La conversión de Eduardo Pimentel: de los Verdes al Uribismo y el descenso a la B

La conversión de Eduardo Pimentel: de los Verdes al Uribismo y el descenso a la B

El dueño del Boyacá Chicó que terminó descendiendo a la B tras una desastrosa campaña, le debe mucho más a los Verdes que al CD de Uribe, de quien es su fan #1

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abril 18, 2021
La conversión de Eduardo Pimentel: de los Verdes al Uribismo y el descenso a la B

El pasado mes de noviembre de 2020, un anuncio de una vacante en el Boyacá Chicó Fútbol Club desató una fuerte polémica. Su dueño, Eduardo Pimentel, solicitó por medio de su cuenta de Twitter una tesorera para el equipo con una característica particular: que fuera Uribista. Esta fue la representación más reciente de las fuertes opiniones políticas del directivo del equipo.

El Boyacá Chicó es la joya de la corona de este polémico dirigente deportivo. Tiene el nombre del barrio en el que Pimentel nació en 1961, y en el que vivió mientras estudiaba en el prestigioso Gimnasio Moderno de Bogotá con hijos de políticos e industriales. Sin embargo su recorrido comenzó por otro lado cuando a sus veinte años se inició en un deporte lleno de jóvenes sin estudios, de zonas socialmente deprimidas y en medio del narcotráfico que lo dominó durante su período en las canchas.

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Fue jugador de la liga colombiana entre 1982 y 1997 con 475 partidos jugados, 32 goles y 33 tarjetas rojas, además de cuatro títulos con América y Millonarios. También se convirtió en foco de polémicas: fue reconocido como un hombre muy cercano al dueño de Millonarios, Gonzalo Rodríguez Gacha, y vivió en permanentes enfrentamientos con los hinchas de Atlético Nacional en medio de las tensiones provocadas por la presencia de narcotráfico en el fútbol colombiano de los años 1980.

Esto motivó un choque eterno con Francisco Maturana, que llevó a ser convocado solo en una ocasión a la Copa América con la Selección Colombia y que saliera del América como respuesta a la llegada del entrenador chocoano en 1992. Tras su última temporada en el Deportivo Pereira, decidió montar una sociedad anónima para entrar al fútbol profesional y darle “seriedad”, de la mano de algunos de sus excompañeros.

Ese equipo, originalmente llamado “Bogotá Chicó”, entró a la Segunda División en 2001 y fue reconfigurado en 2002. El ascenso del Chicó se dio dos años después, en medio de fuertes polémicas con el extinto Pumas de Casanare: Pimentel, quien también era director técnico, aseguró que fue amenazado con una pistola en el partido de vuelta en Yopal, y salió escoltado por la Policía tras ganar el ascenso, metiendo a su equipo a un avión para celebrar la llegada de un tercer equipo de Bogotá a la Primera División.

Este tercer equipo de Bogotá duró solo un año. Pimentel empezó a quejarse de la baja asistencia al estadio Alfonso López de la Universidad Nacional y la falta de apoyo de la alcaldía de Luis Eduardo Garzón. Chicó tuvo una temporada aceptable y logró salvar el descenso, pero el equipo que ya se conocía como “ajedrezado” por sus uniformes a cuadros estaba, según su dueño y entrenador, al borde de la ruina.

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El Presidente del Partido Verde y entonces gobernador de Boyacá salvó a Pimentel y su equipo

El salvavidas llegó desde Boyacá, con una invitación del entonces gobernador Jorge Londoño quien llegó al cargo respaldado por el Partido Verde que él mismo había fundado. Vio la posibilidad de darle triunfo futbolístico a su departamento tras el fracaso de los equipos boyacenses, primero Lanceros y luego Patriotas, que en 15 años no habían logrado salir dela Segunda División y ofreció el estadio La Independencia de Tunja para los partidos. Pronto empezó a impulsar al equipo de Pimentel con patrocinio desde la Gobernación a través de La lotería, promociones turísticas y los productos de la Industria Licorera de Boyacá pasaron a adornar las camisetas de los futbolistas del Chicó.

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El sucesor de Londoño en la gobernación, José Rozo Millán, también de los verdes continuó en la misma línea. La Gobernación de Boyacá no solo asumió el patrocinio del Chicó, sino un ambicioso plan para expandir el Estadio luego del título obtenido en 2008.

La dicha duró solo hasta ese año y el matrimonio de Pimentel con los Verdes empezó a marchitarse. Ya en 2010 estaba en otro bando político y desde entonces comenzaron los trinos declarándose un fanático Uribista, radical en twitter a la hora de insultar a sus contradictores y ha alienado a una parte importante de los aficionados de Boyacá.

Las polémicas que derivaron en que Eduardo Pimentel se convirtiera en el mayor accionista del plantel empezaron en 2006. por una serie de operaciones irregulares de ventas de jugadores. Este fue señalado de vender jugadores y canalizar los recursos a través de cuentas en Panamá y con los recursos obtenidos invertir en caballos y predios, hechos que ocasionaron el retiro de la sociedad de Wilmer Cabrera y Mario Vanemerak.

Las protestas por los incumplimientos de Pimentel se han extendido por el departamento. A finales de 2020, varias mujeres proveedoras de uniformes hicieron un plantón frente al estadio; detuvieron el bus en el que se desplazaba el equipo.

Además de los pleitos políticos y económicos, el ascenso de Patriotas en 2011 y los malos resultados deportivos en los últimos cinco años han hecho que Pimentel sea un personaje poco querido en Boyacá. Ni siquiera la construcción de una gran sede deportiva a las afueras de Tunja ha aplacado los rumores de que en cualquier momento cambia de departamento.

Las movilizaciones de finales del 2019 fueron el punto de quiebre de Pimentel con su el gobernador de Boyacá Carlos Amaya, hoy precandidato presidencial del partido Verde. Uno de sus trinos contra los paros relacionó a los Verdes con la escoria Santista, afirmación que despertó la rabia del gobernador Amaya y no dudó en frenar un aporte $100 millones en patrocinios del rubro de publicidad del departamento. El nuevo gobernador Ramiro Barragán, elegido por una coalición liderada por los verdes, mantuvo la distancia con Pimentel por sus posición políticas. .

Las consecuencias de la disputa política se reflejaron pronto. Para la Liga Betplay 2020 y 2021, el Boyacá Chicó se quedó sin publicidad departamental y entre sus anunciantes, Cerveza Águila y la casa de apuestas W Play, apareció Prometido del Sol, uno de los caballos reproductores del criadero La Disculpa, de propiedad de Pimentel.

Sin embargo sus afectos hacia el expresidente Uribe y el Centro Democrático no han sido barrera para los negocios de Pimentel, y nada menos que con el archienemigo Nicolás Maduro. En 2017 compró un equipo de tercera división en Ciudad Guayana y lo convirtió en el Chicó de Guayana, que disputa la segunda división del fútbol venezolano.

Todo esto ha causado grandes choques entre Pimentel y la afición al fútbol colombiano que, veinte años atrás, veía al Bogotá Chicó como una muestra de una alternativa distinta.

Hoy 18 de abril de 2021 el Chicó se despide junto a Pimentel de la A y se va cabeza abajo directo a la B acabando con las pocas esperanzas que tenía la afición por el equipo.

 

Publicado originalmente el 13 Abr 2021 

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