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Juliana Galvis se ha convertido en una de las villanas más queridas de la televisión colombiana. La actriz ha hecho parte de múltiples producciones y ha demostrado su capacidad para darle vida a personajes diversos, aunque con personalidades similares que conectan con el público. En esta temporada de La venganza de Analía 2, interpreta a Carolina Valencia, un personaje de fuerte carácter, pero que también enfrenta ansiedad, depresión y síndrome de Munchausen.
De hecho, este papel le ha permitido abordar un tema que considera fundamental: la salud mental. Y es que, detrás de la actriz y la villana que muchos admiran, hay una mujer que también ha atravesado momentos muy duros, los cuales han dejado una profunda huella en su vida personal.
Juliana Galvis reveló el duro momento que vivió hace unos años
Todo esto fue relatado durante una entrevista en La Red, donde la actriz habló abiertamente de uno de los momentos más difíciles que le ha tocado enfrentar. Recordó el episodio en el que descubrió que estaba embarazada, aunque terminó siendo una experiencia profundamente dolorosa.
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El hecho ocurrió mientras se encontraba en Estados Unidos, donde, por protocolo, recibió la vacuna de la triple viral. En ese momento, Juliana no sabía que ya estaba en estado de embarazo. Sin embargo, al regresar a Colombia, recibió la noticia que ninguna madre quisiera escuchar: su bebé, al que nombró León, había fallecido al cuarto mes de gestación. El corazón de su hijo dejó de latir en la sexta semana, pero permaneció muerto dentro de ella durante diez semanas.
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Recibir esta noticia fue un golpe devastador. La ilusión de volver a dar vida representaba mucho para Juliana en ese instante, incluso, como ella misma lo expresó, era una oportunidad que sentía que podía fortalecer su matrimonio en ese entonces. Sin embargo, con el tiempo logró superar el dolor y encontrar paz.
Hoy, la actriz asegura que ha perdonado, sanado y continúa su camino con la certeza de que algún día, quizás en otra vida, volverá a encontrarse con León. Un episodio que podría haberla estancado, pero del cual logró salir fortalecida. Gracias a esa fortaleza, hoy puede hablar de aquel doloroso capítulo con la tranquilidad de quien ha logrado transformar el sufrimiento en aprendizaje.
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