección, la Universidad Externado de Colombia desarrolla la campaña “Universidad Somos Todos” que exalta la diferencia y enfatiza en la importancia del valor que tiene cada persona en la Universidad (Encuesta CIDSE, 2022). “Estas acciones pedagógicas y otras iniciativas que se pueden considerar antirracistas (o contra el racismo) son desarrolladas por el 26% del total de las IES que respondieron la encuesta”. Agrega María Paulina Vásquez, gerente a cargo del Proyecto en CCYK.

El caso de las HBCU´s

Una forma de ver los retos educativos es a través de la experiencia de las escuelas y universidades históricamente negras (HBCU´s, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Las instituciones que nacieron después de la Guerra de Secesión para dar educación a los esclavos recién liberados se convirtieron en elementos de cambio para la ideología racial dominante. Estos espacios han permitido a la población afroamericana fortalecer sus múltiples identidades y aumentar su participación en distintos campos del saber, aun cuando la proporción de sus estudiantes negros ha caído en los últimos años, con respecto al resto del sistema de educación superior norteamericano.

Otro elemento para destacar de estas instituciones es que, a pesar de que en muchos casos no incluyen programas de estudios afro culturales, como parte de su oferta académica, son espacios académicos en los que los estudiantes están cómodos con su identidad racial. También, cabe resaltar que sus programas están diseñados para que los graduandos vuelvan a sus comunidades y las transformen, no para que escapen de ellas.

El reconocimiento de estas experiencias, para CCYK en el desarrollo del proyecto suman al fortalecimiento de las relaciones de cooperación académica entre Estados Unidos y Colombia que permitan afrontar los desafíos que enfrenta la población NARP en el contexto de la educación superior. Retos como: el acceso y retención de los jóvenes NARP en el sistema educación terciaria; la participación de estudiantes y docentes afrocolombianos en procesos de internacionalización con sus pares en Estados Unidos; y la creación y consolidación de espacios académicos en los que se construyan procesos identitarios que permitan reconocer la resignificación del lugar que ha tenido el pueblo negro en la estructura social, tanto en EE. UU. como en Colombia.

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