Georgescu-Roegen, el padre de la bioeconomía

Georgescu-Roegen, el padre de la bioeconomía

Él regresó a la ciencia económica a lo que es, otra disciplina más que necesita dialogar con otros saberes

Por: Dustin Tahisin Gómez Rodríguez
marzo 05, 2021
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Georgescu-Roegen, el padre de la bioeconomía

“Ninguna otra ciencia sino la economía ha sido criticada por sus propios servidores de forma tan abierta e incesante. Los motivos de insatisfacción son numerosos, pero el más importante de ellos tienen que ver con la ficción del homo economicus. El principal motivo de queja es que tal ficción despoja a la conducta humana de toda propensión cultural, lo que equivale a decir que, en su vida económica, el hombre actúa mecánicamente” (Georgescu-Roegen, 1996, p.39). Así inicia la introducción de su obra magna, La ley de la entropía y el proceso económico, publicada en el año 1971. Antes de los discursos conmovedores del desarrollo sostenible que criticándolo el doctor Latouche los considera un oxímoron. O como establece el Doctor Maldonado, que son otra forma en que el capitalismo trata de sobrevivir a costa de todo nosotros.

El presente escrito es un breve repaso de uno de los grandes economistas del siglo XX que la academia y el aparato productivo de un tiempo para acá lo tiene como pivote de una de las grandes disciplinas como lo es la economía ecología. Discurso disidente frente a la economía ortodoxa y heterodoxa. Para ello, realizaré una caracterización de sus aportes y de la importancia de este gran economista para el presente donde todavía la economía hegemónica analiza los fenómenos con categorías del siglo XIX.

Nicholas Georgescu-Roegen nació en Constanza, Rumania, en el año 1906 y murió en Nashville, Tennessee, el 30 de octubre de 1994. Fue un célebre, matemático, estadístico y economista rumano que a nuestro juicio partió la economía entre los que consideramos que la economía es una ciencia social que debe dialogar con otras disciplinas para poder solucionar las problemáticas del siglo XXI y los que la consideran una herramienta ingenieril que por sí sola puede responder a los desafíos del presente.

Entre sus aportes, se pueden mencionar su visión antimecanicista de los cimientos de la economía tradicional. Sus críticas frente a la pretendida universalidad y atemporalidad de las categorías de la economía normal frente a la realidad. En virtud que tales categorías analíticas de los “países desarrollados” no se podían aplicar linealmente a la Rumania Agrícola donde regresó después de terminar su doctorado en la Soborne y sobre todo por los problemas que esta exhibía en su tejido social por las guerras mundiales. Sin embargo, su mayor aporte a nuestro juicio es su obra cumbre. En ella esboza críticas contundentes a la teoría Neoclásica de la economía y propone otras categorías como conceptos con una mirada interdisciplinaria para que la economía como ciencia pueda dinamizar el crecimiento y el desarrollo económico. En efecto, su crítica no se basa en los supuestos irreales de los Marginalistas sino sobre todo en los graves errores de representación de la economía convencional. En particular, las incongruencias de la “función de la producción” así como el rol de la “naturaleza” como las herramientas mecanicistas de la teoría Neoclásica. Como pone en tela de juicio los pensamientos de los neo-ricardianos y los marxistas.

Según la tradición convencional de la economía incluyendo a los marxistas la naturaleza se presenta como un stock inanimado, como un insumo que no merece un trato especial. En cambio, Georgescu-Roegen pregona con júbilo: “La naturaleza si importa. Ya que su teoría establece que los recursos naturales son relevantes para la economía y ataca la visión reduccionista, positivista judeocristiana que se identifica en los marginalistas como los marxistas que la ven como algo infinito, destinado para los humanos".

Se obra se sale de la teoría física newtoniana de la economía convencional y de su determinismo laplaciano y se fundamenta en la termodinámica y en la física de Einstein que ya en su época se había desmitificado, pero que a la economía convencional seguía como si nada. La termodinámica nace con los trabajos de Cranor en 1824 y se basaba sobre el rendimiento de las máquinas térmicas. La siguió Clausius a quien se le acuña ser el padre de la “entropía”. Su primera ley es sobre la conservación de la energía y la segunda que el derrotero mayor de Georgescu Roegen es la Ley de la Entropía. Que establece que la transformación de la energía es irreversible que pasa de “energía disponible o llegado el caso aprovechable” o “energía no disponible” hasta desaparecer (de baja entropía o alta entropía). Por consiguiente, aunque la energía no se pierde, utilizando lenguaje coloquial, si se transforma en calor disipado que no puede cambiar por trabajo mecánico. De ahí, que tal categoría sea claramente cualitativa y al mismo tiempo dialéctica que va en contravía con el Mecanicismo orquestado por la economía convencional. Ya que esta se basa en conceptos “arimomórficos”. “La ley de la entropía es la más económica de todas las leyes naturales" Georgescu Roegen,1975, p.788).

Con el mismo propósito presentó una cuarta Ley de la Termodinámica en la que niega desde el punto de vista teórico la posibilidad del reciclaje completo. De igual manera, pregonó la irreversibilidad como irrevocabilidad del carácter cualitativo de la economía dando un golpe a la economía circular de los Neoclásicos. De ahí que acuñe la “indeterminación entrópica” que desgarra las pretensiones que aspiran los Neoclásicos. En consecuencia, no existen determinismos tecnológicos o ecológicos, sino que robustece con variables sociales como históricas necesarias para poder entender y dinamizar los fenómenos económicos desacreditando la universalidad de la teoría neoclásica de la economía.

Por consiguiente, el proceso económico supera la idea reduccionista del movimiento circular de la economía convencional y se desarrolla con los procesos biológicos, unidireccionales en que las variables cualitativas son más importantes que las cuantitativas. Sin olvidar, la importancia de considerar las condiciones iniciales para hallar la posible evolución. Acotando que la entropía rompe con cualquier idea determinista.

En suma, Georgescu-Roegen, y dado el espacio porque hubo más aportes, regresa a la ciencia económica a lo que es, otra disciplina más que necesita dialogar con otros saberes. Desmiente la idea de los economistas ortodoxos de que la naturaleza es otro insumo más. De igual modo, critica la excesiva utilización de instrumentos matemáticos (sin desconocer la importancia de estas, pero no son la verdad absoluta y los cataloga) de “aritmomórficas”. Pero sobre todo ingresa en el corpus teórico de la economía la necesidad de utilizar la ley de la entropía para sus análisis y posibles soluciones.

Fuentes

Georgescu-Roegen, N. (1970). The Economics of Production. The American Economic Review, Vol. 60 N°2 Papers and Proceedings of the Eighty-second Annual Meeting of the American Economic Association.

Georgescu-Roegen, N. (1971).Entropy law and the economic process .Cambridge, Harvard University Press.

Georgescu-Roegen, N. (1975). Energía y mitos económicos. El Trimestre Económico

Vol. XLII, Nº168, Octubre – Diciembre. México, FCE.

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