La cuestión de ser mujer

La cuestión de ser mujer

"Quiero ser la puta, la santa, la torpe, la elocuente, la simple, la de mentalidad compleja"

Por: Gabriela Calderón
agosto 11, 2017
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La cuestión de ser mujer

La cuestión de ser mujer, en este caso, se trata de configurar una “identidad” femenina a partir de un rol o roles asumidos e interpretados. Esta identidad no se refiere en sí a los rasgos que nos diferencian de los otros, que nos dan una distinción. Por el contrario, es una identidad que normaliza ciertas formas de ser mujer desde la virtualidad y dentro del mundo real, y que de cierta manera hace de estos formatos femeninos paradigmas.

Es relevante para una mujer en algún punto de su vida llegar a plantearse la pregunta:¿Qué clase de mujer quiero ser? Creo que para un gran porcentaje de mujeres tal pregunta no llega a ser una inquietud trascendental y supongo que se debe al hecho de que hemos recibido una educación tanto en casa como de las instituciones, que nos ha asignado por defecto ciertos roles que condicionan ese “ser mujer”.

He llegado a este punto de intentar hallar respuesta a una cuestión aparentemente obvia por el hecho simple de ser una espectadora pasiva de la mecánica que percibo de forma constante en los espacios se supone son de interacción social. Las redes sociales son entre tantas cosas espacios en los que buscamos comunicar a través de la simbología del cuerpo lo que somos, y esto se debe principalmente a que son redes visuales. Digo suponen ser espacios para la interacción social porque en realidad lo que menos hacemos es interactuar y por el contrario es el espacio en el que somos dignos de ser expuestos, vistos y alabados. La dinámica de mostrar, gustar, comentar en la que pasamos horas. Somos los exhibicionistas del siglo XXI, y somos las mujeres, parte de tal dinámica. Cuando recurro a la expresión “exhibicionismo” me refiero entonces al hecho de mostrar todo cuanto somos. No solo la desnudez de nuestra humanidad física sino también haciendo público lo que antes se concebía privado, todo por una necesidad exagerada de “Existir” en la virtualidad.

Luego de observar perfiles y perfiles de chicas de un rango de edad de entre 16 y 35 años, encontré todo tipo de mujeres, todas asumiendo la feminidad desde la perspectiva que consideran su verdad, a mujeres interpretando en la virtualidad un rol en el cual pueden ser y sentirse mujeres “auténticas”.

Aunque soy consciente de qué estereotipar no solo es reduccionismo puro sino además pretencioso e ignorante, es la única vía que queda para hacer obvio que estas son las maneras validas de ser mujer, además de mencionar que ninguno de esos estereotipos se alejan del estándar de belleza idealizado que se tiene de la corporalidad femenina, aunque se precian algunos de ellos de buscar realzar los diversos tipos de belleza, terminan siendo el mismo caparazón pero en diferentes colores. Un cuerpo adornado con tatuajes, expansiones, un cabello rosa, rojo, azul, lentes de contacto y un diseño de sonrisa no difieren en nada al hecho de ponerse un implante de senos, o de hacerse una cola más grande que la de la abeja maya. No difieren entre sí, como tampoco difieren entre si diversas estéticas cuando parten de la misma base y el tamaño, el color, las formas corporales.

¿Qué diferencia hay entre una suicide girl y una típica modelo de la industria de la moda?, ¿es acaso la estatura o que una lleva su piel sin tacha y la otra una capa de tinta sobre su dermis?, ¿qué diferencia hay entre la belleza sur coreana y la belleza occidental? Mencionaría muchas estéticas, pero lo único que encuentro es el mismo maniquí con ropa diferente. replicando estereotipos que son aceptados y aplaudidos y que han estructurado que es lo sensual, lo erótico, lo atractivo, lo sexy, lo deseado y por ende lo que se debe imitar.

Es válido entonces para mí, preguntar en dónde están las mujeres reales que han logrado encontrar un equilibrio entre el rol erotico, intelectual, el femme fatale, Etc. ¿A dónde han ido a parar esas mujeres que pueden ser la conjunción de diversas facetas y tener un genuino empoderamiento de lo femenino? y ¿qué es lo femenino a fin de cuentas?, ¿hay diversas formas de feminidad?

Puede que me haya saltado ver esos perfiles de mujeres reales. Puede ser también que un gran porcentaje de mujeres de las últimas generaciones somos producto de discursos que han centrado su atención no en el fondo sino en la forma, y que han deformado la idea de belleza y corporalidad, creando una corporalidad dirigida a satisfacer otros cuerpos, permitiendo así el nacimiento de industrias enfocadas a alcanzar la formula de la perfección estética, el culto a la belleza, la receta para evitar envejecer. Entes con vaginas que de forma pasiva aceptan una cultura de consumo inconsciente y depredador. Somos, no solo una simplificación de la feminidad, entendida casi como entes que viven por y para el deseo, el placer, el goce, y la vanidad propia y de los otros. Somos la cosificación de la mujer.

Es casi como si solo fuesen validos los estereotipos como las únicas formas de ser o sentirse mujer en la actualidad y estereotipos ligados al consumo y la mera vanidad. Agregado ello al hecho de tener que exhibir a los otros esas formas de ser para encontrar validación, aceptación. Es como si fuese regla que debe haber una dicotomía entre ser sexy e inteligente, independiente y al tiempo madre o ama de casa, entre otros absurdos.

Es llevar lo valioso de lo femenino a un plano de banalización en el que pierde validez. y desde una temprana edad optamos por nutrir una faceta, dentro del abanico de posibilidades que tenemos, negándonos la multiplicidad de facetas que nos empoderan. Llega a ser incomprensible aceptar que las mismas mujeres "modernas" o "posmodernas" que pregonan libertad, que reclaman derechos, igualdad o supremacía frente a los hombres y que dicen haber dejado de lado el legado cultural primitivo del machismo, se auto mutilan y anulan de una manera inconsciente al permitir que sus identidades, cuerpos y genero sean cosificados o expuestos desde una perspectiva simplista.

La cosificación no se da únicamente cuando vendemos nuestro cuerpo por dinero (no siempre este intercambio cosifica), también se da cuando nos vestimos sexy para otros y no para nosotras mismas, cuando utilizamos nuestros atributos físicos o intelectuales para competir o para pertenecer. ¿Será posible hallar un equilibrio y permitirnos la libertad de ser?, ¿será posible empoderarnos sin necesidad de hacer del asunto un espectáculo enfocado en las discusiones de "genero" y la superioridad?, ¿será posible hacer de nuestros diversos cuerpos, formas y colores opciones validas que encuentren un espacio?, ¿será posible darle valor a lo esencial de nuestra naturaleza en lugar de priorizar lo estético?

Quiero ser la puta, la santa, la torpe, la elocuente, la simple, la de mentalidad compleja. Quiero ser una mujer con las máscaras posibles, que puede jugar el juego de la vida desde la posibilidad de ser múltiples seres encarnados en el mismo cuerpo, habitando el mismo recodo de la mente.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
En el Caribe comes o pagas energía

En el Caribe comes o pagas energía

Nota Ciudadana
Rosario Tijeras, 25 años: la 'femme fatal' de nuestra literatura y cine nacional

Rosario Tijeras, 25 años: la 'femme fatal' de nuestra literatura y cine nacional

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--