Heidy, la maestra haitiana que deambuló con los indigentes de Bogotá

Heidy, la maestra haitiana que deambuló con los indigentes de Bogotá

La odisea de una profesora de idiomas que perdió la memoria y pasó un mes entre los miles de habitantes de calle que deambulan por la capital

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agosto 22, 2016
Heidy, la maestra haitiana que deambuló con los indigentes de Bogotá

Heidy Dennery es haitiana, tiene 31 años, y salió corriendo de su país con su esposo y su hija pequeña, luego de que el terremoto de 2010 acabara con todo. Su esposo, Luis Joseph Carazas, estuvo sepultado por 15 horas bajo los escombros de un edificio, Heidy luchó hasta que los rescatistas lograron evacuarlo, y durante los siguientes seis meses Carazas estuvo de hospital en hospital, malherido, hasta que fue trasladado a Perú su país natal y Heidy lo acompañó noche tras noche, hasta que se recuperó del todo.

La familia se instaló en Perú y empezó de cero. En Lima, Heidy estudió pedagogía y se hizo licenciada en enseñanza de inglés y alemán, al tiempo que era maestra en la Alianza Francesa enseñando su lengua materna. Luego, en 2013, el matrimonio se rompió y Heidy siguió adelante sola pero manteniendo muy buena relación con su exesposo, cuya profesión es la periodista. Actualmente Carazas es editor del Canal 7 de Perú.

En 2014 Heidy decidió darle un nuevo giro a su vida y probar suerte en Colombia. Llegó al país sin tener amigos ni familiares, apenas un par de conocidos, ingresó con visa de turista y con la idea instalarse acá, quería conseguir un contrato laboral para así tramitar una visa de trabajo. Desde el primer momento empezó a trabajar como maestra de idiomas entre Cali y Bogotá. Sin embargo, por cuenta de la crisis de los miles de inmigrantes que han ido llegando al país, obtener la visa de permanencia se hizo una tarea imposible, y a la vez esto reducía sus oportunidades laborales y mejorar los ingresos. El dinero con que contaba para sostenerse pronto se terminó sin hallar solución. Heidy cayó en una crisis de ánimo. La angustia la embargó.

El pasado 26 de julio, por la noche, se comunicó por última vez con su hija vía ‘WhatsApp’ le dijo que iba a terminar en la calle porque no tenía ya ni un peso. Y así ocurrió. La haitiana fue desalojada de donde vivía y no tuvo más opciones que hacer de las calles bogotanas su hogar. Su rastro se perdió en la zona de Cedritos, un barrio popular al norte de Bogotá.

Sus familiares y amigos en Haití y Perú entraron en alarma y empezaron a buscar ayuda para localizarla. Las autoridades colombianas –Fiscalía y Policía– fueron contactadas y puestas en alerta. La ONG internacional Wola y la organización afro “Nunca más Colombia sin nosotros”, también se dieron a la búsqueda de la haitiana. “Ella tiene un corazón noble y muy sensible, y lo que encontró allá la descorazonó, a tal punto de sumirla en una depresión que la ha llevado a vivir en las calles, y según nos cuentan quienes la vieron, con solo el recuerdo de su nombre y procedencia: Heidy Dennery, 31 años, natural de Puerto Príncipe”, dice Carazas.

Las autoridades lograron constatar que Heidy había caído en la indigencia. La haitiana era una más entre los cerca de 10.000 y 14.000 desposeídos que deambulan por Bogotá, durmiendo en cambuches improvisados en separadores, bajo puentes, lotes y caños, sobreviviendo en los escalofriantes circuitos del hampa y la drogadicción, expuestos a todo tipo peligros y enfermedades. De la penuria de Heidy entre la indigencia quedó un registro que hallaron las autoridades: pasó por el Centro de Atención Bakatá, el más grande con que cuenta la capital para que los habitantes de calle encuentren ayuda y mitigue su situación con abrigo, alimento y atención. Heidy estuvo allí entre el 4 y 10 de agosto, cuando salió para nuevamente extraviarse, aturdida, entre las calles. Por lo que se pudo documentar en este hogar de paso se sabe que la haitiana habría sufrido algún tipo de trauma nervioso que la mantenía en  shock, sin memoria.

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Ricardo Orozco, halló a la profesora Heidy y envío esta foto para verificar que era ella.

El escenario se hizo aún más angustiante, para la familia y amigos de Heidy, por cuenta de la caótica situación que en las últimas semanas enfrentan los indigentes dispersos por la ciudad luego de que el Distrito decidiera poner punto final a la olla del Bronx. Centenares de habitantes de calle se rehusaron a ir a albergues y simplemente se dispersaron hacia cualquier parte donde pudieran tenderse, muchos se aportaron caño de la carrera 6 con carrera 30, donde al menos 20 desparecieron la semana cuando se presentaron fuertes lluvias que acrecentaron el caudal. Las aguas se llevaron lo que encontraron a su paso. Las autoridades hallaron, kilómetros abajo del canal el cuerpo de un habitante de calle quien terminó ahogado. Otros tantos tuvieron episodios de hipotermia y lesiones por cuenta de la emergencia. La angustia de leer esas noticias e imaginar que una de las víctimas pudiera ser la joven mujer atormentaba a todos sus allegados. Luego de la emergencia de la creciente del canal, se redoblaron los esfuerzos para hallar a Heidy.

Por las redes sociales se activó también un voluntariado de búsqueda. Aparecían entonces reportes que la había visto deambulando por el parque Lourdes, en Chapinero. Otros decían que la habían visto en la Zona Franca, en la estación Ricaurte, en San Victorino y en la temida zona de la carrera 30, con decenas de indigentes que se tomaron ese sector.  Sin embargo, el viernes pasado (19 de agosto), al final de la tarde,  ocurrió el milagro. Un joven vigilante, llamado Ricardo Orozco, quien había visto por Facebook la información vio a Heidy deambulando cerca de la zona de Salitre, al occidente de Bogotá, y la reconoció. La abordó y se hizo una foto junto a ella que envío para que los allegados a la extranjera confirmaran si se trataba de la misma. Efectivamente era Heidy. En breve llegaron al lugar el fiscal del caso, los agentes encargados y demás líderes de la búsqueda.  “Estaba muy intimidada, tenía una afectación nerviosa y psicológica evidente, luego que hicimos el procedimiento respectivo de su identificación plena la llevamos al hospital”, dice el investigador de la Policía Luis Gómez.

Heidy sigue bajo supervisión médica y va mejorando progresivamente. Su ex esposo, el periodista Luis Carazas llegará hoy a Bogotá para reencontrarse y ponerse al frente de la situación. Aún no está claro qué le ocurrió a la haitiana, qué la hizo divagar entre la indigencia por un mes.

 

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