Juan Carlos Giraldo y Eduardo Montealegre: de cómplices a enemigos

Juan Carlos Giraldo y Eduardo Montealegre: de cómplices a enemigos

La historia del periodista preferido por la Fiscalía, puntal en los ataques contra Álvaro Uribe, quien terminó en dudosas maniobras y con su carrera por el suelo

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junio 28, 2016
Juan Carlos Giraldo y Eduardo Montealegre: de cómplices a enemigos

El periodista Juan Carlos Giraldo alistó sus maletas y tomó un vuelo fugaz hacía México en medio de las acusaciones que se comenzaron a filtrar hacía los medios de comunicación y que comprometían su nombre y su ejercicio profesional con actividades ilícitas, tráfico de información y de influencias. Decidió hacerle frente desde fuera del país a los señalamientos que, según él, provenían desde cuatro personas del primer anillo del fiscal (e) Jorge Perdomo. Comenzó dando una entrevista en CNN en la que tuvo la oportunidad de exponer con libertad sus argumentos de defensa y dijo que todo se trataba de una infamia en su contra

Los televidentes recuerdan al periodista Juan Carlos 'La chiva Giraldo', como lo conocen en el gremio, frente a una cámara y un micrófono dando noticias judiciales durante más de 20 años. Su lugar de trabajo era más que el propio canal, el bunker de la Fiscalía donde eran de público conocimiento su cercanía con las administraciones de los fiscales Mario Iguarán, Fernando Mendoza Diago, Viviane Morales y Eduardo Montealegre.

La experiencia, su sagacidad y los buenos contactos le abrieron la puerta para estar en los grandes medios pero donde más tiempo permaneció fue en Noticias RCN donde comenzó como reportero judicial veinte años atrás y terminó de editor. Este era el cargo que tenía cuando llegó Claudia Gurisatti a la dirección en 2015. La nueva directora de RCN Noticias resolvió pedirle la renuncia cuando Giraldo se negó a publicar una noticia que comprometía a varios coroneles de la Policía. La cercanía de Juan Carlos Giraldo con la Policía era evidente para Gurisatti quien se arriesgó a pedirle a tan veterano periodista que se apartara del cargo. Aunque en ese momento se dijo que la razón de su salida era producto de su cercanía con la Fiscalía de Monteaelgre, quien no ocultaba sus posiciones en favor del proceso de paz contrarias a la línea del canal, inclinadamente uribista.

En agosto de 2015 llegó como una contratación estrella al Canal Caracol y a la mesa de las mañanas de Blu Radio, emisora del mismo grupo Santodomingo. Al poco tiempo salió sin mayor ruido hasta que hoy los directores de los dos informativos, Néstor Morales de Blu Radio y Juan Roberto Vargas de Caracol TV, se le adelantaron al tema y rompieron su silencio ante la serie de acusaciones que pesan sobre Juan Carlos Giraldo y que comenzaban a tomar fuerza.

El director de noticias del canal Caracol, Juan Roberto Vargas tomó la vocería con un editorial en Blu radio y explicó: “Él sale de RCN a comienzo del año pasado. Hacía marzo – abril él comienza a pedir pista, a decir: ‘contrátenme, yo soy un periodista de muchos años’. Además nos llamó la atención el intenso lobby de altos funcionarios del Estado para que lo trajéramos. Enganchamos a Giraldo con la mejor fe del mundo, pero hacia enero de este año (…), empezamos a recibir información que nos señalaba que Juan Carlos había traspasado unas líneas delicadas (…) Eso fue aproximadamente hace tres meses. Él alcanzó a decir que le querían montar un complot. Obviamente dijimos que serán las autoridades las que deben aclarar la situación. Evidentemente había una basurita y un manto de duda que no se puede permitir en el oficio”

En el mejor momento profesional, Juan Carlos Giraldo se encontró con un viejo conocido de su departamento, el Tolima: Eduardo Montealegre. El abogado tolimense fue elegido Fiscal General en Marzo de 2012 y recién posesionado, nombró a la esposa de Juan Carlos Giraldo –quien ya trabajaba en la Fiscalía- como su asistente personal.

La relación del Fiscal con Giraldo se estrechó y para los colegas empezó a volverse evidente que lo favorecían con la información de la fiscalía al punto de convertirse en un canal de comunicación de la institución con los medios de comunicación. Fueron al menos tres años de amistad y de trabajo conjunto entre fuente y periodista muchas veces cruzando de la línea profesional al plano personal.

Durante la era de Montealegre, Juan Carlos Giraldo tenía la información de primera mano de varios casos; uno en particular el del hacker Andrés Sepúlveda, caso que se convirtió en el ancla de varios procesos contra las cabezas del partido de Álvaro Uribe. Ante las nuevas acusaciones contra Juan Carlos Giraldo uno de los primeros en salir a recordar su papel en este caso fue Sebastián Sepúlveda, el hermano del hacker Sepúlveda.

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La cercanía de Juan Carlos Giraldo con el despacho de Eduardo Montealegre también le significó roces con el expresidente Álvaro Uribe.

En vísperas de la campaña de reelección de Juan Manuel Santos en 2014, Uribe aseguró en su cuenta de Twitter que el periodista Juan Carlos Giraldo tendría información sobre la Registraduría y un posible fraude para favorecer a Juan Manuel Santos en las siguientes elecciones.

De inmediato Giraldo salió a desmentir a Uribe, pero además denunciando que su cuenta de correo habría sido manipulada y que tenía miedo de una posible persecución. El expresidente no se quedó ahí y dijo “Juan Carlos Giraldo, estás pillado, dijiste que la Registraduría tiene lista y arreglada la reelección de Santos”.  El episodio no pasó a mayores pero Giraldo no dudó en denunciar amenazas en medio de la polarización con el expresidente. Giraldo seguía en la orilla de Eduardo Montealegre y desde su espacio en RCN antes de la llegada de Claudia Gurisatti a la dirección, disparaba a diestra y siniestra contra el Uribismo con noticias judiciales que comprometían procesos contra las cabezas del Centro Democrático.

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Pero la armonía entre el Fiscal Montealegre y Giraldo no duró para siempre y la cuerda se rompió. No se sabe qué pasó en la intimidad de una relación que cruzaba la línea entre funcionario público y periodista, pero en octubre de 2015, casi sobre la media noche, Juan Carlos Giraldo recibió una llamada del Fiscal General.

Conversé con Juan Carlos Giraldo esa noche. Me contó que le había hablado en un tono desobligante y amenazante. La llamada se había originado en respuesta a una serie de trinos en los que el periodista Giraldo ya había marcado su distancia y comenzaba a mostrarle los dientes al fiscal Montealegre denunciando que la Fiscalía estaba siendo objeto de una infiltración por parte de los detractores del su administración. Esa misma noche la institución le contestó desde su cuenta oficial al periodista instándolo a que presentara las pruebas de sus afirmaciones.

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En esa época Giraldo se movía tras escena en una de las denuncias que marcó la agenda informativa durante varias semanas y derivó en la salida del director de la policía Rodolfo Palomino y de la directora de la FM Vicky Dávila: la ‘Comunidad del anillo’.

Giraldo fue quien desde un principio se encargó de divulgar en diferentes medios de comunicación las denuncias contra el general Rodolfo Palomino y una supuesta red de prostitución en la Policía. Claudia Gurisatti en RCN se había negado a publicar la información que provenía de denuncias anónimas y Giraldo encontró finalmente un espacio en La FM.

No era la primera vez que lideraba denuncias contra cabezas de la Policía. Ya en el pasado se había concentrado en denunciar en sus espacios al general de la Policía, Luis Eduardo Martínez, cercano al general Rodolfo Palomino. Pero también tenía en su contra señalamientos por una  presunta participación en un cartel de reintegros de integrantes de la policía en asocio con el también periodista judicial Miller Rubio.

Aunque la Fiscalía no ha dado información oficial sobre este caso, se sabe que Juan Carlos Giraldo también está señalado ahora de presuntamente haber participado en un plan de contraespionaje contra el Fiscal (E) Jorge Perdomo en alianza con el empresario El Turco Hisaca. En la información que presentó la Revista Semana se dice que este caso estaría relacionado con un reciente robo en el apartamento de Jorge Perdomo. Incluso ayer el vice Fiscal en una declaración sobre la presentación del plan de lucha contra el crimen organizado, entre risas,  hizo una declaración, que sin mencionarlo, se sabía que iba dirigida hacía Giraldo: ‘’Las bandas podrían contratar apartamenteros para entrar a la casa de alguien y robar sus pertenencias’’.

Juan Carlos Giraldo tiene su propia versión frente a todas las acusaciones. Desde hace varios meses, cuando comenzó a ser cuestionado y aún permanecía en Colombia, dijo que sus investigaciones sobre la comunidad del Anillo que llevó personalmente ante el Presidente Santos le estaba costando amenazas. Al parecer el Presidente pudo comprobar que se trataba de una denuncia direccionada contra Palomino y que todo ese episodio estuvo relacionado con la salida del general Luis Gilberto Ramírez, edecán del Presidente y cercano a Juan Carlos Giraldo.

Para muchos el error de Giraldo no fue solo haberse peleado con la administración de Jorge Perdomo y Eduardo Montealegre sino haber escalado sus denuncias  hasta la Presidencia de la República. Al parecer eso le permitió al Presidente percatarse de la poca solidez que había en las acusaciones contra Palomino por lo cual tomó decisiones erráticas como la de sostener en el cargo al director de la Policía en medio de la tormenta.

Juan Carlos Giraldo se defiende diciendo que todo es un complot en su contra y que es el costo de sus denuncias contra alguna cabezas de la policía y por la preparación de un nuevo libro sobre los carteles de falsos testigos que trabajan en complicidad con altos funcionarios de la Fiscalía. En su libro se refiere al caso de Sigifredo López quien cómo todo indica fue víctima de un montaje de parte de la ex fiscal Marta Lucia Zamora quien recientemente se le adelantó y salió a denunciar a Giraldo por presuntos nexos y manipulación de información en favor del  ex gobernador de La Guajira Juan Francisco Kiko Gómez.

No se sabe si se trata simplemente de la caída de un periodista de la vieja guardia o si como el propio Giraldo lo dice se trata de un montaje orquestado desde el corazón de la Fiscalía,  pero lo cierto es que tiene encima al aparato judicial del poderoso ente acusador del cual no es fácil salir bien librado.

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