De la grandeza de los maestros y maestras colombianos

De la grandeza de los maestros y maestras colombianos

"Son humanos aferrados a la lógica de aprender a obrar de manera correcta y ética, sin pretender hacer fortuna ni recibir medallas al honor". Un homenaje en su día

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez
mayo 15, 2019
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De la grandeza de los maestros y maestras colombianos
Foto: Shadowguy97 - CC BY-SA 4.0

El 15 de mayo de 1867, en Querétaro, los republicanos derrotaron al imperio francés que se había concentrado allí. En homenaje a esta conquista en 1917 se declaró el día del maestro y en 1918 comenzó a celebrarse. En 1950, sobre esa misma fecha del 15 de mayo, se estableció con el mismo significado del día original del maestro pero con otro contenido la fiesta de San Juan Bautista de la Salle —francés, teólogo y Pedagogo dedicado a la educación de la infancia especialmente de los sectores más empobrecidos— como patrono de los educadores.

Posteriormente, Unesco propuso conmemorar de manera homogénea la celebración el día el 5 de octubre y en la misma dirección, en 1943, la conferencia de ministros y directores de educación de las Américas en Panamá propuso hacerlo el 11 de septiembre. Finalmente, ante los desacuerdos, cada país seleccionó su propia fecha. Colombia lo hace siguiendo el mandato de Pío XII, que proclamó a San Juan Bautista de la Salle. Bolivia celebra en junio 6: Brasil, en octubre 16; Chile, en octubre 16; Cuba, en diciembre 22; Nicaragua, en junio 29; Venezuela, en enero 15, entre otros.

En cualquier caso, la pregunta central de la conmemoración sigue siendo qué significa ser maestro o maestra y cuáles son sus retos en la sociedad de hoy, máxime si esta está atravesada por conflictos de larga duración como los nuestros. En todo caso, maestros y maestras anuncian siempre un sentido de construcción, creación colectiva, histórica y social, que son términos para vivirlos en plural y en colectivo, no son un asunto meramente individual del que se ocupa una persona en solitario. Maestro o maestra evocan al saber, a ser los amigos de la sabiduría y a ejercer con humildad esa sabiduría, pero también de saber hacer de cada conocimiento específico un instrumento de teoría y praxis útil a la transformación de las condiciones materiales y de formación del ser humano y de luchas, que como las de hoy son para devolverle el sentido mismo a la vida ante el despojo del capital que todo lo convierte en mercancía.

Maestro o maestro son una función de los contextos, no son los que solo exponen, disertan o repiten con sus palabras lo que otros han dicho. La maestría del maestro y la maestra pasa por la conciencia, son quienes han colocado como columna vertebral de su andar al saber, al continuo rumiar del saber, del ir despacio por los caminos complejos de las ciencias, las artes y las humanidades, sin fragmentar, parcelar ni convertir en mero indicador al conocimiento, ni venderlo a pedacitos.

Maestros y maestras no son dioses, tampoco diablos, ni mendigos, son humanos aferrados a la lógica de aprender a obrar de manera correcta y ética, sin pretender hacer fortuna ni recibir medallas al honor, de modo que cada acto encierre en sí el efecto apetecido y que tratan de determinar con máxima precisión cuáles partes componen un todo y en qué partes se puede descomponer.

Ser maestros y maestras invita a construir contextos para vivir con dignidad, sin opresiones, ni sometimientos. El ser del maestro y la maestra tiene origen en la libertad y de ella se desprenden sus luchas, sus compromisos para no solo exponer sino exponerse. Ahí quizá está la diferencia entre el que sabe y expone y el que enseñando y circulando saberes se expone, habla lo que las sociedades homogéneas se niegan a escuchar. Bonita tarea, ahí está su grandeza, la humilde y sencilla grandeza humana de ser maestros y maestras, francos, con la frente en alto para mirar el horizonte y devolverle los colores que la guerra se llevado con su paso.

El feliz día de maestros y maestras de Colombia evoca la aventura de quien crea circunstancias para vivir con dignidad y que cuando llega a un lugar pone en movimiento todo lo que existe, promueve, transforma, agita, anima, lucha…

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