Espaldarazo de Antonio Navarro a Petro para la consulta de la izquierda

Espaldarazo de Antonio Navarro a Petro para la consulta de la izquierda

El dirigente del Partido Verde, ex secretario de gobierno en la Alcaldía de Petro, fija posición: "Todos tienen cabida sin exclusiones (incluido Petro) en este proceso de convergencia y unidad por el cambio"

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abril 22, 2021
Espaldarazo de Antonio Navarro a Petro para la consulta de la izquierda

Antonio Navarro es, a sus 72 años, un referente moral y ético para la izquierda colombiana y para una buena parte de la sociedad de este país. Procedente de la guerrilla, más concretamente del M-19, abandonó la lucha armada para integrarse en la vida política colombiana y fue parte activa en el proceso constituyente de 1991, siendo uno de los copresidentes de la Asamblea Nacional Constituyente junto con el fallecido Horacio Serpa y el asesinado Álvaro Gómez. Ha ocupado numerosas responsabilidades políticas en el país, desde alcalde de Pasto hasta Gobernador de Nariño, pasando también por el Ministerio de Salud con el presidente Gaviria, y, pese a su compromiso con la paz en Colombia, sufrió un atentado terrorista en los años ochenta que casi le cuesta la vida.

Ricardo Angoso: ¿Cómo analiza el impacto de la pandemia en Colombia y para el mundo?

Antonio Navarro: La pandemia del covid-19 fue algo inesperado y produjo unos resultados muy complejos en todos los ámbitos de la vida. Entonces, para reducir el riesgo de contagios, para hacer frente a la pandemia, hubo que confinar a la gente, aislarla durante mucho tiempo, y, a su vez, eso tuvo un efecto demoledor para la economía, provocando efectos muy duros para todos que todavía padecemos. La pandemia ha causado un aumento en el desempleo y también una mayor desigualdad, golpeando a los sectores más vulnerables de la sociedad, en definitiva. Todo ello se hacía para disminuir los contagios, causando esos efectos colaterales perniciosos para nuestras economías y sociedades.

Los países que han sido menos cuidadosos en términos de salud pública son los que ahora presentan casos más graves con millones de afectados y fallecidos, pese a haber intentado salvar la economía y tener cuadros macroeconómicos más favorables. El ejemplo más claro de lo que estoy hablando es Brasil, donde su presidente, Jair Bolsonaro, se negó a aceptar la gravedad del covid-19 y habló que era una "gripiña". Bolsonaro también se negó a hacer confinamientos, provocando en este país una auténtica avalancha de casos y fallecidos después. Brasil está absolutamente desbordada por la pandemia por una mala gestión, creo, de la crisis. Por tanto, estamos dependiendo ahora de las vacunas y creo que las mismas son la única vía para resolver la actual situación. Sin embargo, observo que la producción de vacunas y el ritmo lento de vacunación están muy lejos todavía de resolver el problema y el ritmo de propagación de la enfermedad. En Colombia estamos ahora inmersos en la tercera oleada de la pandemia y está en ascenso en estos momentos. Veremos hasta dónde llega y cuáles serán las consecuencias en casos y en fallecidos. En cualquier caso, la vacunación masiva es la única solución para hacer frente a la pandemia.

R.A.: ¿Cómo juzga la gestión del presidente Iván Duque con respecto a la pandemia, ha estado a la altura o no?

A.N.: Primero tengo que decir que comenzamos muy tarde con la vacunación, lo cual es un aspecto negativo, pero también hay que tener en cuenta que las vacunas disponibles en el mercado no llegan para todo el planeta. Se tienen que producir más vacunas para atender a la creciente demanda y a la emergencia sanitaria que estamos padeciendo. Los países ricos, por ejemplo, han comprado más vacunas de las que necesitan y eso ha hecho más difícil el acceso de la mayoría de los países a las mismas. Hace falta, creo, un reparto más universal de las vacunas y que todos los países, sea cual sea su nivel de desarrollo, tengan acceso a las mismas. El gobierno de Duque desde el principio debía de haber evitado que la pandemia fuera un foco de discusión o conflicto entre instituciones y debería haber dejado al covid-19 fuera del debate político entre la oposición y los que apoyan al ejecutivo, algo que no ocurrió.

Balance de la constitución de 1991

R.A.: Usted acaba de sacar un libro sobre la Constituyente de 1991, ¿Qué balance hace de estos treinta años, se han cumplido las expectativas que usted tenía?

A.N.: Fuimos capaces entonces, entre 1990 y 1991, de poner en marcha un proceso para una nueva Constitución y en apenas cinco meses teníamos la misma. También se materializó, unos meses antes de todo ese proceso, la paz entre el Estado colombiano y el M-19. Desafortunadamente, el ELN y las FARC no se unieron a ese proceso de paz y siguieron en armas por muchos años, causando muchos daños al país. Creo que no entendieron la naturaleza de ese proceso político y se perdieron muchos años para todos.

Lo más importante de la Constitución de 1991 es que define a Colombia como un Estado Social de Derecho y que pone al país ante unas metas sociales muy claras y precisas que se han cumplido muy parcialmente o que, simplemente, no se han cumplido todavía, pero que deberían ser un punto de llegada para el futuro del país. Después la Constitución de 1991 puso sobre la mesa algunas mejoras para la vida de los indígenas, acabó con el bipartidismo, puso fin al Estado de Sitio y abrió nuevos mecanismos de participación pública a numerosos sectores de la sociedad. Hubo muchos avances pero faltan muchas cosas por aplicar todavía. Pienso que más que hacer cambios sobre la misma deberíamos de esforzarnos en que se aplicarán todos los contenidos sociales y políticos implícitos en la Constitución.

R.A.:  ¿Cómo analiza el escenario político de cara a las elecciones del 2022 y el aluvión de precandidatos que hay para las mismas?

A.N.: Estamos en la etapa inicial del proceso electoral y pienso que si hay tantos candidatos postulándose, es porque al gobierno no le ha ido muy bien. También han entrado en juego en el proceso una serie de fuerzas distintas a las tradicionales que han gobernado a Colombia y es importante que nos unamos todos para dar la batalla. Lo importante y primordial es tratar de evitar que llegue a Casa Nariño alguien parecido al actual presidente de la República. Hay que lograr que alguien de esas fuerzas ocupe ese mandato a partir del 7 de agosto del 2022. Creo que unidos, después de un proceso distendido de diálogo y conversaciones entre todos los actores alternativos, podremos lograr la victoria en las próximas elecciones, evitando que alguien parecido a Duque llegue al gobierno.

R.A.: ¿En ese proceso por lograr la unidad del centro izquierda y la izquierda tiene cabida el candidato Gustavo Petro?

A.N.: Tienen cabida todos los candidatos progresistas y demócratas. Necesitamos la unidad de todos para poder ganar las elecciones y no perder ni un solo voto. También necesitamos la participación de todos los sectores sociales que apuestan por el cambio para ser capaces de ganar las próximas elecciones, concitando la unidad y dando la batalla en las urnas. Todos los alternativos y demócratas tenemos espacio en ese proyecto unitario que hay construir para dar la batalla por el cambio en el país.

¿Finales del uribismo?

R.A.: ¿Qué piensa del uribismo, sigue vigente o está agotado?

A.N.: Estoy de acuerdo con que está agotado, pero no debemos dejarlo de lado y dudar de que todavía puede ganar unas elecciones. Si no hacemos las cosas bien, en el sentido de lograr la necesaria convergencia, fortaleciendo la unidad y logrando los votos suficientes, el uribismo puede darnos una sorpresa y ganar las elecciones. Por tanto, ¡pilas! Si queremos cambiar la historia del país, tenemos que trabajar por lograr esa unidad necesaria de todos los sectores que estamos por el cambio auténtico.

R.A.: ¿Cree usted que Colombia se unirá al giro a la izquierda que se detecta en todo el continente?

A.N.: Ya hubo un giro a la izquierda en América Latina hace veinte años y Colombia no participó en el mismo. Creo que lo que le hace falta a Colombia es participar en un proceso alternativo y de cambio con alternativas distintas a las que hasta ahora han gobernado el país. Más que un proceso de izquierda o derecha, creo que lo que pasa a Colombia es que siempre han gobernado los mismos de toda la vida y a lo largo de toda la historia. Creo que hace falta un cambio de rumbo, una verdadera alternativa de gobierno distinta a la que tradicionalmente ha gobernado este país durante siglos.

 

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