"Estamos ante el fin del viejo poder cafetero"

"Estamos ante el fin del viejo poder cafetero" 

La elección del nuevo Presidente de Fedecafé es el triunfo de los nuevos productores frente a los cafeteros tradicionales. Guillermo Trujillo lo explica

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mayo 30, 2023

Guillermo Trujillo conoce el mundo cafetero a fondo. Nació en Caldas cuando en Manizales se centraba el poder cafetero de Colombia y ha estado cerca de la Federación de cafeteros, pero también a los industriales en la ANDI. Creció en ese mundo tradicional, pero ha seguido de cerca la transición con epicentro en los departamentos del Huila, el sur del Tolima y Nariño -el Macizo colombiano- que se hicieron oír en el pasado congreso y pusieron gerente: el opita, descendiente de cafeteros, Germán Bahamón.  Guillermo Trujillo explica lo que está pasando en conversación con Juan Manuel Ospina.

Juan Manuel Ospina: Guillermo Trujillo es un hombre que sabe de café, ha estado en el mundo gremial cafetero con la Federación y en el industrial con la ANDI, pero también ha sido productor, así que tiene una visión comprehensiva para entender para dónde va la caficultura en Colombia. Guillermo estamos asistiendo al eclipse de la caficultura, de aquello que fue nuestra economía cafetera o estamos viendo el surgir de una nueva agricultura? ¿Es una decadencia, una transformación? Y claro, ¿hay que hablar de la Federación edad de oro de la caficultura en este país? ¿O es el surgir de una nueva caficultura?

Guillermo Trujillo: Yo no creo que estemos ante el eclipse, la caficultura sigue siendo una actividad muy dinámica y que no necesita empleados. El 95% de los productores hacen todas sus labores. ¿Genera trabajo?

JMO: ¿Estacional? O ya se ha ido estabilizando.

GT: Ya tiene estabilidad porque la caficultura se ha desplazado hacia donde haya tierras óptimas y altos niveles de pobreza. En la medida en que se consolidó una especie de desarrollo, civilización cafetera ésta fue buscando tierras baratas y mano de obra suficiente. Le doy un ejemplo, en el departamento de Risaralda el 13% es rural mientras en el Huila esta es el 50%. En ese cordón del macizo colombiano se está produciendo el grueso de los llamados cafés especiales (…) En Huila, sur del Tolima, Cauca y Nariño se está produciendo un café de muy altas calidades.

JMO: Es entonces el mismo tipo de cultura cafetera que se fue desplazando de la región cafetera tradicional hacia el sur con variedades distintas.

G.T: Cómo se iba a imaginar usted que Huila fuera a producir solo, más café que Caldas, Quindío y Risaralda juntos. Es un cambio radical. Son procesos de 15 años que puede alargarse a 23, 24años. El poder político de los grandes departamentos productores del pasado lo frenaron, logrando constreñir la voluntad de los huilenses, y llegaron a hacer cosas tan aberrantes como el que se oyó en un Congreso cafetero de los caldenses proponer un pacto de congelación de áreas. Porque veía venir el estruendoso crecimiento del Huila que iba a destronar a los tradicionales.

JMO: ¿Por qué? ¿Por la mano de obra más barata?

GT: No. Porque perdían poder dentro de la Federación de Cafeteros. Pero como allí los procesos son lentos, ese fenómeno que empezó hace 20 años apenas se cristalizó hace veinte días con el del huilense Germán Bahamón en la presidencia de la Federación. (…)

La caficultura llegó al sur a generar bienestar. Muy pocas actividades generan en tan poca área, con su propia mano de obra, una calidad de la vida como la cafetera; llega la electrificación, la escuela que la patrocinan entre la alcaldía, la gobernación y el comité de cafeteros que, y se educan los hijos y en el fondo son unos propietarios ligados en el día a día a la economía de mercado, viven pendientes de la bolsa de Nueva York. Son pequeños capitalista que están buscando el mejor precio para su producto.

JMO: Esta es una dinámica que estas plantando que me parece muy clara, deseable que es salir de una condición de pobreza campesina, sin esperanza, a empezar a tener unos escenarios de bienestar rural que se va extendiendo, ¿Por qué se dio en el Huila y no en la vieja región cafetera?

G.T: Porque en la vieja región cafetera se dio lo mismo, pero 50 años atrás. Es que no olvides que el café, el calzado y las confecciones se van desplazando por el mapa de la pobreza del mundo.  En Risaralda, por ejemplo, las transferencias de los que lograron tener nivel educativo y tuvieron agallas para coger un avió e irse a otros países, hoy las transferencias allí valen cinco veces de lo que vale una cosecha cafetera. Ojo la transformación que hay allí. (…)

JMO: Como casi toda actividad económica arranca con actividades demandantes en mano de obra y con una tecnología muy elemental a medida que esa actividad económica avanza la tecnología empieza a pesar; no parecería que este fuera el caso en la caficultura en la que la importancia de la mano de obra sigue siendo central y muy fuerte. 

GT: Hay elementos de tecnología que influyen en el aumento de la productividad que se pueden lograr con el mismo recurso de tierra y trabajo como son las nuevas variedades de café, resistentes a la roya, tienen por tanto 15 o 20% de kilo por árbol, el grano es de mayor tamaño, entonces las posibilidades de obtener café supremo son mayores en esas variedades. Toda la asistencia técnica para hacer renovaciones, el control de la broca que siempre les pega mucho más a los grandes productores, la mejor práctica para combatir la broca es recoger los granos maduros del suelo, por eso donde hay menos broca es en pequeños cultivos porque el dueño recoge el café del suelo (..)

Son muchos los elementos que hacen que esa pequeña caficultura pueda ser mucho muy productiva en términos de kilo por árbol, en factores de rendimiento y algo que tiene mucho valor como es el de poder obtener cafés especiales, cafés de tazas limpias, cafés con muy buenas cualidades que el mercado premia y que un café de gran formato no lo puede lograr porque no puede aplicar esas nuevas prácticas culturales mientras que el pequeño caficultor lo logra.

JMO: La caficultura debía ser una actividad para pequeños y medianos productores, ha habido intentos de tecnificación que pueda que hayan aumentan la productividad pero que han tenido costos gigantescos. No sé hasta dónde estamos regresando a una caficultura de hace cuarenta, cincuenta años.

GT: Es una caficultura con sombrío, el guamo, el plátano que nos la que nos tocó. Era un café con menos maleza, porque tenía menos tradición solar; el árbol de café necesitaba menos ayuda de fertilizantes químicos, porque hacia menos fotosíntesis.

JMO: Había mas hojarasca, materia orgánica para enriquecer el suelo. Menos producción física, más racionalidad económica, más control de costos y más sostenibilidad del cultivo. En todo esto qué papel ha jugado la Federación de Cafeteros que tiene una estructura muy especial.

GT: Es un modelo que el mundo ha venido copiar. Tiene detractores y amigos, pero creo que está en un momento difícil, se ha hecho una renovación importante con el cambio de gerente, una nueva generación, una nueva región, una visión diferente.

JMO: Un golpe al poder tradicional cafetero en Colombia. Adiós Manizales.

GT: De la misma manera el gran Caldas desplazó a Antioquia, esta es la historia de la vida. Creo que tiene grandes retos la nueva administración; hay una cantidad de problemas, fuerzas políticas en erupción, casi volcánica, que reclaman nuevos espacios que van a hacer muy difícil el consenso interno. Vamos a tener que aplicar de pronto mucho más federalismo.

JMO: Lo que uno siente, oye, es que poco a poco se consolidan centros de poder dentro de grandes estructuras que empiezan a divorciarse de las bases que le dieron su razón de ser. Uno siente es que la Federación está pasando por un momento y eso va a hacer crisis.

GT: Y eso hizo crisis el 1 de diciembre cuando recibe la llamada Roberto Vélez de la Presidencia de la República, y se descubre que es un proceso que se venía gestando muchos días anteriores respaldados por la nueva opción de gobierno; sectores que buscaban ser escuchados. Es lo que usted dice. Sectores que hoy representan la nueva caficultura pero que no les tocó la Federación con plata, el Fondo Nacional del café con recursos para hacer la infraestructura, a aquella época que funcionaba adecuadamente con el pacto del café, la edad de oro.

JMO: Una época muy positiva. Pero el mundo cambia, es que ese desplazamiento de la geografía cafetera hacia el sur, el macizo colombiano, es también un desplazamiento de los propietarios de la caficultura, de la estructura de propiedad de administración de la caficultura; ese cambio geográfico está indicando no solo que hay unas tierras más productivas, sino que hay una nueva etapa en la producción de la caficultura y que puede ayudar a recuperar esa base democrática que tuvo.

GT: Ese es el fenómeno que se está dando. Nuestros dos departamentos Antioquia y Caldas ya son parte del pasado. Ya escribieron su capítulo. (…)

JMO: Y Petro por qué estaba tan incómodo con un gerente que viene precisamente de esa nueva región cafetera, del Huila. ¿No hay allí una contradicción?

GT: Si. Yo no entiendo la reacción porque cuando le piden la renuncia a Roberto Vélez, ya estaba cuajada la opción de Felipe Robayo, y los diez departamentos. Nunca entendí porque no se expresó su beneplácito por la posible elección de Robayo que hubiera ahorrado mucho tiempo en que la caficultura quedó por mees acéfala. Por fortuna el desenlace fue favorable porque hay nueva sangre, hay una dirigencia que viene de otros sectores que puede aportar una nueva visión a la actividad empresarial que desarrolla el gremio y  creo que finalmente se dan estas transformaciones pero desde luego no aparece explicable porque en diciembre no se hizo pero cuando llega la elección aparece un Twitter pidiendo aplazar la decisión esperando que llegara el nuevo ministro de Hacienda como si los actos y las decisiones no fueran actos de gobierno con toda la validez y legalidad (…). Por el momento lo que se requiere es una transformación de la institución cafetera, llámese Federación de cafeteros, que se adecúe a la nueva realidad.

Aquí la conversación completa:

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