El presidente Trump rescató a Mauricio Claver-Carone, quien en los últimos dos años estaba alejado de la Casa Blanca desde que perdió su cargo como presidente del BID cuando fue destituido por mantener una relación sentimental con una funcionaria subalterna que resultó favorecida con decisiones suyas como jefe. Cercano también al canciller Marco Rubio fue nombrado en un alto cargo cargo en el Departamento de Estado como el enviado especial del presidente Donald Trump para América Latina y su plan de restaurar el orden frente a la migración y crisis en la frontera.
Hijo de padre español y madre cubana, nacido en Miami, es cercano a Colombia, condición que se acentuó con el voto que le dio el gobierno de Iván Duque para que fuera escogido en el codiciado cargo en el BID, decisión en la que pesó el entonces embajador en Washington Francisco Santos, de quien Mauricio Claver-Carone es amigo, igual que Marco Rubio y la senadora por La Florida, María Elvira Salazar. Todos de la cuerda de Iván Duque y el presidente Álvaro Uribe Vélez
Fue el propio Donald Trump quien nominó su nombre para ocupar la presidencia del BID en reemplazo del colombianos Luis Alberto Moreno que durante 15 años manejó la entidad teniendo en cuenta que había un acuerdo tácito en que el Presidente de la poderosa entidad financiera debía ser un latinoamericano. Trump rompió las reglas e impulsó a su hombre de confianza que, en ese entonces, era el asesor de la Casa Blanca para América Latina. Una candidatura que generó rechazo de 22 exdirigentes entre latinoamericanos y europeos por el perfil político conservador de Claver-Carone.
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Mauricio Claver-Carone reapareció en medio de la crisis diplomática de Petro con el gobierno norteamericano que ha podido tener gravísimas consecuencias económicas. Durante veinte horas se convirtió en el puente directo del Departamento de Estado y la cúpula encargada de encontrarle salida a la crisis en la que se encontraba el canciller Luis Gilberto Murillo, a quien le queda una semana en el cargo, y su amigo el Embajador en Washington Daniel García Peña; Jorge Rojas, aún vicecanciller y Laura Sarabia, la nominada para reemplazar a Murillo y quien, sin experiencia, deberá enfrentar la peor crisis diplomática con Estados Unidos después del Proceso 8000.
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Se trataba de encontrar alguna salida sin afectar la política de Tolerancia Cero con la inmigración y la crisis en la frontera al lado de Tom Homan, a quien Trump bautizó 'Zar de la Frontera', encargado de las redadas, y Stephen Miller, el cerebro detrás de la persecución de inmigrantes ilegales, pero concediéndole algo a Petro. Le fue aceptado que esta deportación de los 160 colombianos se realizara en aviones de la FAC y no en naves militares norteamericana, con lo cual se garantizó un trato menos drástico o “humillante e indigno" a decir del presidente Petro, con los connacionales que llegaran al Aeropuerto Militar de Catam en Bogotá.
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