Antes que nada, quisiera felicitarte por tan generoso ofrecimiento para mediar en el drama europeo y acabar de una buena vez con los angelitos de Isis. No me imagino la cara de dicha de Monsieur Hollande y del mismísimo Obama al saber que tú andas en la lucha por preservar eso que llaman la democracia. Y para qué te cuento los tres o cuatro lamparazos de vodka que se habrá chupado el camarada Putin para festejar tan buena nueva. El mundo será otro cuando nos enseñes la tercera vía. Y ahora, ya sin visa, imagino que tendrás tus encuentros con tan magnos personajes y les contarás de tus novedosas propuestas mientras recuerdas aquella famosa ranchera que habrás tarareado de niño y que decía algo así como “y tú que te creías el rey de todo el mundo, y tú que nunca fuiste capaz de perdonar…”.
De ahí al Nobel, JuanPa, no hay sino un paso.
Pero pasando a temas serios, esta pequeña carta no tiene objeto diferente al de alertarte con el tema del perdón.
¿Recuerdas cuando eras ministro de guerra de tu examigo Uribe y a tus espaldas ocurría toda esa mentira inventada de los falsos positivos?
Él nunca te desamparó y a tu lado estuvo y a todos nos quedó claro que aquellos muchachos asesinados de Soacha y demás sitios con ropas de camuflaje eran auténticos guerrilleros. Y además, comunistas. Es más, en tu campaña, ahí estabaUribe cargando a cuestas el megáfono y jamás te dijo que eras un mal hijo.
Y como la política en Colombia es circular y siempre gira alrededor de su mismo eje, ahora tu hijo Vargas Lleras quiere hacer su camino siguiendo tus firmes pasos y desea con fervor ser nuestro próximo presidente por solo ocho años.
Ocho de Uribe, ocho tuyos
y ocho de Vargas.
¿Se podrá pedir más felicidad?
Ocho de Uribe, ocho tuyos y ocho de Vargas. ¿Se podrá pedir más felicidad?
Y tú, en vez de abrazarlo y ofrecerle las vías para lograr su cometido, tal como lo haces con los líderes mundiales, le dices sin decirlo que debe ser fiel a tu causa y aclaras que la cuenta de la mermelada la llevas tú.
Por favor, pobre muchacho. Se te descarriló antes de tiempo, pero un hijo es un hijo.
Bueno, sea como sea, ya te veremos en poco tiempo dedicado dieciocho horas al día diciendo en ciento cuarenta caracteres cómo Germancito se salió de la vía y está llevando al país a las desgracias del legado de Diosdado.
Uribe te crió, tú lo haces con Germancito, y solo recordando aquella máxima que dice cría cuervos y te sacarán los ojos, me pregunto aterrado cuál será el niño mimado de Vargas presidente.
Y hablando de…
Y hablando de cuervos, aterrados oímos de las masacres en París, e igualmente aterrados vemos la respuesta de Occidente y uno se pregunta si la forma más inteligente de acabar con Isis es bombardeando Siria.
Llevan veinte años bombardeando y bombardeando cuanto país haya por allá y la batalla no se gana.
… salvo que la batalla se llame petróleo…
