Para nadie es un secreto que, al morir un ser querido, el duelo es un tema fundamental para superar de manera individual la pérdida.
Algunos acuden al psicólogo para asesorarse en el proceso del duelo, otros recurren a las lágrimas por un tiempo porque sienten que sana el alma, otros apelan al silencio y otros más a los recuerdos en fotos, correos electrónicos y audios dejados en las redes sociales o chats del difunto; y es allí donde la IA (Inteligencia Artificial) juega este papel de comunicación, para algunos, con falta de ética, pues se acude a la memoria del ser querido sin su consentimiento.
La IA se ha convertido en una herramienta que puede ayudar al ser humano a hacer las cosas más fáciles. Sin embargo, en cuestiones de muerte, pérdidas irreparables de familiares, amigos o conocidos, donde se es posible sacar “la huella digital” recreando la personalidad, la voz y forma de pensar del fallecido, por parte de una red neuronal, todavía hay mucha tela de donde cortar, pues algunos ven en esto como un insulto al alma que sufre.
Personas que buscan el consuelo en Avatares, Chatbots, Robots, creados por la IA en el que pareciera que su ser querido le habla, lo consuela y hasta responde preguntas en tiempo real, desafiando la muerte, aunque quien lo utiliza sabe muy bien que su ser querido ya no está y que en algún momento esta herramienta virtual puede terminar agotándolo, generando ansiedad, frustración y hasta un segundo duelo si llega a perderse o dañarse.
En Europa y Asia, ya se ha hecho de esta tecnología algo normal, para ayudar a llevar la carga emocional, según dicen los propios creadores como: StoryFile, Only virtual, Eternos.Life, Here After, entre otros, pero aunque invade la privacidad del ser querido, muchos acuden a ella para realizar su proceso de duelo como mejor considera; incluso la persona antes de fallecer, puede dar instrucciones para crear su propio avatar y dejarlo activo con grabaciones previas, comunicación y los mensajes que prefiera a sus familiares o herederos.
Aunque hay testimonios de muy buenas experiencias con la tecnología para la muerte, como lo expresó una madre con su hija de 7 años fallecida, o un hombre cuya esposa murió, según un documental emitido por el canal Coreano MBC en el que manifestaron sentir consuelo con la práctica; no todo es color de rosa, ya que algunos usuarios de estas “Herramientas Vivas después de la muerte”, han empezado a quejarse, pues hay casos en los que se han asustado con las respuestas, algunas incongruentes o difíciles de entender de sus familiares virtuales.
En definitiva, el duelo es un tema personal, que cada cual debe afrontar como mejor considere, pues solo el que lo vive es quien puede contarlo… Como dice un post que se viralizó recientemente: ¿si tuvieras una segunda oportunidad de hablar con un ser querido fallecido, a quién te gustaría llamar? Y seguramente muchos responderíamos con furor, pensando en esa persona que ya no está y donde a lo mejor se quedaron cosas por decir.
¿Hasta dónde llegará la IA, será que ya todo está inventado y no necesitamos más a nuestros psicólogos u otros seres queridos en los cuales apoyarnos para vivir el duelo? ¿Hasta dónde llegará el ser humano para entender que la muerte es un proceso natural y que todos tendremos algún día que encontrarnos con ella, dejando solo los recuerdos maravillosos en el corazón y la mente?
Lo cierto es que, en estos momentos, la comunicación de la IA después de la muerte es una realidad, pero también que con o sin ella, la verdad es que ese ser que se ha perdido, ya se fue de este mundo y por más esfuerzos tecnológicos que se hagan, se quedarán solo en eso. En la compleja y avanzada tecnología siempre fría, la que trata de humanizar, pero no le alcanza.
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