Paula Restrepo conoció a Carlos Castaño en Medellín. Fue una noche cualquiera a mediados de la década de los años 80. Ella era una joven rebelde que con sus 19 años encima, apenas comenzaba a vivir su vida y también empezaba a desafiar las reglas de la sociedad y de su familia. La enamoró el hombre de sonrisa magnética y de mirada penetrante que parecía mirar más allá de lo que realmente se podía ver. Paula no vio en Carlos Castaño, tan joven como ella, el naciente jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC; Paula vio en él a un joven que, al igual que ella, llevaba encima cicatrices de una vida llena de ausencias y dolores.
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Carlos Castaño no era por aquellos días ni la sombra del hombre sanguinario que luego dirigiría con sevicia uno de los capítulos más sangrientos de la historia del país con las AUC que creó su hermano Fidel Castaño. Carlos era tan solo un muchacho marcado por la tragedia: la guerrilla de las Farc habían matado a su padre, Jesús Castaño, en 1980, ese fue un duro golpe que llenó a los hermanos Castaño de un odio y sed de venganza que los llevó a meterse de lleno en la lucha armada de Colombia con el único objetivo de hacer justicia con mano propia.
Para Paula, que sus 19 ya había sido expulsada de muchos colegios por su desafiante actitud, conocer al joven Carlos Castaño fue como haber encontrado a un hombre que además de que le gustó, hablaba y se comportaba en su lenguaje rebelde.
En una entrevista con el periodista y director de la emisora W Radio, Julio Sánchez Cristo, Paula Restrepo, quien escribió un libro sobre el Carlos Castaño que ella conoció, recordó, mientras pagaba una condena por lavado de activos, que Castaño era un hombre diferente a los demás. Recordó también la mujer desde aquella celda fría, donde para la época de la entrevista llevaba dos años y medio tras las rejas que en él había algo que ella no podía y nunca pudo explicar.
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Los primeros meses de relación entre ella y él, así lo cuenta Paula, llegaron a ser como un romance novelesco novela: Los paseos por Medellín eran interminables, así como las nteresantes conversaciones sobre sus futuros y lo sueños compartidos. Pero idilio amoroso dio una vuelta inesperada hacia una oscura y cruda realidad. Carlos Castaño empezó a tener más poder y más responsabilidades dentro del grupo paramilitar que su hermano mayor había fundado. Paula comenzó a ver la transformación total del hombre que ya su corazón amaba.
Carlos no fue de una sola mujer, aunque su primera relación fue con Paula Restrepo, su vida estuvo marcada por el tener varias mujeres a su lado, cada una de ellas con un papel importante en su biografía. Aunque fueron muchas las mujeres que pasaron por su vida, y le sumaron otras tantas mujeres cuyas historias quedaron sepultadas en el más misterioso anonimato de las que nunca se supo si fueron solo un mito, terminó su vida al lado de Kenia Gómez Toro, con quien estuvo desde 1997 hasta 2003, unos meses antes de que lo mataran
El secreto que Castaño mantuvo sobre sus activades no fue suficiente para protegerlos de la historia oscura que se les avecinaba. Al comienzo ella no entendía todo el alcance que tenían las acciones del hombre que amaba ni tampoco la magnitud de su odio. Después de sobrevivir a un violento atentado, un año después de haber iniciado la relación, fue cuando él le confesó quién era y qué se dedicaba y cuáles eran sus intenciones en el país.
Paula Restrepo, autora del libro A solas con Carlos Castaño. Le contó a Sanches Cristo que Carlos fue siempre un hombre cariñoso y amable que siempre intentó mantenerla al margen de sus actividades en la lucha armada.
Paula Restrepo creció en una familia paisa de clase media en Medellín. Su papá trabajó por más de 20 años para una aerolínea comercial, y su mamá era ama de casa. Aunque su infancia fue tranquila, siempre fue de espíritu rebelde y aventurero que la llevaron por caminos peligrosos. Después de ser expulsada de varios colegios, terminó mezclada en un entorno en el que la mafia y el narcotráfico eran parte del día a día. Fue en ese trasegar en el que empezó a entender que las decisiones que iba tomando en definían parte de su vida.
En su libro, escrito entre rejas, en 2012, Paula Restrepo muestra a un Carlos Castaño diferente al que recuerda la mayoría de los colombianos. Lo muestra como un hombre tierno, romántico y de buenos sentimientos. Cuenta lo que sabe de su lucha contra el capo Pablo Escobar y también de su relación con los Pepes. Pero también las páginas están cargadas de una férrea defensa de las atrocidades cometidas por las autodefensas, lideradas por el hombre que amó.
