Encallado el barco, ¿ahora qué?

Encallado el barco, ¿ahora qué?

¿Funcionarán las manifestaciones para que el presidente dé un viraje al rumbo equivocado por el que nos lleva?

Por: Carlos Iván Mantilla Velásquez
diciembre 04, 2019
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Encallado el barco, ¿ahora qué?
Foto: Twitter @IvanDuque

¿Le servirán las masivas protestas de los ciudadanos colombianos en pie al terco y lento gobierno del cachifo e inexperto presidente Duque para que obligatoriamente dé un viraje al rumbo equivocado por el que nos lleva?

Desde que tomó el mando del barco se le ha venido insistiendo por esta columna y otras voces, casi al unísono que, la mejor fórmula de solución a los embates en la ardua travesía de Colombia, en manos de un inhábil capitán; no solo al interior de la nave sino fuera de ella, también en aguas internacionales vecinas, en especial las venezolanas son: el diálogo, que escuche las urgentes necesidades de sus pasajeros deseosos de llegar a buen puerto.

No obstante, en estos quince meses del barco a la deriva, aunque sintió las voces, no quiso escuchar sus pedidos y sordo el capitán: ¡Encalló el barco! Los pasajeros de todas las clases socio económicas, que pagaron sus pasajes (los impuestos), sus compatriotas, no aguantaron más la pesadilla y a las calles se lanzaron. Lo que pudo ser inevitable y solucionado escotillas adentro. Hoy llenos de inconformismo lo gritamos visceralmente al mundo.

Encallados en más profundas arenas se encuentran: Chile, 8 semanas mal contadas; Ecuador, tratando de salir. Y, Venezuela a punto de hundirse por el otro terco capitán. Lamentable espejo para nuestra amada patria. Se sabe que este caos, es un fenómeno global, la crisis nos acecha, pero unidos esquivarla más fácilmente sería, sí, nuestros gobernantes procuraran consecuentes y con diligencia atender los más urgentes: la injusticia social, representada en la pobreza y la desigualdad que se vive en estas sagradas y generosas tierras.

Cumplimos varios días de protestas sociales con diversas manifestaciones: marchas estudiantiles con centrales obreras, infinidad de gremios, independientes, pensionados, cacerolazos sin distingo de estrato, etc. Todos respaldados y representados por los que integran el comité del paro nacional, quienes le solicitaron al presidente negociar con él directamente las peticiones del pueblo, 14 puntos, en contexto los mismos de siempre. En respuesta, el mandatario los “invitó” a conversar, por no decir a dialogar y mucho menos a negociar. Lo paradójico de todo esto es que, a la fecha les tiene envolatado el encuentro eludiendo hacerlo cara a cara. Por lo pronto el barco sigue encallado.

No esperemos que esta pesadilla pase de un día para otro, ni que este gobierno solucione todo. Solucionará lo que a trancazos quiera y pueda. Debemos concientizarnos de lo que ya es una crisis socioeconómica, ola que envuelve al mundo. Y, nosotros mismos, allá en nuestro interior pensar si lo estamos haciendo bien. Si verdaderamente somos solidarios con las angustias de nuestros compatriotas, del más necesitado, conocido o desconocido. O, si, por el contrario, vivimos en procura del reconocimiento por lo que hacemos, o en el peor de los casos, de lo que no hacemos, con la misma arrogancia y ansias de figuración de la mayoría de nuestros dirigentes, derivada de la competencia voraz que hoy mueve al consumista mundo.

No hay duda, las causas de la explosión por el inconformismo social de hoy día, tienen un origen más profundo y éste, lógicamente, genera las necesidades que afloran y recitamos de memoria: pobreza, inseguridad, violencia, crisis ambiental, corrupción, en fin; desigualdad en todos los órdenes. El origen no es otro que, la falta de compasión entre nosotros mismos en últimas la falta de amor, bien escaso por estos tiempos.

¿Seremos capaces de no dejar hundir este hermoso barco llamado Colombia, ahora que estamos vivos? Al fin y al cabo, como van las cosas, en 50 o 100 años la especie humana, muy posiblemente habrá desaparecido. ¿Será lo mejor? ¿O qué tal un nuevo big bang? Mejor dejémoslo en manos de Dios. ¡Despabílese, reaccione pronto!… Señor presidente Duque.

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