Indicadores económicos y cognitivos de los fundamentos en lectoescritura

Indicadores económicos y cognitivos de los fundamentos en lectoescritura

La lectoescritura es uno de los campos en los que más carecemos de una fundamentación estadística y de indicadores, tanto para diagnosticar como para tomar medidas

Por: Enrique Ferrer Corredor - Profesor de la Universidad Externado de Colombia
octubre 21, 2024
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Indicadores económicos y cognitivos de los fundamentos en lectoescritura

Le pregunté, si la palabra “reflejo” existía en su lengua. Sí, respondió, “reflejo” se dice con dos palabras: “el agua después de la lluvia”. Es decir, que existe una especie de encuentro, encantado por la realidad, gracias al cual una lengua descubre la palabra, o las posibilidades de palabras, que le faltan. Este lenguaje está en todas las lenguas

Roberto Juarroz, El lenguaje de la transdisciplinariedad.

Los indicadores del conocimiento científico son un camino de ida y vuelta en la construcción de la problemática social de la sociedad: orientan el sentido de la interpretación de los problemas más acuciantes; y a su vez, son una versión anticipada de estos interrogantes, dada la experiencia acumulada de estudios (teorías) y la experticia indagadora de los especialistas. La calidad de la construcción de indicadores, en cada campo del saber, definirá el conjunto de posibilidades de aprehensión, diseño y solución de las necesidades de la población. Colombia presenta carencias y dificultades en la construcción de bases de datos desagregados, e incluso, en algunos renglones, se carece de los mismos. La lectoescritura es uno de los campos en los que más carecemos de una fundamentación estadística y de indicadores, tanto para la definición del problema como para asumir rasgos diferenciales, transversales y complejos.

La ciencia moderna, en particular todas aquellas que se vinculan con el diseño de políticas públicas, se han ocupado en producir información de diagnóstico, especialmente en temas económicos, jurídicos y de salubridad; en la mayoría de los casos, meramente descriptivos, sin el compromiso de caminos de transformación en la esencia de los problemas, siempre con los límites de las líneas presupuestales como argumento inmediato. No se asumen estos problemas como un hecho de economía política, antes que un mero hecho financiero; en cambio, el hecho financiero, debería asumirse como un hecho de economía política, pues dados los recursos escasos, se deben asumir acuerdos de bienestar social.

Para el cometido del diseño de políticas públicas la producción de indicadores en torno a los problemas sociales ha obedecido a problemas inmediatos; usualmente la producción de los mismos suele estar afectada, ya sea por la tradición de las disciplinas científicas respectivas, o por intereses y concepciones de mundo de los problemas. Y de un modo recurrente, la construcción de información mediante indicadores está ligada a las carencias metodológicas y de recursos (tanto financieros como humanos). La producción de indicadores está vinculada con los problemas macroeconómicos inmediatos de la tradición económica, en desmedro de tópicos que se alejen de las cadenas de producción como insumos inmediatos.

La construcción de indicadores en torno a la lectoescritura se constituye en un tema de insumos mediatos, tanto en la niñez y la juventud, como para el desempeño profesional de los adultos. Los desempeños en pruebas internacionales como PISA dan cuenta de las quejas, que desde las diversas instancia de la academia, surgen como carencias en la construcción de competencias complejas, en las que la capacidad de manejo de lengua integrada al lenguaje en general, retrasan los procesos de aprendizaje y de producción discursiva, por ende, la productividad y la competitividad de la actividad económica, así como el desarrollo humano de la población en su pretensión de construir un tejido social cohesionado.

En este sentido, una política integrada desde los fundamentos de la lectoescritura y del desarrollo de competencias cuantitativas y lógicas, dado que estas constituyen apuestas de construcción de capital humano a largo plazo, debería estar acompañada del acopio de estadísticas e indicadores no solo de índole social o económico, como suele reducirse este proceso, sino desde perspectivas de construcción y desarrollo cognitivo, tanto en desde perspectivas biológicas, sino desde su exposición en el aula a lo largo del desarrollo del lenguaje en los niñez y en la adolescencia.

En este orden de ideas se expone a continuación una estructura (muy general) para promover el debate y la construcción de indicadores en el ámbito de la lectoescritura en todos los niveles de la academia, en aras de diseñar pruebas, encuestas, experimentos, evaluaciones, estadísticas en general, que permitan trazar un camino científico fundamentado en la construcción de políticas públicas y privadas en el ámbito de las instituciones educativas en todas sus instancias.

Indicadores extrínsecos: aquellos aspectos institucionales pero que envuelven el acto educativo ya desde fuera del aula, aunque luego se vean reflejados en esta.

  1. Horizonte social: este aspecto es el más observado en la tradición de las investigaciones: edad, sexo, ingreso, estrato social, etnia, nivel de formación, número de hermanos, nivel escolar de la madre, en general, la composición familiar y los entornos sociales de la actividad educativa.
  2. Horizonte institucional: la tipificación de las instituciones educativas, más allá de la clásica clasificación de pública o privada, se requiere de elementos como tipos de contratación y salarios de los docentes, apoyo logísticos y metodológicos en el aula, nivel de uso de técnica y tecnología, filosofía de enseñanza, interacción entre institución y familia, manejo de textos, uso de tecnologías, construcción de didácticas, tipos de evaluaciones (tercerización de las mismas), etc.
  3. Auditoría externa en mediciones y evaluaciones: ya sea desde el Estado, o desde instancias privadas, la existencia de pares externos a la institución, tanto en el levantamiento de métricas en pruebas estandarizadas como en la conformación de jurados de investigaciones, debería marcar una pauta crucial en el control de la calidad desde los juicios de quienes no participan del proceso educativo en sí mismo. Esta apuesta deberá acompañarse de precauciones, pues el juicio externo mejora la objetividad de un lado, pero al mismo tiempo se aleja de la filosofía y del proceso mismo institucional; en este sentido se debe atender siempre a lineamientos de estándares nacional y universales de mínimos de calidad. Finalmente, el mercado, como evaluador externo, juega un papel crucial, aunque sus intereses no siempre dialoguen con la academia en su esencia, sus elecciones juzgan y promueven espacio de asignación de recursos en las instituciones educativas.

Indicadores intrínsecos: estos indicadores deberían dar cuenta de la actividad misma de los docentes y estudiantes en el aula; por definición, los más importantes, pues constituyen el hecho fundante y el escenario tradicional de la actividad educativa.

  • Concepciones y metodologías:

Se de evaluar desde una lingüística del lenguaje hacia una actuación de la lengua:

- En la primera infancia tenemos marcadores fácticos desde el movimiento del cuerpo: conteo, señalamiento, afirmación, negación…

- Revisar la ortografía y el tipeado a la luz de la norma dentro del sistema y sus aciertos o falencias pragmáticas.

  • Construcción y manipulación de retórica, dialéctica y ciencia.
  • Construcción de superestructuras narrativas, argumentativas y científicas.

- Establecer nexos entre pensamiento, estructura y verdad.

Marcadores textuales y discursivos como los deíticos, tildes diacríticas, convenciones institucionales, normas APA, etc.

  • Armado y desarmado de textos, acierto en secuencias de oraciones y de proposiciones.
  • Manejo estructural de oraciones (y sus partes: sujeto, objeto verbal, etc.), y proposiciones; en cada caso, su tipificación).

-Manejo de los aspectos del lenguaje: sintáctico (coherencia), semántico (cohesión), fonológico (conciencia fonológica), pragmático (tipificación discursiva).

[…] la conciencia fonológica involucra una serie de interconexiones entre cuatro sistemas: los de producción ortográfica y fonológica; y los de reconocimiento fonológico y ortográfico (con particular énfasis en los dos últimos sistemas, para el caso de la lectura sola); más la caracterización del sistema de la lectoescritura y de la conciencia fonológica en términos neurocognitivos. Ello sirve para sugerir que los docentes deberían seguir trabajando con rimas, adivinanzas y canciones (Gil, J. M. 2019).

- Ejercicios con fragmentos funcionales identificados dentro el discurso.

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  1. Diseño curricular y evaluación: desde la perspectiva general de los indicadores que se acaban de mencionar se sugiere entonces desarrollar indicadores no solo desde los estudiantes; sino también para hacer el seguimiento desde los profesores y desde la administración, siguiendo los siguientes umbrales conceptuales: mínimos logros por competencias, capacidades estructurales y comunicativas definidas en rúbricas, solución de problemas argumentativos, saber hacer cosas con palabras, estructura y evaluar una pragmática universal desde la lengua hacia el discurso; y todas estas apuestas desde perspectivas de interdisciplinariedad y transversalidad disciplinaria, con especial atención a combinar estos objetivos con la implementación de las herramientas digitales de la actualidad y por supuesto, de la Inteligencia Artificial como mediador.

Filosofía y puesta en escena de la construcción de indicadores: la zona de desarrollo próximo (ZDP, Vygostky) nos permite establecer un escenario de actividad discursiva entre desarrollo de competencias (capacidades), si esto sumamos un desarrollo de indicadores en un camino ascendente y simultáneo entre categorías, conceptos y sistema como apuesta filosófica de construcción cognitiva, entendiendo el desarrollo de las lenguas como apenas el producto de algo más complejo: desarrollo del lenguaje. Y justamente, los incentivos desde indicadores elaborados nos sirven “para llevar la contraria a la naturaleza” y construir conexiones, pues con cada motivación inducida desde los docentes “se van creando continuamente nuevas sinapsis, esto implica que una nueva forma de ver el fomento de los hábitos lectores tiene todo el sentido” (Ezpeleta, 2018).

En los primeros meses de vida el bebé tiene un cerebro sinestésico, repleto de conexiones cerebrales buscando su función. Con los meses hay una poda y se van forjando las vías (visuales, motoras, somestésicas, auditivas y del lenguaje). […] La función va construyendo el órgano y viceversa (Ezpeleta, 2018).

Así, una vez construidos indicadores más textuales e individuales como en los apartados anteriores, pasamos a indicadores de producción textual y discursiva (en ámbitos comunicativos y en condiciones dialogadas de grupos de trabajo). Y se recomienda diferenciar entre

trabajo en grupo (suma de integrantes) frente a trabajo cooperativo (trabajo cuya realización depende de cada uno de los otros miembros); así, desde este `puesta en escena, las actividades en el aula nos permiten observar (indicadores sociales) la interacción social (con pares externos), en aras de una transformación social (indicadores de impacto comunicativo y pragmático).

Indicadores neurobiológicos: estos indicadores surgen de la observación y medición de fenómenos cognitivos en el desempeño de la actividad biológica del organismo en su puestaen acción del lenguaje con las acciones académicas en el aula. Estos indicadores, más sofisticados y más costosos, permiten observar, desde los adelantos de la ciencia y la tecnología, los procesos de la cognición y del desarrollo del lenguaje que a simple vista no podríamos conocer.

Este fragmento, tomado un ensayo cuyo título ilustra muy bien las relaciones actuales entre neurociencia y pedagogía (didáctica): “The neuroscience of active learning and direct instruction” (Dubinsky & Hamid, 2024).  El texto se refiere a las instrucciones directas en el aula, sus mediciones a través de la alta tecnología de la neurociencia y los resultados registrados en experimentos de aula:

AL requires students to exert agency; hence the term ‘student-centered learning’ (Lombardi et al., 2021Smith and Baik, 2021). Exerting agency requires some level of intentionality and commits one to a course of action (Bandura, 1997). Volitional production of goal-directed actions also augments learning (Katzman and Hartley, 2020). Thus, a concrete advantage of AL over DI is the volitional, agentic exploration of the content space in classroom settings. Developmentally, learning via self-generated actions facilitates learning eye-hand coordination, depth perceptionspatial cognition, sound recognition, and learning to write (James, 2017). Agency also enhances cognition and reasoning abilities. Preschool children exerting agency have expanded capabilities to develop communication, planning and problem solving skills (Adair, 2014). Similarly, both children and adults exhibit stronger memories for outcomes resulting from their own actions when compared to actions outside of their control (Katzman and Hartley, 2020), suggesting that agency can modify the influence of rewards on strength of memory encoding and recall (Rotem-Turchinski et al., 2019Ruggeri et al., 2019Voss et al., 2011)

  • Comportamientos externos observados: reacciones ante insumos intencionados (ya sean simbólicos y sígnicos; luego frásicos u oracionales, finalmente de situaciones discursivas), esta relaciones y secuencias manipuladas, estados emocionales construidos, niveles de relación compleja memoria de largo plazo (se sabe que los niveles de relación y su complejidad están asociados a la memoria de largo plazo), en ambientes con objetivos y sus manipulativos sobre conductas de los hablantes, elaborando analogías de tipos de habilidades cognitivas.

Estos procesos observados en experimentos requieren de la disposición de tecnología en términos de tomografía y otros dispositivos digitales, relatadas en este fragmento desde Cummine (2023).

We use functional magnetic resonance imaging (fMRI) and functional near infrared spectroscopy (fNIRS),” says Jaqueline. “When a part of the brain is ‘working’, it uses oxygen, which it receives from blood, and both methods detect this process – fMRI through radio frequency waves, and fNIRS through light waves. When these waves hit molecules such as oxygen, they bounce back to our sensors in an altered state, which we can decode (Cummine, 2023).

La lectura es uno de los aprendizajes más complejos que las personas realizan; implica la interacción coordinada de sistemas cerebrales visuales, auditivos, motores, cognitivos y de lenguaje. Mientras que el lenguaje se desarrolla de forma innata con las influencias ambientales apropiadas, la lectura es un constructo cultural y debe ser explícitamente enseñada. Generalmente, son los maestros los encargados de la noble tarea de la enseñanza de la lectura. La lectura como cualquier otro aprendizaje humano se produce en el cerebro. Sin embargo, irónicamente los maestros reciben poca o ninguna preparación profesional sobre el cerebro y su funcionamiento (Lopéz-Escribano, 2009).

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  1. Observaciones tomográficas espontáneas: Antes de tener la posibilidad de observar la actividad del cerebro mediane la alta tecnología desarrollada desde el campo de la neurociencia de los últimos años, las conclusiones sobre el funcionamiento de este maravilloso órgano se tomaban desde la observación del comportamiento lingüístico externo (actuaciones de habla) de pacientes con problemas o tras accidentes cerebrales localizables. Hoy, podemos observar las zonas de mayor actividad y las secuencias de mapeado cerebral en el sistema neuronal, desde las funciones especializadas de cada sector cerebral, pero siempre de un modo integrado de las partes. Además, podemos observar cómo es que observamos, eso ha cambiado de un modo extraordinarios el modo como podemos construir objetos de trabajo en diversas instancias de la actividad lingüística (desde cerebro en una lingüística del lenguaje, desde las actuaciones desde las lingüísticas de las lenguas). En este ámbito de investigación hemos obtenido resultado como las “neuronas reflejo”, herramientas no solo neuronales, sino que podemos utilizar este fenómeno para elaborar manipulativos pedagógicos conceptuales. Y en este sentido, los estímulos con asociaciones de insumos ante respuestas esperadas, nos han de llevar a la construcción de indicadores no solo biológicos sino comportamentales lingüísticos en situaciones espontáneas de lengua y lenguaje. La formación y funcionamiento de las redes neuronales, de un modo particular, nos permiten rastrear problemas biolingüísticos como dislexias, afectaciones emocionales, carencias de contacto con usos funcionales y complejos del lenguaje, con sus respectivos indicadores, tanto neuronales como desde la producción discursiva.

Desde esta perspectiva científica de hoy, la construcción de indicadores desde la neurociencia permite observar y hacer analogías de procesos complejos de lenguaje, antes del aula y más allá de esta.

  • Observaciones tomográficas inducidas:    

Una pregunta esencial en el proceso educativo es cuánto afectan las instrucciones directas que da el profesor a sus estudiantes en el éxito o fracaso educativo, y todo esto examinado a la luz de la neurociencia. Los adelantos tecnológicos nos permiten ver las reacciones y sobre todo los encadenamientos neuronales ante los insumos de las instrucciones dadas por los docentes, desde estas instrucciones, la plasticidad sináptica del cerebro modula el proceso de aprendizaje en constante revaluación sobre el modo como aprendemos; y esta estrategia construye la posibilidad de una memoria de largo plazo, robusta y relacional, mediante refuerzos de los circuitos de retención. Los objetivos trazados para observar mediante los experimentos con tomografías del apartado anterior se pueden fabricar previo a la acción discursiva para evaluar situaciones desde todos los niveles del discurso y de este modo establecer relaciones complejas del comportamiento neuronal en relación con los flujos de texto y discurso.

Referencias

Cummine, J. (2023). How we read: the neuroscience behind literacy. Futurum.

Dubinsky, J. M. & Hamid, A. (2024).  The neuroscience of active learning and direct instruction. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, Volume 163, August.

Ezpeleta D. (2018). La lectura desde la neurociencia. Fundación Germán Sánchez Ruipérez, LCFL

Gil, J. M. (2019). Lectoescritura como sistema neurocognitivo. Educación y Educadores, vol. 22, núm. 3, pp. 422-447. Universidad de La Sabana.

Lopéz-Escribano, C. (2009). Aportaciones de la neurociencia al aprendizaje y tratamiento educativo de la lectura. ResearchGate, Universidad Complutense de Madrid.

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